AMOR

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Capítulo 25

No volví a dormir esa noche, estar con Terry era algo que se estaba volviendo adictivo, y aunque la primera vez sería algo que estaría por siempre en el primer lugar de mis 10 recuerdos favoritos, las que siguieron fueron mucho mejores, mi cuerpo ya sabía lo que debía hacer y descubrí que podía tener más de un orgasmo estando entre sus brazos.

Era la 1 de la tarde cuando al fin pude despertar, mis piernas temblaban al levantarme y había una mancha roja en las sabanas, la mire y suspire, perfecto ahora tendría que explicarle a Paty por que estaba lavando sabanas después de pasar toda la noche en la recamara de Terry, creo que mi plan de decirle que solo nos habíamos quedado dormidos no iba a funcionar.

Hola dormilona- Terry salía del baño, con una toalla en la cadera, demasiado abajo, yo no podía quitar mis ojos de su pecho y su abdomen hasta llegar al punto donde iniciaba la toalla, en mi mente solo podía pensar "por favor quítatela", pero no lo hiso. – muero de hambre Candy, y aunque feliz podría desayunarte a ti, esta vez si necesito alimento.

No quiero salir de aquí, ¿Qué les vamos a decir? – estaba muy preocupada.

Nada, no creo que pregunten, a menos que Paty sea un poco chismosa, yo estoy seguro de que Neal no lo mencionara- dijo mientras se ponía su ropa interior y empezaba a vestirse. – vamos apresúrate, quiero que desayunemos juntos.

Corrí al baño, tratando de cubrirme con la sabana sucia, notaba como le divertía a Terry la situación. Me dí una rápida ducha, mientras cantaba una canción, él estaba parado en la puerta del baño viéndome, divertido, en su cara solo se podía ver felicidad.

Abrí el cancel buscando mi toalla- ¿buscas esto? - tenía mi toalla en la mano.

Sí ¿me la das? – dije tímida exprimiendo mi cabello y tratando de cubrirme.

Claro, ven por ella- me reto, si él creía que me iba a vencer estaba equivocado, me arme de valor me enderece y camine lo mas seductoramente posible hacia él, mirándolo directamente a los ojos y jugando con mi cabello por encima de mi cabeza y dejándolo caer lentamente.

Terry me miraba con la boca totalmente abierta y se le cayo la toalla de las manos, me incline lentamente sin dejar de verlo a los ojos – se te cayo querido- dije mientras tomaba la toalla, levantandome muy lentamente, me gire sin ponérmela caminando lejos de él, se dejó caer en la pared con la mano sobre su corazón.

¡por Dios Candy!- ponía su cara en sus manos negando y sonriendo ampliamente- nunca volveré a ganarte- camino hacia mi y me beso nuevamente, mojando su ropa con mi cuerpo desnudo.

Tenías hambre ¿no?- le dije.

Bajo la cabeza vencido- tienes razón, debo salir de aquí o jamás volveré a comer- beso mi frente y salió de baño, comenzaba a ponerme la toalla cuando regreso y me la arranco, la tiro al suelo, recargándome contra la pared, yo trataba con mis torpes manos desabotonar su pantalón, hasta que lo logre bajándolo rápidamente, me cargo y me hiso el amor fuertemente, con nuestra nariz pegada una frente a otra sin dejar de mirarnos.

Salimos de la habitación una hora después, despeinados y felices – Realmente muero de hambre.

Yo también.

Sobre la mesa había una nota:

Chicos los esperamos, pero decidimos ir a pasear.

No nos esperen. Llegaremos tarde.

Sus amigos Paty y Neal.

Lo ves- no sospechan nada, decía Terry.

Claro que no lo sospechan Terry, lo saben, como podrían si quiera dudarlo, después de que desde ayer no hemos salido de esa habitación. - empecé a buscar en la cocina algunos ingredientes para preparar omelettes con queso, mientras Terry preparaba jugo de naranja.

Cada tanto él pasaba detrás de mi y se detenía para besar mi cuello o mi mejilla, nos sentamos y comimos, yo lo miraba devorar la comida, diciéndome que estaba delicioso, que era lo mejor que había comido en años, podía hacer esto, podía vivir así para siempre, con él.

¿Qué quieres hacer?- lo único que quería era estar arriba con él, pero le sugerí salir a pasear por el pueblo.

Caminábamos tomados de la mano, riendo, hablando, planeando nuestro futuro, cada tanto nos deteníamos a besarnos, como si solo existiéramos él y yo, no había nada que pudiera sacarnos de esa burbuja en la que flotábamos.

Llegamos a la casa pasadas las 10 de la noche, la casa estaba en total oscuridad, era demasiado raro no ver a Neal y Paty en porche, abrazados tomando café o en la cocina cenando algo.

Subimos en silencio las escaleras me detuve frente a la puerta de mi habitación con Paty, y antes de girar la perilla, pude oír las risas cómplices entre ellos, me detuve en seco, le di una mirada a Terry, quien negó sonriendo, sabiendo lo que estaba sucediendo ahí dentro. – ¿Vamos a la otra habitación? – tomo mi mano y nos fuimos.

Pasamos la noche hablando durante horas, recordando el pasado, nuestros días en el colegio, todas las noches que deseo mi presencia en su alcoba, me contaba lo que había sentido cuando me vio entrar en el baño.

Pensé que estaba alucinando Candy, tantas veces había fantaseado con tu cuerpo desnudo frente a mí, incluso en mis días de adolescente, cuando te vi cambiándote aquel disfraz, desde ese día soñaba con tu cuerpo de niña, pero lo de ayer fue impresionante, yo había notado que tenias un hermoso cuerpo Candy – decía mientras lo recorría con su mano y me miraba lamiendo sus labios- pero verte ayer, fue alucinante, tú temblabas por eso no notabas que también yo lo hacía, sentirte me dio mas placer del que jamás podía imaginar, tuve que hacer uso de todos mis recursos para no claudicar antes de tiempo. – bajaba la mirada avergonzado.

Pues lo hiciste muy bien, parecía que tenías todo bajo control, se te nota la experiencia- dije un poco celosa de pensar en él haciéndole el amor a Susana o a Lu.

No la tenía, al menos no tanta, con Susana solo paso un par de veces, con Lu te juro que nunca, hubo oportunidades, no lo niego, pero no tenía esas ansias por ella.

Pero con Susana sí paso- dije triste.

Ni siquiera sentí placer, solo lo hice lo más rápido que pude y evite por mucho tiempo volver a tocarla, y no quiero que pienses que era por su condición, simplemente no la amaba, pero contigo, el hecho de que seas tan bella y sexy es solo un extra, te desearía sin importar nada, tu solo aroma me seduce, el olerte me provoca – decía mientras me olía el cuello – rozar tu piel me excita aunque solo sea tocar tu mano – entrelazo mis dedos con los suyos- pensar en ti en brazos de otro hombre me mata, y quiero que sepas que me siento el hombre más afortunado porque me amas también.

Lo miraba con los ojos llenos de lágrimas, pero eran de felicidad – No llores amor... - besaba mis lágrimas, yo me coloque sobre él, besándolo nuevamente.

Soy muy feliz.

Si yo hubieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora