Un antiguo oficio

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—¿milord?

Tyler se giró sorprendido. Frente a él, Pokeweed lo miraba con sus grandes ojos castaños. Más que en otras circunstancias, Tyler deseo poder arrancar su máscara para ver la expresión de sus ojos y poder descifrar la mente de la chica que lo perseguía día y noche.

— Esta aqui.

— ¿Dónde más estaría?

— Yo... no la observe en el espectáculo.

— Tenia otros deberes — respondió, sin soltar mucha información.

La respuesta no agradó a Tyler y casi con brusquedad la tomó de la mano. Entraron a la mesa privadas que habían compartido en las previas ocasiones y tan solo la cortina se cerró detrás de ellos, Tyler tomó a Pokeweed por su cintura y la besó con ferocidad. La respuesta de ella no tenia la misma efusividad pero cuando se separaron, con sus respiraciones entrecortadas y sus labios inflamados, tampoco parecía molesta.

— No se imagina como deseaba verla — dijo él casi en un suspiro.

— Parece que ha tenido una semana complicada.

— No podría hacerse una idea.

En aquel momento un camarero entró ofreciéndoles una botella de vino y dos copas. Mientras el hombre servía, ninguno de los dos mencionó una palabra, pero sus ojos se devoraban sin disimulo.

— No imagino que puede complicar la vida del futuro Marqués.

— Le suplico que no lo me recuerde. Mi padre se toma esa tarea con demasiado esmero. — De un solo tragó Tyler se tomó la mitad de su copa, mientras Pokeweed apenas mojó sus labios en el líquido. — Mi padre espera que investigue a algunos de sus adversarios.

— Me parece algo divertido.

— Lo sería, de no ser que si se dan cuenta... bueno, estoy seguro que esa familia no tendrá ningún problema con extinguir el futuro de la casa Galpin.

Pokeweed soltó una pequeña carcajada y movió con elegancia el líquido de su copa.

— ¿Por qué les tiene miedo?

— Mis amigos me contaron algunas cosas inquietantes.

— Es poca la verdad que contiene las habladurías. ¿No seria mejor que emita su propia opinión?

Tyler la miró realmente intrigado por sus palabras, como si la analizará detenidamente. Terminó el resto de su copa antes de volver su mirada hacia ella.

— Ciertamente, no esperaba encontrar aquí una fuente de sabiduría.

— ¿Esperaba encontrar sólo un rostro bonito?

— Admito que no me molestaría ver su rostro completo — respondió rozando con las yemas de sus dedos el borde de la máscara.

— Pero no es posible — dijo ella, apartando su mano.

Tyler aprovechó el movimiento para entrelazar sus manos y con la mano libre la tomó delicadamente del rostro. Rozó con su pulgar el labio inferior antes de volver a besarla.

Saboreo suavemente los labios de Pokeweed, eran suaves y tan perfectos que sentía como su boca se derretía en la de ella. Sus manos acariciaron su cuello y luego sus hombros.

— Milord...

La breve separación lo dejó insatisfecho y Tyler perdió la compostura, necesitaba tanto descargar los reclamos diarios de su padre, sus miradas decepcionadas, el vano consuelo de su madre y la forma en la que toda la alta sociedad juzgaba cada uno de sus pasos. Era tan diferente a la libertad que había mantenido toda su vida, que en aquel momento solo pensó en satisfacer su propio placer.

Tomó el rostro de Pokeweed con ambas manos y la beso con más fuerza, con hambre. La chica se sobresaltó y dejó escapar un ligero gemido con el que él encontró su entrada para que su lengua comenzar a explorar la boca de Pokeweed. Ella se volvió a mover y Tyler pasó un brazo detrás de su espalda para mantenerla junto a él mientras su otra mano buscaba con desesperación el borde de su falda y cuando sus dedos tocaron la tersa piel de sus piernas, soltó un dulce gemido.

Tyler dejó los labios de Pokeweed solo para atacar su cuello y perderse en el delicado perfume.

— ¡Milord! — Tyler confundió las intenciones del llamado y hundió con suavidad sus dientes en aquel perfecto y delicado cuello, mientras sus manos subían por sus piernas.

— ¡Mi lord!

Pokeweed lo empujó con fuerza. Tyler la miró confuso, su pecho bajaba y subía agitado y sus ojos estaban abiertos de par en par.

— ¿Qué sucede?

— Creo que se confunde conmigo, mi lord — escupiendo el apelativo como si fuera acido — No soy ninguna prostituta.

— ¿Ah no? ¿Tu deber previo no fue complacer a algún viej..?

Tyler no pudo terminar por el impacto que recibió su rostro. Y no se trató de una bofetada. Pokeweed le dio un puñetazo en su pómulo derecho sin dudarlo.

— Le aconsejo que se marche antes de que esta situación se vuelva más incomoda.

Incrédulo, Tyler llevó una mano a su rostro.

— Ahora.

Tyler se marchó, dando un golpe molesto en la mesa y dedicándole una mirada furiosa antes de desaparecer detrás de la cortina. 

* * *

Aquella madruga Polly Nichols caminaba por las calles de Whitechapel. No tenia el dinero para pagar la pensión aunque lo habia ganado tres veces aquella noche pero tan rápido como lo consiguió, se bebió hasta el ultimo penique en "El Sartén". No había problema, estaba segura de poder conseguirlo nuevamente, una víctima era todo lo que necesitaba.

Siguió caminando por la calle, la noche era cada vez más oscura. Pasaba frente a los bares y burdeles mientras buscaba el perfecto caballero que le permitiera dormir en una cómoda cama aquella noche.

Caminaba frente a Buck's Row cuando encontró al hombre que buscaba. Llevaba un sombrero de copa alta que hasta ella sabía que era muy costoso y que le ocultaba el rostro en las sombras. También vestía una gabardina que rozaba sus botas y debajo, una camisa blanca de lino. No era de ahí, Polly lo dedujo en seguida, nadie en Whitechappel se atrevería a lucir así sin temor a perder su dinero o incluso la vida, solo aquella gabardina le podría conseguir el dinero para un par de noches cómodas.

Sin pensarlo dos veces, Polly se inclinó en el muro y espero que el hombre se fijara en ella para levantar su falda hasta mostrar la piel de sus piernas. Se pregunto que se sentiría coger con un ilustre caballero, debía ser mejor que los ineptos con los que usualmente lo hacia.

El hombre cruzó la calle hacia ella. Polly entró al callejón de Buck's Row y fue en ese momento que pensó que alguien de clase no se rebajaría a arrinconarla contra la pared mientras se bajaba el pantalón, debería llevarla a un hotel. Si, era lo más apropiado y sus problemas de alojamiento se resolverían.

Escuchó los pasos retumbar contra las paredes del estrecho callejón.

— Debes saber que que te costará más de un par de peniques.

—Pagaré el precio justo — su voz era aterciopelada y grave.

De repente, Polly fue empujada contra la pared. El caballero le tomó el cuello y con su otra mano subió apresuradamente su falda. La tocó de forma salvaje hasta que un gemido salió de sus labios y Polly cerró sus ojos.

Sin que ella se diera cuenta, el hombre sacó un puñal y cortó su garganta de un lado a otro.

Polly no gritó, se ahogó con su sangre antes de entender lo que sucedía.

A las cuatro de la mañana, un cochero paso por la calle Buck's Row miró el cuerpo de Polly tendido en el callejo, con su falda levantada arriba de las rodillas y sus manos a cada lado del su cuerpo. La oscuridad no le permitió ver la sangre que bajaba por su garganta, fueron los policías que llegaron después que determinaron la muerte de Polly Nichols, la primera en morirá en Whitechapel. 

Lady Marmalade #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora