CAPITULO CINCO

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Capitulo cinco

Narra Coraline

Seguía viendo todo desde donde estoy sentada, es un lugar muy hermoso, el pasto estaba recién cortado, olía a tierra mojada, descubro que ese es mi olor favorito y la brisa que se desprendía de los arboles era la mejor.

Tiene flores por todos lados, flores de todos colores y formas, me acerque a oler una flor roja, pero empecé a estornudar mucho, por eso me aleje de ahí, sentí pasos detrás de mí.

-Ya vámonos -era el, era Christopher, pero ¿qué hace aquí? se supone que lo esperaría hasta las seis.

- ¿Qué haces aquí?

-Luego te explico -se voltea hacia la psicóloga -gracias por todo, nos vemos la siguiente sesión.

Me toma de la mano y salimos del edificio, estamos caminando hacia el carro cuando me suelto de su agarre.

- ¿Qué haces aquí?, no que ibas a llegar a las seis -le reclamo.

-El vuelo se adelantó -suelta -me tengo que ir esta noche, mientras más pronto me vaya más rápido estaré aquí.

Una sensación espantosa lleno mi cuerpo, una semana era mucho para mí, pero sé que es importante para él.

-Ok, está bien -me subí al auto y este arranco, supongo a su casa.

Pero pasamos primero al hospital, donde me sacan sangre y los resultados se los enviarían a Chris.

Pasamos a otra área: -podrías quitarte la ropa –dice una enfermera, yo me quedo sin hacer nada.

-Debes hacerlo Cora, yo estoy aquí no te pasara nada –dice Chris, dándose la vuelta para que me sienta cómoda.

Me revisan por todos lados y hacen que me vista después, redactan un papel que le dan a Chris.

De camino a casa ninguno dice nada, la tensión volvió a sentirse en el ambiente, hasta que John interrumpe.

-Y ¿cómo ha estado señorita? -me habla.

-Bien, gracias –respondo en automático, me siento adormilada.

-John estará al pendiente de lo que necesites mientras no esté aquí -habla Christopher.

-Cualquier inquietud que tenga me la puede comunicar a mí, estoy a sus órdenes.

-Gracias John – después de esa breve charla, llegamos a la casa en silencio.

No entiendo que es lo que tiene Chris, desde la mañana ha estado muy raro, no me ve a la cara.

-Ven, quiero hablar contigo -estas palabras helaron mi sangre, me iba a decir algo malo.

No puede ser, mi corazón se vuelve a agitar, mi pecho se vuelve a apretar.

Ya no me siento bien.

-Reacciona -habla cortante, me toma del brazo y me lleva a su oficina -quiero decirte que mientras yo no esté aquí tu puedes pedir lo que sea y te lo darán.

A era solo eso.

-También quiero darte algo -me da una pequeña tarjeta -es para que compres las cosas que necesites, puedes comprar ropa, zapatos, otro shampoo, todo lo que necesites o quieras.

- ¿Cuándo te vas? -no me importa nada de lo que me está diciendo, solo quiero que me responda.

-Salimos a las seis de portland, iremos en el jet de Jacob.

-Y ¿por qué razón no me ves a la cara?

Se puso nervioso de inmediato, dejo de hacer lo que estaba haciendo y aparto más la cara, se había sentado en la silla de su escritorio, yo estaba del otro lado intentando que volteara a verme, pero solo agacho la cabeza, no sé si era yo o estaba avergonzado, pero, ¿por qué razón?, nos quedamos en silencio un buen rato, hasta que susurro algo.

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