Conocí a Sirius Black, cuánto tenía 12 años, el primer día de clases, bueno lo ví... Aunque me senté bastante lejos de el, cuando entro en mi campo de visión simplemente no puede dejarlo, estaba recostado sobre el pupitre, uno de sus brazos doblado...
Las personas dicen que hablar de un problema lo hacía más pequeño, si tuviera a una de esas personas frente a mi ahora mismo les gritaría a todo pulmón lo mentirosos que son.
Estúpidos si me vieran ahora.
Eran las 3:00 de la mañana y no podía dormir, estaba sentado en la cama con una cajetilla de cigarros, una botella de alcohol y cuter frente a mi.
Eras las tres cosas en las que podía pensar... en eso y en Moonie.
Se había quedado tan desconcertado cuando le dije que a veces esperaba a que las situaciones me sobrepasarán para tomar una medidas drásticas.
Cuando volvimos caminando a nuestras casas, no hablo, no dijo nada, solo se quedó callado y pensativo.
Tenía tanto miedo de lo que había pasado por esa cabeza, la gente tiende a alejarse de nosotros los autodestructivos, que miedo de que el tambien lo hiciera.
Tal vez eso era lo mejor, tal vez el debía estar lejos de mí.
Tomé el cúter y lo observé, odiaba mis cicatrices pero sentía que merecía un castigo, por el daño que estaba haciendo.
Tal vez todo sería mejor si yo estuviera muerto...
Zumm zumm
Aquella vibración me detuvo justo cuando iba a haber el primer corte, era Moonie.
- Padfoot- me dijo cuando conteste.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Últimamente lloraba demasiado.
- Moonie- me esforcé porque no de diera cuenta de que no estaba muy bien.
- Perdóname por llamar tan tarde, es que... No lo sé solo sentí que debí hacerlo- me dijo.
- No pasa nada- dije con una voz tan calma que parecía no estuviera pasando nada- es bueno oírte, Moonie.
- ¿Te desperté?
- No, yo no podía dormir.
- Yo tampoco, tengo más de una hora dando vueltas en la cama- me quedé en silencio que podía decirle- recuerdas ese campamento en el cual ningún podía dormir y juntamos nuestros sacos y nos hablamos hasta dormirnos.
- Si, fue una noche increíble- sonreí ante ese recuerdo.
Extrañaba ser un niño.
- ¿Por que no vienes y hablamos hasta quedarnos dormido?
- Oh... amm... Me encantaría, Moonie.
- oh, genial- rió nervioso.
- te veo en 5- le dije colgando.
Un sentimiento de emoción se instauro en mi pecho, al mismo tiempo que la mayor parte de los sentimientos negativos desaparecían.
Tomé todo lo que tenía en la cama y lo tiré para luego apresurarme a salir para ir con Remus.
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