Shikamaru Nara sabía muy bien a lo que se estaba metiendo, cuando le entregaron su chaleco Jounin, le llegó implícita la invitación a las Fuerzas especiales AMBU.
Si bien él era un flojo al que no le gustaban para nada las horas extra, él no era estúpido, las ventajas socioeconómicas que venían en el paquete ANBU no eran algo que pudiera rechazar, en especial porque el formar parte de este grupo le traerían muchas ventajas a futuro, cuando en unos años fuera más viejo y más flojo y quisiera retirarse a rascarse sus santos huevos para jugar Shogi y dormir hasta tarde nadie le diría nada porque en sus años jóvenes sirvió por demás, era un esfuercito hoy para la flojera de mañana.
Igualmente ya no había más que pensar, ya estaba en la oficina del Hokage con todos sus papeles firmados y ahora tenía que ir con Ibiki Morino, el Cabezal de las Fuerzas Especiales quien lo esperaba en las instalaciones del AMBU.
Estaba esperándolo, con la cara repleta de cicatrices y con una expresión de estar oliendo mierda todo el rato recibió a Shikamaru y lo llevó al ala médica para las revisiones y chequeos generales, le realizaron analisis de sangre, recoleccion de saliva, huellas, orina y hasta semen, que bueno...era entendible las misiones de campo o de recolección de datos a veces tenían que llevarlas hasta otros terrenos para que tuvieran éxito, para el medio día Shikamaru ya se encontraba medio arrepentido de sus decisiones, llevaba aproximadamente cuatro horas haciéndose chequeos médicos completos, y rellenando formularios, para el medio día, el psicotécnico había sido completado con éxito, y ahora pasaban más a la parte burocrática donde el Cabezal Ibiki Morino le leyó el protocolo de trabajo, haciendo inciso en sus obligaciones en cuanto al anonimato absoluto de sus trabajos, sus derechos y garantías, para cuando todo estuvo aceptado y firmado, ya habían pasado aproximadamente seis horas entre chequeos y papelerios.
Para las tres de la tarde el joven se encontraba afuera del quirófano esperando entrar a la sala pequeña de procedimientos ambulatorios donde también realizaban el característico tatuaje, cuando lo llamaron Ibiki se encontraba junto a un muchacho vestido de doctor con la máquina de tatuajes ya lista para marcarlo.
Un rato después, ya el muchacho estaba tatuado y con el nuevo uniforme bajo el brazo, yendo a casa derecho a almorzar algo y echarse un buen sueño como Dios manda.
Una vez llegó encontró la casa vacía, Shikaku y Yoshino no estaban así que muy a su pesar se preparó algo de comida, comió en silencio, casi sopesando cada bocado del sueño que le estaba dando, cuando terminó lavó su plato y se fue derecho a su querido futón, con su adorada almohada y sus agradables inciensos.
Para cuando despertó ya era la madrugada del día siguiente, viendo a su ventana observó el cielo aun oscuro sin sol, y escuchó en las cercanías la bulla constante de las aves despertándose en los arboles cercanos, debían estar cerca de las cinco y media, con pesadez y sobrado de tiempo se paró de su cama y fue a poner agua a calentar para darse un buen baño, sus padres aun descansaban en su habitación, entretanto el baño estuviera listo, puso agua para un café y partió algunos huevos para sus tostadas, cortó un poco de queso y con su típica calma, entre bostezos y ojos pegados de lagañas comió su desayuno, al terminar ordenó y lavó su plato y su taza procurando no hacer tanto escándalo por su madre que tenía el sueño ligero a diferencia de él y su padre.
Cuando ya estaba bañado y afeitado, se puso su yukata y esperó a que se acercara la hora de ir al área 44, el campo de entrenamiento privado de las fuerzas especiales AMBU, cuando se acercaban las ocho de la mañana se puso su uniforme sin mascara y partió a conocer a sus compañeros y al nuevo ambiente de trabajo, sabía que encontraría caras conocidas, pero no sabía con certeza cuantas serían, en la entrada de campo 44 al llegar se encontró con tumulto de gente todos uniformados como el, quienes al verlo llegar se giraron dándole la bienvenida a la unidad, muchas caras desconocidas que sonreían al saludarlo, y otras caras que al reconocerlo sonreían felices de verlo, entre los conocidos reconoció a los hermanos Shiranui, Shion y Genma, Hatake, Mitarashi, Morino, Gekko, Totetsu, Uzumaki Shin, entre otros y entre la gente encontró una cara que hacía años no veía, le sonreía con familiaridad, una amiga de la academia que él mismo la creyó retirada del mundo ninja.
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Un Hogar Al Cual Volver- Shikamaru Nara x OC
FanficDos amigos vuelven a encontrarse despues de tiempo sin saber del otro, ahora en circunstancias laborales muy duras, dos jovenes AMBU convivirán y compartiran más de lo que imaginan, continuarán una historia sin terminar siempre manteniando sus anhel...