𝗕𝗢𝗡𝗜𝗧𝗢 | Luckity

𝐊𝐚𝐩𝐢𝐭𝐞𝐥 𝟏𝟏: Prada, Louis Vuitton y Hermès.

Quackity frunció el ceño al ver a su madre fascinada con el desfile transmitido desde París. Sin embargo, parpadeó al reconocer esa figura esbelta y, sobre todo, la ropa que lucía. Vestía una chaqueta de cuero negro, pantalones que parecían de un material similar y botas oscuras con plataformas gruesas. Se destacaba una prenda de color más claro alrededor del muslo, en contraste con el resto del atuendo. Este se completaba con un cinturón de cadenas y anillos, acompañado de una pequeña bolsa en la misma gama de colores. La mujer asentía evaluando con la mirada, complacida con lo que veía, suspiró satisfecha y chasqueó los dedos. Eso significaba solo una cosa: ella lo adquiriría.

— El modelo es guapo... — Murmuró la mujer antes de sacar su celular y hacer la orden, miro de reojo y sonrió al ver a su hijo —. Oh, mi pequeño bebé, no me mires así, sabes que me encanta ese tipo de vestimenta.

— Ay mamá... — Sintió un escalofrío cuando su madre casi ronroneo, en veces no entendía los gustos de su progenitora.

— Me gusta lo que veo — Quackity volteo hacia la pantalla, se sonrojo un poco cuando Luzu dio la espalda, mostrando lo ajustado que estaba la ropa. No es necesario decir que era lo que más resalta.

— Deja de ver eso — Gruñó el más joven para cambiar el canal, recibiendo un pequeño reclamo de la mujer, pero la ignoró al ir a su habitación y poner en su televisión la pasarela.

Quackity exhaló al ver que el castaño volvía a aparecer, pero no pudo desviar la mirada de la pantalla debido al atuendo que Luzu portaba. La blusa blanca atraía las miradas con sus volantes meticulosamente detallados y adornos de encaje. Su cuello alto le confería un aire de elegancia y sofisticación. El conjunto evocaba un aire romántico y retro. Los pantalones cortos negros complementaban perfectamente, con detalles de botones y adornos en forma de cruces que realzaban la estética gótica. Es innegable, al castaño le sienta bien cualquier cosa. Sea con faldas, vestidos, pantalones cortos o largos, cada prenda destaca su silueta. Por un lado, le provocaba envidia, ya que, a pesar de ejercitarse, Quackity todavía tenía ligeras 'llantas', como decía su tía. Por otro lado, el cuerpo del modelo parecía increíblemente perfecto.

Por más que buscará algún tipo de exceso de grasa, no lograba dar con ninguno, era como si Luzu hubiera salido de un molde preciso y bien proporcionado. 

— Creo que no debo comer mucho — Murmuro para sí mismo antes de tomar asiento en su cómodo sofá, siguió viendo la pasarela, fijándose en el cuerpo de cada modelo. Trago con dificultad un sorbo de su refresco y bajo la mirada —. Carajo.

Su atención regresó a la pantalla, sintiendo irritación al observar la figura del castaño una vez más. ¿Por qué esa preferencia? El ojo rubí se adueñaba de la pasarela, desfilando con confianza bajo las luces y las miradas de la audiencia. No obstante, su rostro se encendió al ver a Luzu despojarse del saco, dejando al descubierto un atuendo audazmente revelador. No es necesario mencionar como reacciono el público ante tal muestra de carne. Quackity dejo su vaso en la mesita que tenía a lado, llevó su cabeza hacia atrás, necesitaba calmarse porque su cuerpo había reaccionado ante la blanqueada piel. Su entrepierna lo delato, mientras miraba el techo intento relajarse. En cuanto su mente recordó la buena figura, su cabeza divago y lo llevo a otro nivel. Su imaginación despego, igual que el problema de sus pantalones. 

Reviso de que nadie estuviera cerca, aseguro su puerta y tomo asiento en su sofá. Sintió un alivio al liberar su virilidad de la apretada tela. A pesar de que estaba a punto de darse la atención que necesitaba, al recordar la personalidad que el castaño había mostrado antes, lo apagó de cierto modo hasta que recordó la buena silueta. Gruño cuando su entrepierna reaccionó, al menos su cuerpo era honesto al admitir que el castaño le atraía sexualmente, pero eso le molestaba. Odiaba admitir el hecho de que si disfrutara de cogerse al modelo. Miró hacia la pantalla y sus ojos quedaron cautivados en cuanto todos los modelos se posicionaron para una foto grupal; por supuesto, Luzu tenía que estar en el centro. Estaba a punto de levantarse, murmuró un gruñido una vez más; la presencia del castaño era tan magnética que, aunque ya no estuviera modelando, todas las miradas lo seguían en cada movimiento. Apagó el televisor a regañadientes, le irritaba que ese español tuviera tanto carisma, incluso diría que poseía más influencia que sus propios padres.

— Pervertido — El joven azabache salto en su lugar al escuchar otra vez, volteo a ver y se alivió cuando vio que se trataba de Cellbit, luego entro en cuenta del como vestía y se puso rojo —. Tranquilo, a veces necesitamos liberarnos, por cierto, tu mami tiene un gusto muy peculiar por los castaños. 

» En eso se parece a ti — Quackity gruño bajo al entender aquella indirecta, el espía silbo y asintió gustoso al mirar la figura en la gran pantalla —. Honestamente, el hombre sabe lo que hace, solo míralo.

— ¿Ya te hipnotizo? — Se burlo el azabache antes de ofrecer un cigarro, que fue rechazado de inmediato, había olvidado que Cellbit no fuma.

— Hay que ser ciego para no admirar esa belleza — Agarro el vaso a medias y le dio un sorbo —. Sin embargo, es inteligente, me descubrió en tres días o tal vez en menos.

— Rubia, pero tonta — El extranjero resoplo divertido antes de poner el vaso en su lugar y enfocarse en su compañero.

— Quackity, sabes que soy muy curioso, así que ¿por qué insiste tanto con él? — El mencionado suspiro, poniendo el ambiente tenso.

— Bueno, ¿no es extraño? — El tono del azabache cambio a uno serio y helado al decir esas palabras.

— ¿Qué cosa? — Se atrevió a preguntar Cellbit pese a la ligera presión que sintió antes.

— Que todas las estrellas del momento hayan desaparecido en cuanto él subió a la fama.