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Odette podía oír el sonido de pasos apresurados acercándose hacia ella a través de los pasillos tan pronto como pasó por la puerta del palacio de Nieves y encantador esa noche

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Odette podía oír el sonido de pasos apresurados acercándose hacia ella a través de los pasillos tan pronto como pasó por la puerta del palacio de Nieves y encantador esa noche. A ella no le sorprendió que los enanos que hacían guardia la habían visto acercarse, informando al instante a su Rey y Reina de la llegada familiar. Y una vez que la palabra llegó a ellos, David y Blancanieves fueron rápidamente a saludar a su amiga,
feliz de saber que ella había regresado.

Odette se sintió afortunada de haber escuchado su aproximación, porque para cuando aparecieron en su visión, habría tenido poco o ningún tiempo para prepararse para sus abrazos si no hubiera estado lista. Sin embargo, todavía perdió un poco el equilibrio cuando Nieves la alcanzó, tal vez porque había sido distraída por el gran estómago de la morena.

–Estamos tan felices de que hayas vuelto–, exclamó la mujer mientras David esperaba detrás de ella para saludar a Odette. La rubia soltó una pequeña risa mientras finalmente se recompuso y abrazó de vuelta a Nieves.

–También te he echado mucho de menos–, dijo Odette en tono de broma, alejándose de Nieves y dando a David un fuerte abrazo.

–¿Significa que has vuelto...?– David comenzó a preguntar, la esperanza en su voz haciendo que el corazón de Odette se apretara. Había esperado que la pregunta estuviera entre las primeras, después de todo, la última vez que se habían visto ella todavía estaba segura de que para cuando regresara traería buenas noticias consigo. Sin embargo, al separarse del abrazo y enfrentarlos, negó con la cabeza en negación.

–Tristemente, no. Todavía soy la misma–. Odette no se sentía realmente dispuesta a compartir cada callejón sin salida que había encontrado durante sus viajes. Desde el momento en que decidió regresar, sabía que intentaría compartir lo menos posible sobre todo lo que había hecho en ausencia. –Pero a pesar de eso, sabía que era hora de regresar con todo lo que estaba sucediendo.

Habían pasado meses desde que la Reina Malvada había amenazado con lanzar una maldición que les quitaría a todos sus finales felices, y Odette quería estar aquí con ellos para ayudar a encontrar una manera de detener que eso sucediera. Ella había llegado a darse cuenta de que, aunque su propio final feliz era algo a lo que había renunciado, otros aún merecían aferrarse al suyo. Quizás no había forma de romper su maldición, ningún lugar donde buscar, así que lo menos que podía hacer era ayudarles a mantener su propia felicidad.

–¿Cómo van las cosas aquí? ¿Hay algo nuevo de Regina?– preguntó Odette mientras el trío comenzaba a dirigirse hacia el palacio, curiosa por saber hacia dónde parecía estar llevándola la pareja.

–No hemos tenido noticias de ella desde que apareció en la boda, sin embargo, hay algo. Nos han contado una profecía–, explicó David, haciendo que las cejas rubias se fruncieran con curiosidad. Pero antes de que pudiera preguntar de qué trataba la profecía y qué respuestas les había dado, Nieves continuó después de su esposo.

Swan Song - Killian Jones - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora