The Princess and The Queen

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De regreso a King's Landing yo partí varias horas antes que Daemon, no quería que mi padre o cualquier otra persona pensase algo equivocado al verme junto a él.

Me dirigí directamente hasta sus aposentos con una sonrisa dibujada en el rostro, los cinco días que le había pedido a Daemon se habían cumplido y quería ser la primera persona en escuchar que habría un matrimonio oficial.

El guardia apostado en la entrada de la habitación me anunció y entre con prisa, mi padre se encontraba frente a su gran maqueta de piedra tallada con las mangas de la camisa dobladas hasta el codo y las manos llenas de polvo.

- Rhaenyra - dijo - ¿Que te trae por aquí?

Frunció el ceño con gesto de desinterés y no pude evitar soltar una risita y correr a sus brazos cómo cuándo era pequeña.

- Vamos, no me hagas sufrir - hice un puchero y le apreté las mejillas - Ya a pasado el plazo de tiempo, por favor dime.

Me acomode frente a él en un pequeño espacio entre su mesa de trabajo. Él suspiró y se echó para atrás en su silla.

- Bueno - comenzó a decir - Mis informantes me han comentado que el príncipe Daemon no ha salido de la fortaleza roja en varios días - me miró de soslayo con una ceja encarnada - Que no ha habido rastro de él en la calle de la seda y en cuanto a mí respecta - hizo una pausa y no pude evitar sacudirlo de los hombros para que continuara.

- Padre, por favor - hice cara de angustia y el sonrió.

- En cuanto a mí respecta, a asistido a las reuniones del consejo con demasiada devoción que a veces me resulta imposible no mofarme de él en su cara.

Arrugue la nariz y le di un golpe en el brazo cuando comenzó a reír.

- ¿Así que?... - pregunté ansiosa, mi pierna no podía parar de moverse de los nervios que sentía.

- Rhaenyra - susurró suplicante - ¿Estás segura que es lo que quieres?.

Notaba miedo en su mirada y me daba tanta ternura que no podía dejar de sonreír.

- Sé que para ti Daemon es alguien inestable, es demasiado impulsivo y de temperamento volátil. - Le apreté la mano en señal de confianza - Pero yo lo conozco de una manera diferente, sé lo que es capaz de hacer por quienes ama, y nunca había estado tan segura de algo cómo ahora.

El me miró por un par de segundos estudiando mi rostro, buscando algo que le dijera lo contrario sin embargo no encontró más que sinceridad.

- Sir Harrold - llamó al guardia quien entró inmediatamente - Traiga ante mi a todo miembro del consejo, dígales que es importante su presencia.

El hombre asintió y salió de la habitación, no me dio una respuesta concreta, no dijo un si o un no, pero aquella acción me la había dado.

Cuándo los miembros llegaron y vi entrara a Daemon note cierta preocupación en sus ojos que me hizo sonreír.

- Los he traído ante mi con el fin de comunicarles que la búsqueda del esposo para la princesa Rhaenyra ha terminado - Yo me encontraba a un lado de él observando a cada uno de los participantes presentes, la alegría de algunos y el enojo de otros - Rhaenyra princesa de Dragonstone y heredera al trono de hierro será prometida en matrimonio al Príncipe Daemon Targaryen.

Su voz sonaba tan firme y convincente que ni siquiera Otto Hightower se atrevió a rechistar. Daemon se encontraba de pie en una esquina del salón, tenía las manos en la espada y en su rostro una expresión llena de orgullo.

Nuestros ojos se encontraron por un breve momento y no bastó más que eso para saber lo que estaba sintiendo y lo aliviado que parecía al escuchar la respuesta del rey.

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