Capitulo 7: IDK you get.

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El castaño llegó en cuestión de minutos a casa de su madre, se impresionó al apreciar que nada había cambiado en ese lugar desde el momento en que se mudó.

No era de visitar tan seguido a sus padres, siempre estaba ocupado con cosas de la escuela o su trabajo de medio tiempo.

Tuvo la pequeña necesidad de echar un pequeño vistazo hacia el lugar donde se encontraba la parada con la intensión de localizar a ese pelinegro que lo estaba volviendo loco, pero no había nadie presente.

Tal vez Jacob se había ilusionado en vano.

«¿Por qué sigo pensando en esto?» Se cuestionaba, dándose un pequeño golpe en la cabeza con su puño.

Al recomponerse, tocó un par de veces la puerta esperando a que alguien se dignara a abrir.

—¿Jacob? ¿Qué haces aquí tan tarde? — preguntó la mujer en cuanto vio a su hijo en la puerta.

—¿Acaso no puedo venir a visitar a mi madre? — preguntó mientras reía.

La mujer sonrió y lo dejó pasar.

—¿Quieres tomar algo? — la señora Scott se acercaba a la cocina.

—Mamá, no soy una visita. — refutó el menor.

—Tienes razón, —rio la señora. —si quieres algo te levantas y lo buscas.

Pasaron unos minutos donde ambos se ponían poco a poco al día, acerca de los estudios del menor y el trabajo de los señores Scott. 

De repente, el teléfono fijo de la casa comenzó a sonar, haciendo que la señora se dirigiera a este para contestar y atender la llamada.

—Sí, es Margaret. ¿Qué dónde está Jacob? —confundida, tapó con su mano el micrófono del teléfono. —Es Maia. — le susurró al chico, que se encontraba sentado en el sofá.

El joven se exaltó al escuchar el nombre de esa persona, hizo señas con sus manos simulando un “no”, en sus planes no estaba que su ahora exnovia le volviera a arruinar la noche.

—Ni se te ocurra decir que estoy aquí. — musitó.

Margaret lo observó de arriba hacia abajo con diversión.

—Lo siento mi niña, pero él no ha venido en estos últimos tiempos. ¿Sucedió algo? — preguntó la mujer.

Solo peleamos, no se preocupe. — contestó la chica al otro lado de la línea. —Pero, si llega a saber algo de él, por favor dígamelo, él no contesta a mis llamadas.

—No te preocupes, debe estar bien. — la señora no dejaba de observar a Jacob.

Colgaron la llamada al poco tiempo, la curiosidad de Margaret cada vez incrementaba aún más.

—Dime ahora, ¿estás aquí porque te dejaron? — interrogó esta, sentándose en uno de los muebles del salón.

—La puta me fue infiel con Stanley. — alzó la voz, mirando al suelo, apenado.

Jacob recibió el impacto de una almohada que su madre había lanzado desde donde estaba.

—Ni se te ocurra volver a hablar así de una mujer. ¿Dónde quedaron tus valores? —le regañó, frunciendo el ceño.

—Mis valores se fueron bien lejos cuando la vi en la cama con mi supuesto mejor amigo…

—Bien, te entiendo algo. Si tu padre me fuera infiel, estuviese peor. 

—El problema es que no me importa una mierda, — hizo una pausa. — ella no me quiso lo suficiente como para quererme completamente.

—¿Quieres volver a terapia? ¿Perdiste de nuevo tus emociones? — preguntó la mayor, preocupándose por la salud mental de su hijo.

La Belleza De Volver A Encontrarte [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora