CHICAGO

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Capitulo 2

Albert me miraba incrédulo y con cierta decepción en sus ojos, él no entendía lo que pasaba por mi cabeza, no entendía como podía pensar en recuperar a alguien que estaba enamorado de otra mujer. Hacía meses que él y Terry habían mantenido conversaciones en su despacho. Albert era su confidente, lo quería, era el padre que Terry nunca tuvo, una persona a la que podía acudir si se sentía solo o si necesitaba consejo.

Candy, por favor, no quiero que salgas más herida. Piensa lo que estas a punto de hacer- me suplicaba.

No necesito pensarlo más Albert, necesito tu ayuda, tu apoyo, yo soy la que te lo pide por favor- me acerque a él buscando su abrazo. Él dudaba era evidente, pero me abrazo- esta bien Candy, yo siempre estoy de tu lado ¿Qué plan tienes?

Regresamos al salón más tranquilos, él caminaba justo detrás de mí cuando nos topamos con Terry y Lu que se retiraban de la fiesta.

Albert, amigo, como siempre un gusto compartir contigo y tu familia, espero que podamos reunirnos muy pronto, necesitamos hablar- decía Terry mientras estrechaba la mano de Albert.

Lu, como siempre un gusto verte- dijo Albert mientras yo le lanzaba una mirada de desaprobación.

Candice, fue un placer conocerte, espero que Terry te haya comentado de nuestro compromiso, espero que nos acompañes- me lo dijo retándome, ella tampoco se iba rendir sin dar pelea, me lo decía con los ojos, aferrada al brazo de Terry.

Le hice una reverencia sin decirle una palabra.

Terry se soltó de ella dio un par de pasos hacia mi- Candy, muchas gracias por esta noche, me gusto mucho volver a verte- me extendió su mano la cual tome inmediatamente y aprete.

Igualmente Terry, espero que no sea la última vez.- y le dí una ligera sonrisa.

Los vi irse en el automóvil azul de Terry, abrió su puerta para dejarla entrar, volteo a verme, esta vez, antes de subirse al coche y me dio una amplia sonrisa.

Regrese al salón cuando Annie y Archie bailaban su vals de bodas, estaban tan felices y enamorados que todas las mujeres lloraban al verlos, yo los miraba sin ponerles atención, en mi cabeza había muchas interrogantes ¿qué sabía yo de conquistar a un hombre? ¿qué sabía yo de coquetear o de seducir a alguien? ¿cómo lograría que él volviera a mi? ¿podría yo lograr sacar a Lu de su vida? Necesita una excusa para volver a verlo pero ¿cuál?

Candy, me harías el honor de bailar conmigo- Neal estaba parado detrás mio esperando mi respuesta.

Neal, mmm, perdón pero...

Vamos Candy es solo un baile, no estoy pidiendo tu mano ni nada por el estilo- bromeo.

No había visto a Neal desde hacía mucho tiempo, él se alejó de mí después de que Albert le advirtió que quedaría fuera de su protección como familiar de los Andley si continuaba con su absurdo intento de hacerme su esposa. Así que me sorprendió mucho que se atreviera a acercarse. Él había terminado una carrera como Abogado y empezaba a tener bastante éxito en una firma que él y sus amigos habían fundado.

¿Qué dices bailamos?

Esta bien Neal, un baile- le dije más por compromiso que por convicción.

Candy, quiero pedirte perdón por lo que paso, por lo que te hice desde el momento en que te conocí, he cambiado aunque no lo creas, he madurado, no actúe bien , lo sé, mi hermana tampoco, aunque ella nunca lo admitiría... solo quiero que sepas que estoy arrepentido de corazón- Neal era un hombre bastante guapo debía reconocerlo, tenía ese aire de elegancia y hombría, que da la clase social, era moreno y de cabello café oscuro, con ojos color avellana, en su rostro había pequeñas pecas salpicadas por encima de su nariz y justo arriba de sus pómulos, era atlético y con ropa fina siempre, y a pesar de los malos recuerdos que tenía de él no podía negar que sus modales eran excelentes.

Candy- escuche la voz de Paty- perdón por interrumpir, pero me retiro- no había podido estar mucho tiempo en compañía de Paty, quería hablar con ella contarle lo que había pasado, necesitaba a mi amiga sincera en este momento.

Paty, por favor espera, no te vayas- suplique.

Neal hiso un sonido con su garganta, haciendo notar su presencia.

Discúlpame... Paty, recuerdas a Neal- él extendió su mano esperando a que ella le correspondiera, Paty desconfiada le dio su mano, la cual Neal besó inmediatamente y le guiño un ojo coqueteándole.

Yo me quedé estupefacta, pensé que Neal, se había acercado a mí con otras intenciones, pero la verdad era que él no le quitaba su mirada de encima a Paty.

Las dejo señoritas, veo que tienen temas pendientes, Candy recuerda lo que te dije por favor, todos merecemos una segunda oportunidad, se que lo entiendes. Paty estoy a tus pies- saco una tarjeta de su traje y se la ofreció- será un honor si algún día pudiera ayudarte o verte... bueno con permiso- dio media vuelta y se fue.

¿Pero qué fue eso? - Paty estaba con la boca abierta, nunca Neal le había dirigido la palabra, ni siquiera la había mirado en aquellos años del Colegio, pensé.

No lo se Paty, en verdad estoy tan sorprendida como tú, hablábamos del pasado, me pedía perdón por la forma en la que siempre me trato, y en ese momento llegaste y todo cambio rotundamente, simplemente yo deje de existir.

Candy por favor, cállate- Paty estaba ruborizada- es Neal, lo odiamos, ¿no es así?, las personas no pueden cambiar tanto ¿o si?- no supe que responder a eso, yo misma estaba cambiando mucho, estaba tomando decisiones que nunca antes hubiera soñado con hacerlo.

La fiesta estaba a punto de terminar, Paty y yo habíamos hablado de todo lo sucedido con Terry y mis intenciones de recuperarlo.

Amiga mía, no se como aconsejarte, podría decirte que estas en un error, que recapacites, pero la vida es tan corta, tan frágil, la muerte de Stear es la prueba de eso, yo creo que el amor cuando es verdadero no tiene final, solo espero que el amor de Terry siga existiendo en su corazón, pero no lo sabrás hasta que no hayas agotado todas las posibilidades- sujetaba mis manos entre las suyas - yo debo regresar a Florida pronto, pero si me necesitas vendré aquí, te ayudare, no se como pero lo haré.

Nos abrazamos fuerte, teniéndola de mi lado, me sentía fuerte, podía hacerlo lo sabía.

Annie y Archie se despidieron de los invitados corrieron hacia su automóvil y desde ahí Annie lanzó el ramo, que cayo justo en las manos de Paty, lo levanto sobre su cabeza y giro de felicidad. Neal la veía fascinado desde lejos.

Subí a mi habitación, la que siempre tenía a mi disposición en casa de los Andley, y sobre mi escritorio estaba una nota.

Querida Candy:

Gracias por esta noche, el verte hoy me revivió emociones que creí muertas, quisiera verte de nuevo si estas dispuesta. Hablemos por favor.

Terry Grandchester.

Iba a lograrlo, tenía que lograrlo. Me quedaría en Chicago lo que fuera necesario.

Si yo hubieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora