𝐊𝐚𝐩𝐢𝐭𝐞𝐥 𝟏𝟎: La imagen ideal.

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Luzu caminaba con la seguridad propia de un dios griego, su rostro esculpido y su físico impecable despertaban la envidia general

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Luzu caminaba con la seguridad propia de un dios griego, su rostro esculpido y su físico impecable despertaban la envidia general. En su rol de modelo de pasarela, desbordaba una arrogancia sin límites. Sus pasos resonaban con una superioridad que parecía colocar al mundo a sus pies. Su éxito, atribuido únicamente a su apariencia, le parecía merecido; después de todo, era el modelo más deseado, avanzando con una confianza que bordeaba la insolencia. Su mirada desdeñosa y su sonrisa condescendiente se habían convertido en su sello distintivo. "El mundo gira alrededor mío", parecía proclamar. El destello de las cámaras lo envolvía, cada objetivo capturaba su semblante y figura, mientras los fotógrafos capturaban su esencia con un constante clic, él desfilaba su silueta estilizada y su cabello impecable. Las multitudes se rendían, y las revistas lo idolatraban. Sin embargo, tras esa fachada de perfección, solía despreciar a los otros modelos, tratándolos como meros peones en su juego de vanidad y llegaba a mofarse de los diseñadores, considerándose a sí mismo la verdadera obra de arte.

Las fiestas exclusivas eran su escenario para demostrar superioridad, y las redes sociales, el púlpito para proclamar su grandeza. Solo asistía a esos eventos para burlarse mentalmente de los demás. Caminaba por los alrededores del jardín del edificio. Había acompañado a su jefe a la inauguración de un nuevo hotel, y fue una sorpresa cuando reconoció al niño de la reunión. Suspiró y se rio divertido antes de observar cómo el joven de cabello azabache se acercaba con una expresión indiferente.

 — No esperaba verle aquí — Dejo la copa vacía en la bandeja de una de las meseras que pasaba por ahí —. Pero tiene un respetado apellido, fue tonto de mi parte tener tal deducción.

Quackity gruñó un poco, no le gusto el tono que uso para dirigirse a él, esa entonación contenía burla. 

— ¿Acaso piensa que no merezco estar aquí? — Los ojos rubí se volvieron afilados, el joven no tardó mucho en captarlo, aquella mirada destilaba superioridad y hasta narcisismo.

— No ponga palabras en mi boca — Sugirió el castaño con una forzada sonrisa amarga —. Es el heredero de la compañía Q, es claro que tiene que tener conocimiento de todo esto, cuando usted ascienda, este será su campo de batalla como de baile.

El azabache no quería admitirlo, pero era incapaz de desviar la mirada del cuerpo del castaño. Era hermoso, con su piel ligeramente tostada, sus ojos de rubí que parecían devorarte y esa figura estrecha que, de alguna manera, se acentuaba con su ropa ajustada. Podría jurar que la cintura del castaño era incluso más delgada que la de las modelos femeninas que había por allí. Dio un suspiro para calmarse, sin embargo, Luzu notó su presencia.

— ¿Le gusta? — Preguntó con inocencia, dando una vuelta completa qué hacía a su traje revolotear —. Me lo regalo un diseñador de Prada.

Quackity examinó la indumentaria detenidamente. Parecía de un estilo gótico, con una paleta de negro y rojo oscuro, detalles de encaje y una estructura que evocaba un diseño victoriano alterado. La parte superior, ajustada y negra con cordones frontales, delineaba una silueta curva cautivadora. Presentaba tirantes delicados y adornos de encaje oscuro a lo largo del escote. La 'falda', amplia y con capas de tela roja oscura de bordes irregulares, sugería un efecto desgarrado o deshilachado. No obstante, el toque final lo daban las cadenas y la rosa negra fijada en el hombro izquierdo, que complementaban el conjunto a la perfección.

— Es de su estilo, sin duda — Reconoció el azabache algo avergonzado de haber caído en la tentadora figura del modelo. Lo admite, el cuerpo que se cargaba el joven ojo rubí era exquisito, por no decir, delicioso.

Sin embargo, era precisamente esa característica lo que hacía que muchos diseñadores lo escogieran, Luzu es andrógino, cualquier tipo de ropa ya sea femenino o masculino, le quedaba como anillo al dedo. Sus ojos recorrieron las curvas del castaño, tuvo la tentación de trazar con sus dedos la curvatura, pero se detuvo y suspiro.

— No eres tan discreto — Quackity bufo al percatarse de que ya no se dirigía a él de manera formal —. No soy estúpido, ¿crees que no sé que has investigado sobre mi?

Los orbes del azabache se abrieron completamente consternado, su cuerpo se paralizó por unos momentos, trago duro e intentó calmar su nerviosismo.

— ¿De dónde saca eso? — Trató de sonar seguro, aunque fallo por el escalofrío que atravesó su espalda cuando la mano del modelo acarició su cabello. Luzu sonrió en grande.

— Los de tu tipo siempre tienen el estereotipo de que la belleza y la inteligencia no pueden ir juntas — Murmuró con una suavidad amenazadora —. Es como el clásico "rubia, pero tonta" ¿o me equivoco?

— No entiendo... — Luzu saco repentinamente una especie de carta, pero cuando la volteo, Quackity quedo pasmado al ver que era una fotografía del espía qué contrato para seguir al modelo. Los colores se le fueron al rostro del joven.

— Lo reconozco, al principio fue difícil detectarlo — Sonrió y guardo la foto en el bolsillo del traje con una lentitud torturosa —. Aunque, me gustó mucho esta partida del gato y el ratón, espero pueda divertirme más.

Quackity se mantuvo petrificado en su lugar. No podía creer lo que acababa de pasar, juraba que estaba sudando frío y que cualquier movimiento sería una sentencia de muerte. En cambio el modelo aplaudía al ver al resto haciendo lo mismo. Los ojos rubí decían un claro: "te atrapé" mientras se le dibujaba una sonrisa burlona que insinuaba cinismo. Luzu se alejó para subir al escenario y ser parte del momento en que se cortaría el gran listón rojo de la inauguración, la multitud fijo su vista en el modelo, admirando su figura. Pero el azabache solo trataba de recuperar el aliento, se dirigió torpe a un espacio vacío y respiró profundo para calmarse.

— Lo sabía — Murmuró para sí mismo, su corazón parecía salir de su pecho de la intensa presión a la que sobrevivió —. Tendré que advertirle a Cellbit que tenga cuidado.

 Tendré que advertirle a Cellbit que tenga cuidado

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𝗕𝗢𝗡𝗜𝗧𝗢 | LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora