14) Un insulso giratiempo

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El plan estratégico para sacar a Albus de su escondite había tenido cierto contratiempo, pues al final, ante el cansancio mental de tan ajetreada situación en Adivinación, Kaia se quedó dormida.

En parte, la culpa también era de la cama de Scorpius, puesto que el rubio se había olvidado de contarle a Kaia que las mantas cálidas que la cubrían tenían un hechizo que ayudaba a conciliar el sueño a quien estuviera cansado y permaneciera allí por más de cinco minutos. De esta manera, la Veela había terminado cayendo en el mundo de los sueños durante dos horas, lo que significaba que le quedaba una hora más antes de que Scorpius regresara.

Kaia abrió sus ojos y bostezó como si nada mientras se estiraba. Fue ahí que, al querer mover las piernas y que estas no le respondieran como siempre, ella reaccionó y se dió cuenta de que se había quedado dormida. Sobresaltada, se sentó de golpe y miró la habitación, recordando que estaba en la que Scorpius y Albus compartían. Parpadeó para despejar su mente adormilada y se reprochó a sí misma por haber sido tan débil ante el cansancio.

Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos en cuanto un susurro provino de la cama de al lado. Girando su cabeza hacia allí y agudizando su audición lo más que pudo, ella fue capaz de oír un sollozo bajo y ahogado.

—Albus —susurró y quiso ponerse de pie para acercarse a las cortinas, pero sus piernas no le respondieron—. Oh vamos, reaccionen —se quejó, dando ligeros golpecitos a sus rodillas sin obtener respuesta.

El sollozo continuo de Albus hizo que Kaia se preocupara aún más y por intentar estirar su brazo hacia la cortina de la cama contraria, terminó perdiendo el equilibrio, cayendo en el espacio entre ambas camas y llevándose con ella uno de los cuadros en la mesita de noche de Albus, generando un crack del protector de vidrio al romperse con la caída.

No pasaron ni diez segundos cuando rápidamente la cortina alrededor de la cama vecina fue corrida de lado y Albus se asomó preocupado al oír tal estruendo. Lo que encontró fue a una Kaia boca arriba observándolo con sopresa y labios apretados, muy quieta como si la hubieran atrapado escapándose del clan de su madre sin su permiso.

—Lo siento —fue lo primero que se le ocurrió decir a Kaia.

Albus reaccionó a la escena con su voz, dándose cuenta de que estaba con los ojos llorosos y enrojecidos ante Kaia. El Slytherin se escondió de nuevo de la vista de la chica al sentarse en el otro extremo de su cama, limpiándose el rostro con rapidez con ayuda de la manga de su suéter, al mismo tiempo que carraspeaba tratando que su voz sonara algo normal y no tan gangosa.

—¿Qué haces aquí? —logró decir con cierto temblor en su tono que no pudo evitar.

—Es una larga historia —murmuró ella aún en el suelo, pues no podía levantarse sola. A lo mucho podría sentarse pero había vidrio a su lado y temía cortarse si se movía un solo centímetro—. En clase de Adivinación practicamos el tema de la interpretación de sueños y la profesora nos hizo entrar en un sueño profundo con ayuda de unos inciensos que ella misma hizo... Resumiendo: mi alma casi se separa de mi cuerpo y ahora no puedo caminar, porque no me responden las piernas —abrevió y levantó el brazo desde donde estaba, siendo su mano lo único que Albus podía ver—. ¿Me ayudarías a levantarme, por favor? Temo que rompí uno de tus cuadros y hay vidrio a mi alrededor.

Hope ➻ Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora