SIN TI, CON ÉL.

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Capítulo 11

Terry había prometido solucionar el asunto de Lu, o al menos eso fue lo que quise entender, sus palabras exactas fueron "resolver", pero no me dijo que implicaba eso, ¿terminaría definitivamente con ella? O simplemente averiguaría sí dije la verdad, y su querida Lu fue capaz de decirme todas aquellas cosas.

Él dio a entender que eran mentiras, pero no lo dijo literalmente, quizás mi tonto corazón quería entenderlo así, era un necio que tomaba lo que Terry decía y lo usaba siempre a su favor, llenándose de ilusiones y esperanzas, aunque fueran falsas como decía Lu.

Pero en sus brazos, con su boca sobre la mía y su lengua jugando con mis labios, no importaba lo que dijera, no importaba si me amaba o no, solo importaba sentir su deseo. Era estúpido lo que pensaba, lo que sentía, como era posible que este hombre me tuviera sentada esperando a ver si quería o no, ser por fin feliz conmigo.

Nuevamente había pasado el día sin tener noticias de él, iba y venía de mi vida, llevándose siempre algo de mí consigo y dejándome llena de confusión, anhelando siempre un poco más de su tiempo, de sus besos.

Me dispuse a cenar con la familia, Albert insistía que, por atención a nuestros invitados, debíamos reunirnos cada noche y compartir un rato.

Luca ¿Qué tal tu día?, fue provechoso hermano- Layla amaba hablar con su hermano, siempre había algo que conversar cuando estaban juntos.

Amore mio, fue difícil, pero lo conseguí, venderán nuestro vino en las tiendas del señor Luxes, es una gran oportunidad para crecer. Tendré que venir más a menudo, pero, eso me dará un buen pretexto para verte, tu lejanía es insoportable- Luca tomo su mano y la beso.

Eso me agrada, quien sabe tal vez una americana robe tu corazón, tal y como me paso a mí- volteo a ver a Albert y le guiño el ojo coqueteándole.

Quizás- me miro de reojo, me sonroje en seguida, tal vez Terry si había notado algo que yo no, pero no podía evitar pensar que era ridículo que un hombre como él pusiera sus ojos en alguien como yo.

¿Cuándo planeas regresar a Italia? - pregunto Albert.

Considero que, pasado mañana, estoy muy cansado para viajar mañana, así que tomare ese día para prepararme y disfrutar de su compañía, pero pasado mañana me iré a primera hora, necesito llegar a Italia antes de que las gemelas partan a Roma.

Lola y Lucrecia, nunca imagine que serían monjas, con lo traviesas que eran, ¿recuerdas querido Luca?, cuantas veces tuvimos que sacarlas de apuros, cuantas veces los profesores llamaron a papá para que las retara, cuantos castigos tuviste que recibir por cubrirlas- añoraban aquellos años, se les notaba.

Lo sé, siempre serán mis niñas, al igual que tú y mi Kat- le sonrió- son mis princesas y Albert espero que sepas que te quedas con la más dulce de ellas.

Albert asintió mirando a Layla, enamorado.

Envidiaba ese tipo de protección fraternal, como me hubiera gustado tener un hermano así, que me amara por sobre todas cosas, que me cuidara, aunque yo fuera ya mayor, Albert lo había hecho, a su manera, a sus posibilidades, pero creo que el perder a su verdadera hermana hiso que él fuera mucho más cauto al demostrar sus sentimientos.

Luca sin embargo era tan expresivo, tanto en palabras como en demostraciones de afecto, que me parecía abrumadora su cercanía con Layla.

Sí me disculpan me retiro, hoy tuve un día muy ajetreado en la ciudad, y estoy muy cansada- dije levantándome de la mesa.

Si Candy descansa, mañana haremos algo los cuatro si les parece, para despedir a nuestro querido Luca- Albert ya lo había decidió.

Por supuesto, estaré feliz de acompañarlos- hice una reverencia y me retiré.

Si yo hubieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora