Capítulo 28
La boda de Albert estaba a pocos días de llevarse a cabo, y en la mansión todo estaba preparado para recibir a la familia italiana de Layla. Hacia ya varias semanas que Chicago se había pintado de blanco, las nevadas eran comunes y el frio era mucho más severo que en años anteriores, sin embargo, en la mansión no habíamos tenido ni tiempo de resentirlo, entre la construcción de la enorme y hermosa capilla que sería testigo de la unión de mis queridos amigos y todos los detalles de los que nos encargamos Layla y yo, como el menú, las invitaciones, las flores y el vestido de novia, así como los vestidos de dama de Katrina y mío, el tiempo había volado.
Candy, querida, iras a recoger a mi familia con nosotros ¿verdad?, sé que a Terry no le gusto mucho la presencia de Luca aquí la última vez que vino, pero siento que ustedes se hicieron "amigos", sería lindo que se volvieran a ver.
Claro que iré con ustedes, me encantara recibir a tu familia y atenderlos como se merecen. Terry tendrá que entender- obviamente sabía que no sería fácil que lo entendiera.
Esa noche mientras Terry me visitaba, no encontraba las palabras para decirle que iría por Luca y su familia al muelle, lo miraba tan feliz hablando de su nueva obra que no quería romper el momento, pero también sabía que los secretos eran algo que quería fuera de nuestra relación, así que no le quedaría más que confiar en mí.
Terry, querido, la familia de Layla llega mañana y ella me ha pedido que los acompañe a recibirlos...
Y por supuesto que le dijiste que sí, no es cierto- en su cara podía notar lo mucho que le molestaba esa idea.
Sí iré con ellos, es mi deber, Layla después de todo será mi familia, debes entender, por favor- trataba de tomarlo de la mano, pero estaba muy molesto.
Candy, lo intento, en verdad, pero ese Luca, no me gusta, no me gusta para nada- decía mientras me daba la espalda, conteniendo su molestia- pero confió en ti, y te agradezco que tu confíes en mí, no quiero que haya secretos entre nosotros, pero tú y él durmiendo bajo el mismo techo- se agarraba la cabeza luchando contra sus inseguridades.
Terry- me acerque a él tratando de calmar sus demonios- mírame, yo soy únicamente tuya, y no existe un hombre que pueda tentarme, aunque sea Luca Bárac, además para él soy solo una chica, una chica que vive en casa del novio de su hermana, ni siquiera me nota como mujer.
Eso lo dudo- me dijo mientras me tomaba en sus brazos besándome con mucha pasión y tocando mi cuerpo- ¿Quién podría resistirse ante ti? - yo solo podía pensar en nosotros haciendo el amor nuevamente- Necesito tu cuerpo Candy, ha sido demasiado tiempo sin él. - decía pegado a mí.
En ese momento Albert abrió la puerta, sobresaltándonos.
Terry, creo que ya es hora de que te vayas, mañana iremos a recoger a los Bárac, y Candy debe descansar- Albert no dejaba de portarse como un hermano demasiado protector y aunque Terry lo apreciaba muchísimo yo podía notar como no le agradaba que él nos interrumpiera cuando estábamos "juntos"
Entiendo Albert, buenas noches, aunque muy pronto no habrá despedidas.
Nos apresuramos por la mañana a salir para recoger a los Bárac, Albert dispuso de dos automóviles para que el viaje fuera cómodo para ellos, hacia mucho frio, los tres usábamos gabardinas largas, Albert y Layla usaban boinas y guantes color negro, mientras que yo usaba color rosa, con el frio mi piel se ponía muy pálida y mi nariz haciendo contraste estaba roja, abrazaba mi cuerpo con mis brazos cuando los pasajeros comenzaron a bajar por la rampa.
Ahí están grito Layla- abriéndose paso entre la gente para correr a abrazarlos, Albert y yo mirábamos desde lejos la escena, Layla y su madre abrazadas mientras el pequeño Pablo, abrazaba sus piernas, las dos lloraban emocionadas, felices, detrás venían los gemelos, y Katrina, todos se reunieron en un gran abrazo, Albert me miro, mis ojos estaban llenos de lágrimas, esa era la familia que yo nunca había tenido, la familia con la que siempre había soñado, una madre que me abrazara y me cobijara, unos hermanos de los cuales preocuparme y que se preocuparan por mí, sí, había tenido a la Señorita Ponny y la Hermana María, los niños del hogar, Albert e inolvidables amigos, pero en mi corazón siempre había anhelado a mi familia, la de verdad.
Hola Candy- dijo Luca parado detrás de mí, lo abrace sintiendo un gusto enorme por volverlo a ver, era algo tan extraño ya que solo habíamos estado juntos solo un par de días, pero el impulso de estar cerca de él fue algo que hasta a mí me tomo por sorpresa- ¡que hermosa bienvenida! - me dijo recibiendo mi abrazo- ¿cómo has estado?
Lo solté enseguida y apenada- Luca, perdóname, me da tanto gusto verte, todo bien ¿Qué tal el viaje?
Perfecto, aunque muy frio, Albert ¿cómo estas? – le extendió su mano para saludarlo.
Bien Luca, me alegra que el viaje haya sido bueno.
Layla y su familia se acercaron a nosotros, el primero en saludar fue Albert, abrazo a la madre de Layla, quien le dijo que ya era parte de su familia. En los ojos de Layla solo se veía felicidad.
Mamá, esta es Candy- Layla me presento- chicos ella es Candy.
Todos me dieron una amplia sonrisa, como si me conocieran de siempre.
Con que ella es Candy – la madre de Luca me miraba de arriba abajo con una sonrisa- he escuchado cosas buenas de ti, te agradezco por ser anfitriona de Luca en su última visita aquí.
Madre no pongas incomoda a Candy, por favor- dijo Luca un tanto avergonzado.
Yo me puse nerviosa de un momento a otro, no esperaba que él les hubiera hablado de mí.
Llegamos a la mansión, todos se veían verdaderamente asombrados por las dimensiones de la casa, Layla y yo les mostrábamos sus habitaciones, para que pudieran ponerse cómodos y bajaran a cenar. Durante la cena Luca y yo nos sentamos juntos, hablábamos como viejos amigos que no se habían visto en algún tiempo, no podía entender como era posible que en tan poco tiempo hubiéramos creado ese lazo de amistad.
La madre de Luca nos miraba de vez en vez y sonreía, era como si le gustara ver a su hijo a mi lado, pero yo sabía que debía tener cuidado, no podía permitir que ni ella y mucho menos Luca mal interpretaran las cosas, yo estaba con Terry y eso no iba a cambiar, por mucho que Luca Bárac fuera tan guapo y varonil. No podía negar que lo miraba de más, y que tal vez, solo tal vez, si las cosas con Terry no hubieran funcionado, la idea de estar con alguien como él no me desagradaba para nada.
Terminando la cena la familia Bárac se retiro a descansar, Luca y yo seguíamos en la mesa, charlando, parecía que el tema de conversación no se agotaba cuando estábamos juntos, hasta que tome la decisión de aclarar las cosas.
Luca, recuerdas mi "drama sentimental"- finalmente lo dije.
Si lo recuerdo y ¿cómo termino eso? – se acomodo en su silla para analizar mis expresiones, yo lo miraba sin creer aun lo guapo que era, su cabello ligeramente cobrizo, sus hermosos ojos dorados y su impresionante cuerpo, era algo que ninguna mujer podía pasar desapercibido, usaba un suéter azul de lana y unos pantalones color negro, aunque el clima era frio sus mangas siempre estaban recogidas hasta llegar a los codos, su aroma era fresco, como si hubiera acabado de salir de la ducha y su sonrisa torcida hacia que sus labios se vieran muy carnosos.
Pues no termino, más bien empezó de nuevo- le conté todo lo sucedido con Lu y Susana y cómo habíamos decidido tener una relación formal después de eso.
Comprendo, me alegro por ti Candy, si es tu felicidad, debes aferrarte a ella – podía notar una mirada extraña en sus ojos, decepción, no, no podía ser, él y yo solo habíamos compartido unos momentos juntos, tal vez estaba mal interpretando las cosas – Terry es un hombre muy afortunado.
Eso pareció terminar con la conversación, se quedo unos momentos más, hablando banalidades y después se despidió besando mi mano.
La boda seria muy pronto y al final los Bárac volverían a Italia, pensé sentada en ese solitario comedor.
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Si yo hubiera
أدب الهواةSi yo hubiera, nos describe lo que pudo haber pasado si Candy hubiera tomado decisiones diferentes frente a las situaciones que la vida le fue presentando, basándose en la historia "inmensamente feliz", Candy se encuentra en la boda de Annie y Arch...