En ese consultorio reinaba el silencio, se veían como si no pudieran creer que estuvieran frente a frente después de más de veintisiete años. Jung-Wook miraba a Ji-hye como si fuera un fantasma y ella lo miraba de la misma forma. Y es que no era para menos, ambos pensaban que el otro estaba muerto. Ella nunca imaginó que volvería a ver al amor de su vida nuevamente, desde que desapareció sin dejar rastro alguno perdió todas las esperanzas.
Jung-Wook estaba en estado de shock, el padre de Ji-hye le aseguró que ella había muerto junto con su hijo cuando intentó abortar, estaba devastado y decidió irse lejos con su madre. Fueron muchas noches de sufrimiento sólo de pensar que había perdido para siempre al amor de su vida y a su hijo. Su depresión fue peor cuando su madre murió y quedó completamente solo en Estados Unidos, estaba perdido y no sabía qué hacer. Pasaba días sin comer, pensando en todo lo que había perdido en tan poco tiempo; su madre, su novia y a su hijo.
Pero como todos merecemos una segunda oportunidad...
Una madrugada cuando ya no podía más y quería acabar con todo, un señor que lo vió en la orilla del puente donde estaba, se acercó a él con delicadeza y posó su mano en el hombro de Jung-Wook.
—¿No pensaras en tirarte por ahí, cierto? —Preguntó el anciano, tratando de ocultar toda su preocupación.
—Mi vida ya no tiene sentido —Respondió bajito.
—Todos pasamos por momentos extremadamente difíciles, pero mira —Señaló el sol que estaba saliendo— La noche acabó y un nuevo día llega. Está bien sentirse mal, llorar de vez en cuando, pero sabiendo que siempre hay un nuevo amanecer y una nueva oportunidad para salir adelante.
—Perdí a mi novia, a mi hijo y a mi madre —Dijo con un nudo en la garganta y a punto de llorar— Lo he perdido todo, no me queda nada.
—¿Crees que ellos quieren que hagas esto?.
—No lo sé...
—Pues yo estoy muy seguro que no. Si quieres puedes venir a mi casa y hablar de todo lo que te atormenta y luego tomas una decisión —Propuso el señor con una tierna sonrisa.
—¿Cómo puedo confiar en alguien que apenas acabo de conocer? —Preguntó Jung-Wook con una media sonrisa.
—Porque soy uno de los mejores psicólogo de la ciudad y quiero ayudarte. Creo que la vida aún tiene un gran propósito contigo, estoy seguro. También porque te hice reír y creo que no lo habías hecho en días.
Jung-Wook asintió estando totalmente de acuerdo con el anciano, aceptó ir a su casa y tal vez poder sacar todo lo que llevó en su corazón y mente por mucho tiempo.
Al llegar a la casa del anciano, tomó asiento en uno de los sillones de la hermosa sala y tan rápido como lo hizo comenzó a llorar y a contar todo lo que sentía desde hace mucho, desde el momento en que se enteró que fue producto de una infidelidad hasta donde se había enamorado de la chica más hermosa de su colegio y de cómo estaba perdidamente enamorado de ella. Le contó absolutamente todo, sin guardase nada. Mientras más contaba sobre su vida sentía que se quitaba un gran peso de encima y eso lo hacía sentir muy bien.
Escuchó atentamente cada palabra dicha por el psicólogo mientras limpiaba sus lágrimas y trataba de convencerse a sí mismo que aún tenía una oportunidad para seguir adelante y hacer sentir orgullosa a Ji-hye y a su madre.
Jamás olvidara las palabras dichas por aquel aciano cuando dijo que quería estudiar psicología y ayudar a otras personas a superar la depresión.
—No te preocupes por nada, yo te ayudare en todo. A cambio, vive conmigo y hazme compañía, esta casa es demasiado grande para mí solo, ¿Qué dices?.
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Pecado/ Kookmin⁴
Teen FictionDos chicos enamorados, un pecado que los podría condenar a muerte. Jimin y Jungkook fueron separados a la corta edad de 18 años por atreverse a gritarle al mundo que se amaban. Sus padres hicieron hasta lo imposible para que no se volvieran a encont...