별명 1: Blanco 별명

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Con tranquilidad, dio varias vueltas en la cama y restregó su rostro perezosamente por el cojín, notando que era extremadamente blando y suave.

Sonrió, feliz de que aquella mañana no debía madrugar. Pero de inmediato, se cuestionó el porqué aquella mañana no madrugaba, y porque el resto de mañanas sí lo hacía.

Un fuerte dolor de cabeza le ataco y decidió abrir los ojos, los cuales chocaron directamente con una pared completamente blanca y pulcra.

Dio un salto en la cama y enseguida el miedo le recorrió todo el cuerpo, las náuseas le atacaron al no poder controlar sus emociones y casi pega un grito de histeria al notar, que aquella no era su habitación, ni nada que pudiera reconocer.

-Has despertado.- comento otra voz.

Espantado, llevo su mirada hacia el otro lado de la habitación. Justo frente a su cama, había otra cama exactamente igual, en ella estaba sentado un chico de cabellos negros y cortos, mirada oscura y brazos anchos.

No lo reconoció, lo que le asusto más.

-¿Quién eres? ¿Por qué no estoy en mi habitación? ¿Acaso tuve un accidente de tráfico y esto es el hospital?

-¿Tienes coche?

-No lo sé, ¿puede?

El chico contrario bufo, divertido.- Esto es absurdo...- murmuro.- No, no es un hospital. O no sé hasta qué punto, porque aquí no hay máquinas para medir la tensión o el azúcar.

-¿Dónde estamos?

-Tampoco lo sé.- admitió, encogiéndose de hombros.- Solo hace algunos minutos que desperté también.

-¿Vas a decirme al menos quién eres?- siguió preguntando, espantado.

-Pues... eso tampoco lo sé.- admitió el otro chico, con algo de pena e impotencia en sus ojos.- ¿Tampoco recuerdas tu nombre?

Se paró algunos segundos a pensarlo, y se dio cuenta de que no se acordaba de su nombre. Ni de su edad, ni de donde vivía, tampoco de sí tenía familia, amigos o que estudiaba, si es que lo estaba haciendo.

El pánico se extendió por su cuerpo, pero antes de poder entrar en pánico, el contrario volvió a hablar.

-Tranquilízate.- ordeno, suspirando.- Tampoco recuerdo nada, así que estamos igual.

-Esto... está todo mal.- murmuro, mirándose las manos, y después su alrededor.- No deberíamos estar aquí...

-Tenemos etiquetas.- anuncio el otro, llamando nuevamente su atención.

-¿Qué... de que hablas?

El chico de anchos brazos se señaló su propio pecho. Se fijó en que ambos traían puesta ropa blanca con unas letras negras bordadas cerca del cuello.

-En la mía pone "Scoups".

Se fijó en la suya.- En la mía... Cheonsa.

-Ángel.- comento el otro, curioso.

-Esto... no me puede estar pasando.












별명

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