CAPITULO TRECE

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Capitulo trece

Al despertar él no está en la cama, pero se oye la regadera de su baño, me siento muy a la expectativa de lo que pase hoy.

Cuando sale de la ducha me quedo mirándolo como tonta pues solo tiene una toalla enrollada en su cadera, con pequeñas gotas en el cuerpo que me hacen sentir sedienta, se ve que hace algo de ejercicio porque los músculos se le marcan en todas partes.

Me hago la dormida a medida que se va acercando, pero creo que no funciona.

-Sé que estas despierta –me dice y acaricia mi cabeza –ya levántate, bajemos a desayunar –se inclina y deposita un pequeño bezo en mi frente.

- ¿Iras a trabajar? –me siento en la cama.

-Tengo que, pero hoy es último día no te preocupes por eso –dijo tomando del borde su toalla tirando de ella para sacarla, de inmediato entierro mi cara en las almohadas.

Escucho su risa: -No hagas eso, tengo ropa abajo tranquila.

-Okey, pero de todos modos me iré a cambiar –me encamino a la puerta, pero antes me llama y me detengo sin voltear.

-Tenemos que hablar después, lo sabes ¿no?

Asiento con la cabeza y salgo del lugar.

Narra Christopher

La verdad no se ni por dónde empezar, pero creo que mejor empiezo tirando las botellas de licor porque esto no puede seguir sucediendo.

Pero a lo que me refiero es que estoy parado detrás de mi escritorio y aún no sé cómo empezar a hablar con ella, no se sobre qué tema empezar, a esta hora ella debe estar saliendo de su cita con la psicóloga, ella está teniendo algunos avances y otros que la doctora no le menciona porque son para el caso.

Estoy en eso cuando una voz interrumpe mis pensamientos.

-Hey, andas muy distraído ¿todo bien? –me pregunta Jane con un tono seductor.

-Sí claro, ¿por qué no habría de estarlo? –digo desinteresado.

-No por nada, pero siento que estas muy tenso –le da la vuelta al escritorio encaminándose a mí pasándose detrás de mí silla, acariciando mis hombros.

- ¿No tengo más citas por hoy?

-No la última fue con Damián Raggi, pero tienes una videoconferencia a las seis con los Romanov –baja sus caricias por mi pecho inclinándose hasta que su cara quede por la mía, me está provocando, pero no tengo ganas ahorita, mis preocupaciones se desvían a Cora.

-Perfecto, hoy me retirare antes –en un movimiento brusco me muevo hacia adelante, causando que ella aparte sus manos.

- ¿Qué tienes? estas muy raro.

-Yo nada, pero me urge irme.

-A ver a la mocosa esa –agacha la cabeza.

-Primero no es ninguna mocosa y segundo, en tu vida la vuelvas a insultar en mi presencia y sí, sí me estoy yendo por ella.

-Te importa demasiado –afirma.

-Así es, ella me importa mucho –recalco con firmeza.

-Bien, pero cuando busques donde andar metiendo tu polla ni siquiera me hables –se va indignada, según ella, en cuanto le hable ella va a venir a que la coja.

Ignoro su comentario ella es muy celosa, pero desde el principio le dije que solo se trataba de acostones y ya.

Me quedo en la oficina terminando y haciendo contratos con otras empresas, de repente todo se me está viniendo encima, lo único que me mantiene en pie es ella.

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