Hope: "Confianza de que aquello que se desea va a suceder"
Albus Potter había perdido la esperanza de que todos olvidaran el caos que su imprudencia había ocasionado.
La gente murmuraba a sus espaldas, el Quidditch parecía detestarlo, los recuerdos...
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—A ver si entendí bien la situación...
Segene —con una inconsciente Kaia con la cabeza en su regazo— miró a su hermano al otro extremo del asiento.
—¿Es necesario escucharte? —suspiró Alaia al lado de Lily, observando fijamente el rostro de su prima.
—Kaia le limpió el rostro a un extraño por su bien —comenzó a decir, ignorando a la de cabellos rojos.
—A mi hermano: Albus —corrigió Lily, mirándolo al fin.
—Sí, Albus —hizo un ademán con su mano—. Fue entonces que él la tocó.
—Tomó su brazo —volvió a corregir Lily, no entendido porqué el de cabellos azules volvía a hacer la misma recapitulación por sexta vez consecutiva si él había sido uno de los testigos de aquel suceso.
—Ella lo miró a los ojos...
—Edén, esto no nos llevará a ninguna parte.
—... Y ¡Pum! Cayó al estilo de la bella durmiente —concluyó con una mano en su mentón mientras asentía para sí mismo—. Raro, sobretodo porque siempre sospeché que algo como esto tenía mayores posibilidades de pasarle a Alaia.
La mayor elevó una de sus cejas cruzándose de brazos. Edén la ignoró nuevamente y procedió a darle un bocado a la última empanada que quedaba.
—Pero no lo entiendo, ¿Kaia sufre de alguna enfermedad o algo parecido? —quiso saber Lily, sumamente consternada por haber visto a la chica entrando en la inconsciencia después de que hiciera contacto visual con su hermano.
—No, ella es perfectamente sana —intervino Alaia rápidamente, moviendo su pie con insistencia.
—¿Entonces porqué le pasó esto? —señaló con sus manos a la mitad Veela frente a ella.
—No lo sé, es curioso que justamente se haya desmayado en cuanto tu hermano la tocó y miró —murmuró la pelirroja mayor y Lily no tardó en fruncirle el ceño.
—Acaso estás insinuando que Albus, quien por cierto evitó que se cayera y la trajo en sus brazos hasta aquí... ¿Le hizo algo?
Edén dejó la empanada a medio camino de su boca al sentir la gran tensión que comenzaba a formarse entre ambas pelirrojas frente a él.
Segene se encogió en su sitio y deseó desaparecer al igual que una tortuga al meter su cabeza dentro de su caparazón.
—Yo solo digo que es extraño —murmuró sin ánimos de comenzar una tonta discusión por una tergiversación de sus palabras.
—Tú...
La puerta del compartimento se abrió y los presentes no tardaron en elevar sus miradas hasta enfocarlas en los rostros de ambos chicos con sus uniformes ya puestos.
