𝐊𝐚𝐩𝐢𝐭𝐞𝐥 𝟕: Perspectiva directiva.

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Luzu es alguien que afirma que siempre se puede conseguir algo mejor

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Luzu es alguien que afirma que siempre se puede conseguir algo mejor. ¿Y cómo culparlo? Si el castaño estaba rodeado de los gustos más excéntricos y hasta absurdamente costosos, un ejemplo, la gargantilla de piedras rubí qué mando hacer a su medida y que solamente usa en ocasiones muy especiales. Ya sean bodas, fiestas de alto glamour y hasta en ligeras apariciones de comerciales, pero lo último es con tal de sobresalir más. Los tacones resonaban en cada paso que daba por el largo pasillo blanco. Cada paso se convierte en una declaración de elegancia y confianza. El sonido rítmico golpeando el suelo crea una sinfonía de poder, es deliberado, como si estuviera marcando su territorio. El tacón, afilado y elevado, alarga sus piernas y realza su figura. La mirada de los demás se posan en él, admirando su gracia y plomo, incluso algunos tragan nerviosos por el impactante sonido. El modelo solo ríe divertido para finalmente llegar a su destino, la sala de reuniones de la junta directiva, un lugar que solo los altos podían entrar y luego estaba él. Un simple modelo que se ganó tal derecho solamente por ser lo suficientemente cercano al CEO de la compañía.

— Buenas tardes — Saludo para tomar el asiento reservado exclusivo de él. Todo marchaba bien, aún quedaba tiempo antes de que la reunión empezará y el presidente no hacía su aparición, hasta que una de las mujeres cruzó los brazos y miró a Luzu.

— Sigo sin comprender porque un modelo está aquí — El lugar quedo en un incómodo silencio, pero la mujer continuó —. Él no tiene nada que ver con nuestro trabajo, lo único que tiene que hacer es prestar su cara, no hay más.

Los presentes llevaron su mirada se reojo para notar que el ojo rubí se molestó de aquellos comentarios.

— Está cara — Señaló su rostro y sonrió —. Le da a la empresa millones de dólares, ¡ah!, y también paga tú sueldo.

La ajena gruño para impactar su puño en la mesa.

— ¡Bastardo! — Grito enojada para acercarse al contrario, quedando a unos metros —. ¡Como si nadie supiera que eres una zorra! ¡Maldita puta!

Los ojos rubí se abrieron ante la acusación, pero desvío la mirada, intentando ocultar el llanto que poco a poco se formaba. Inmediatamente el resto miro mal a su compañera y se acercaron al castaño para consolarlo.

— ¿Qué ocurre contigo Mónica? — Reclamó uno de ellos para mirar enojado a la mujer y alejarla con un leve empujón en el hombro —. Luzu pasó mucho para llegar hasta aquí, tuvo anorexia a los comienzos de la compañía e incluso nos ayudó a cubrir algunos gastos, sin él estaríamos en la quiebra.

La mujer los observó sin poder creerlo. Luzu es un manipulador, un titiritero hábil en el arte de mover los corazones y las voluntades a su antojo. No es un poder que se ostenta con orgullo, sino una danza maestra de palabras y gestos. No usa la fuerza bruta ni la intimidación. Su arma es la persuasión, la seducción de las mentes. Sabe cómo encontrar los puntos débiles de cada persona: la ambición oculta, el deseo reprimido, la necesidad de ser amado. Como un artista, pinta sus palabras con colores vibrantes, creando ilusiones que atrapan a sus víctimas. Pero ella conocía ese tipo de personas, es como un vino añejo, de esos que reposan en barricas de roble durante décadas. Es un sabor agridulce que se desliza por la lengua, dejando una estela de superioridad y desdén. El modelo imagina que es un rey en su trono, rodeado de cortesanos que lo adulan y temen a partes iguales. Es arrogante, siente que el mundo está a tus pies. Las palabras de los demás son meros susurros, las críticas son risas lejanas. Se pavonea con la certeza de que es el centro del universo, que su opinión son dogmas irrefutables. Es como si llevará una corona invisible que lo eleva por encima de los mortales comunes.

Luzu podía ser clasificado como un jodido narcisista. O eso piensa ella.

— ¿Por qué lo defienden? — Cuestionó ella con desdén para luego reír divertida y suspirar cuando su cabeza conectó piezas —. Ah, ya veo, se lo quieren coger, ¿no?

Los hombres se sobresaltaron molestos y negaron al instante.

— ¡¿Cómo puedes decir esas vulgaridades?! — Exigió uno de ellos, avergonzado de que la mujer haya dado en el clavo, pero tratando de parecer la víctima —. Luzu no es un objeto, deja de referirte a él de ese modo.

El castaño miro a la mujer. Él sabía que eso era verdad, más no le importaba, después de todo, eso no quitaba el hecho de que era lindo... Y follable, o bueno, el modelo lo considero más un halago. Ya que eso significaba que era deseable. Aunque eso signifique sexualizarse de cierto modo. Sin embargo, no se dejó afectar por eso, solo suspiro para fingir calmar el supuesto llanto que estaba conteniendo, miro a la dama por unos instantes con frialdad y luego con tristeza. Debía mantenerse en su papel frente a los ejecutivos.

— ¿Insinúa qué estos hombres me ven como un simple agujero? — Los mencionados se tensaron, un poco angustiados de que sus intenciones hayan salido a la luz, pero se sorprendieron cuando el ajeno empezó a dar una defensa —. Pues déjeme decirle que éstos sujetos me conocen mejor, ellos saben lo que viví para ser lo que soy, me vieron en los aspectos más miserables, pero claro, usted solo crítica por envidia.

La contraria abrió sus ojos completamente indignada, pero rio burlona.

— ¿Y? Eso no quita el hecho de que todos estos tipos te quieren follar — La mujer cruzo los brazos y bufo divertida —. Por favor Luzu, eres muy consciente de eso, aunque ellos digan que no, lo hacen. Y tu te has dado cuenta.

El castaño soltó un ligero gruñido.

— Como quieras, pero sabes que digo la verdad — El modelo estaba cabizbajo —. No eres más que una cara bonita que todos quieren follar y tirar como un juguete.

El silencio inundó el lugar.

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𝗕𝗢𝗡𝗜𝗧𝗢 | LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora