12) Rechazo y aceptación

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A Albus Potter le encantaría decir que tuvo una navidad más o menos tranquila y que le gustó la torre de regalos que todos sus parientes le enviaron, pero eso sería una completa mentira.

Las vísperas de navidad habían significado para él un momento de tormento. La poción de Runar, el muérdago de San Valentín y las burlas de los demás habían hecho estragos en una noche que cualquiera hubiera deseado que fuera tranquila.

—¡Albus, feliz año! —Scorpius corrió hacia su amigo arrastrando con él su maleta con rueditas—. ¿Te gustaron mis regalos de Navidad? —preguntó emocionado.

—Hola Scorpius, feliz año —respondió con menos efusión que su rubio amigo, devolviéndole el abrazo amistoso—. Sí, ¿de dónde dijiste que eran los chocolates?

—De Suiza —ambos se separaron—. Mi abuela los trajo de su último viaje y como sé que secretamente te gustan los dulces, te envié una de las cajas —sonrió con camaradería—. Dime, ¿tuviste buenos sueños?

Albus rió. Scorpius le había mandado entre sus tantos regalos, una caja de chocolates que tenían la habilidad de darle sueños dulces al consumidor.

—Oh, claro que sí —dijo mientras avanzaban hacia el interior del castillo—. Fueron tan efectivos que no soñé con nada durante estas dos semanas. Me siento como nuevo.

—Pero se suponía que te darían buenos sueños —lo miró confuso Scorpius.

—Por eso —se encogió de hombros—. Me hizo descansar al fin de las pesadillas.

Un minuto entero de silencio se formó entre ambos, hasta que Scorpius recordó otro punto importante.

—¡Cierto! ¿Y Kaia? —miró en todas las direcciones pero no vio señales de su querida amiga—. ¿Dónde está?

Albus frunció ligeramente la boca.

—Pasaron algunas cosas y... Bueno, ella se tuvo que ir a su casa.

—¿Qué? ¿pero por qué? Ella dijo que se quedaría, estaba muy emocionada, me lo dijo en una carta —dijo confuso, puesto que Kaia le había mandado una carta con un obsequio y un mensaje de lo mucho que esperaba la cena de navidad en Hogwarts—. ¿Cuándo se fue?

—La mañana del veinticinco.

—¿Y su primo?

—Ambos se fueron juntos.

Scorpius iba a decir algo más pero entonces lo que pareció un huracán pelirrojo llegó a velocidad hasta ellos y pronto Albus fue abrazado con fuerza.

—¿Lily? —jadeó Albus algo sorprendido debido a la repentina aparición de su hermana menor.

—¡Feliz año, Al! —exclamó alegre sin soltarlo—. Me hiciste mucha falta en casa en medio de los chistes sobre porqué Gryffindor siempre será la mejor casa y los elogios de tío Ron para su pequeña Rosie por ser ejemplar —rezongó pero luego posó su vista en Scorpius y volvió a sonreír—. Hola Scorpius, feliz año para ti también.

Hope ➻ Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora