Hope: "Confianza de que aquello que se desea va a suceder"
Albus Potter había perdido la esperanza de que todos olvidaran el caos que su imprudencia había ocasionado.
La gente murmuraba a sus espaldas, el Quidditch parecía detestarlo, los recuerdos...
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El aroma del café y el pan recién horneado flotaba en el aire, mezclándose con el suave murmullo de las conversaciones matutinas. Kaia caminaba entre las mesas junto a Scorpius y Draco Malfoy, disfrutando de la tranquilidad del jardín iluminado por la luz dorada del amanecer.
En el gran salón de techo de cristal habían mesas con diferentes personas distribuidas en base a la familia a la que pertenecían. Cómo Kaia había sido invitada al evento por Scorpius, a ella le correspondía desayunar en la mesa de los Malfoy, en dónde podía ver que también estaban los Nott.
Había algo reconfortante en compartir un desayuno con ellos. Con Scorpius se sentía en confianza, y Draco, a pesar de su porte serio, tenía un humor seco que Kaia había aprendido a apreciar.
—Kaia —la llamó Draco con su tono pausado pero afable—. ¿Has probado el té de jazmín?
Kaia alzó una ceja con curiosidad.
—No, pero suena como una sugerencia.
Draco sonrió con modestia.
—Más bien, una advertencia —hizo un mohín como si hubiera olfateado algo en mal estado—. Evita el café de aquí. Es demasiado fuerte para cualquiera con buen gusto.
Scorpius rodó los ojos con diversión, mientras Kaia reía.
—No escuches a mi padre. Su estándar para el café es ridículamente exigente.
Kaia rió suavemente, pero antes de que pudiera terminar de llegar a la mesa Malfoy-Nott, una voz femenina la llamó desde una mesa cercana.
—¡Kaia!
Giró la cabeza y vio a Ginny Potter sonriéndole con calidez. No la había visto desde la estación de tren, semanas atrás, cuando la mujer había ido a recoger a sus hijos. Aunque solo habían intercambiado unas pocas palabras aquella vez, Ginny le había parecido una persona amable.
—¿Tienes tiempo para una taza de té? —invitó Ginny, haciendo un gesto hacia la mesa donde su familia estaba reunida.
Kaia parpadeó, sorprendida. Dudó un instante, girando la cabeza hacia Scorpius en busca de dirección, pero él solo le hizo un gesto despreocupado.
—Ve, no hay problema —dijo Scorpius con una sonrisa leve—. Apuesto a que Albus no lo admitirá, pero se alegrará de verte ahí.
Draco Malfoy asintió con la cabeza en señal de aprobación.
—No es de buena educación rechazar una invitación tan directa, Kaia. Además, Ginny Potter es bastante persuasiva cuando quiere —se inclinó hacia Kaia como quien susurra un secreto—. No tiene sentido resistirse.
Kaia sonrió ante el comentario. Ella se despidió de los Malfoy y se encaminó hacia la mesa de los Potter.
Cuando se sentó, notó que las miradas de la familia se posaban sobre ella. Lily, a su lado, le sonreía con entusiasmo, mientras que Albus la observaba con una mezcla de sorpresa. James, en cambio, permanecía en silencio, revolviendo su comida distraídamente con el tenedor.