Capítulo 12

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Busan, Corea del Sur.


Actualidad.

En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, amén —Finalizó el padre, la misa de ese domingo.

Era un día lluvioso, hacía frío y había un aura triste, o eso pensaba aquel sacerdote.

Aunque se había ganado el amor de muchas personas y se dedicaba a ayudar a los demás, su corazón estaba roto y su alma destrozada. Se sentía hipócrita, sus últimos ocho años los pasó metido en una iglesia pero nunca sintió que pertenecía a ese lugar. Renunció a su vida, a sus amigos y al amor.

Su vida se volvió triste y sombría, aparentaba estar feliz cuando por dentro sólo quería morir, aunque ya se sentía muerto en vida. Fingía sonrisas ante los demás para evitar preguntas.

Cortó toda comunicación posible con sus padres una vez pudo independizarse. Los veía debes en cuando en la iglesia, pero para él, sólo eran unos simples desconocidos, nunca les perdonaría todo el daño que le hicieron.

Sólo tenía tres amigos: Taehyung, Hoseok y Seokjin, ellos se quedaron a su lado a pesar de todo. Los amaba con toda su alma, ellos se encargaron de cuidarlo y hacerle ver que podía continuar con su vida. En varias ocasiones lo encontraron a punto de suicidarse, pero la vida se empeñaba en mantenerlo vivo, por eso, le había enviado a esas maravillosas personas.

Los admiraba, pero sobre todo a Hoseok y Seokjin. Luego de la muerte del padre Jung, su sobrino pudo ser libre y feliz. Era el jefe de enfermería en el Hospital más importante de Busan, vivía en un pequeño departamento junto a su pareja. Aunque muchos criticaban al Padre Jeon por ser amigo de dos homosexuales, a él le valía madre, eran sus amigos y punto.

La mentalidad de las personas había cambiado mucho, ya no había tanta discriminación. Claro, aún existían personas de mente cerrada y atacaban con palabras hirientes a las chicas y chicos homosexuales, pero la mayoría aprendió a respetarlos. Aprendieron que amar es un sentimiento que no escoge género, solo nace y ya.

Christian Park, fue despedido de la policía por innumerables delitos, no sólo maltrataba personas de la comunidad LGBT, en algunas ocasiones, las mataba y escondía los cuerpos para no ser descubiertos, pero como dicen: Entre cielo y tierra no hay nada oculto. Ahora se encuentra pagando una condena de treinta años por tales delitos.

Jeon Dong-Wook, estaba en silla de ruedas. Tres años después de someter a Jungkook a la iglesia, tuvo un accidente y quedó inválido. Su esposa, bueno... ella seguía siendo la misma sumisa de siempre, era el saco de boxeo de su esposo cuando se sentía frustrado por no caminar. En muchas ocasiones pensó en dejarlo solo y uir junto a su hijo, pero también sabía que Jungkook no la perdonaría jamás por todo lo que le hizo.

Park Min-Ho, se divorció de su esposa y volvió a Busan, era el único familiar que iba a visitar a su hermano y estaba al pendiente. Nunca cambió sus ideales, prefirió perder a su familia que cambiar de parecer y aceptar a su hijo tal cual y como era. Vivía solo y amargado.

"Tal vez, el Karma le había llegado a todas las personas que hicieron daño alguna vez".


Jungkook se despidió de todos y fue directo a su escritorio, necesitaba respirar. Cuando entró, se encontró con su amigo tirado en el sofá, mientras veía algo en su teléfono.

—Taehyung, te he dicho miles de veces que no entres así —Reclamó Jungkook.

—Calma, padrecito, te estaba esperando —Dijo Taehyung, mientras se levantaba.

Pecado/ Kookmin⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora