¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
“Snugglepuss, ¿puedo acostarme en tu estómago?”
Minho estaba acurrucado a tu lado en el sofá, sano y salvo bajo la pesada manta.
“¿Snugglepuss?”, preguntaste confundida. “¿Qué diablos es eso?”
Los ojos de Minho se iluminaron, orgulloso de explicarte el nuevo apodo que te puso.
“Cariño, eso se explica por sí mismo. Acurrucarnos (sunggle) porque nos encanta abrazarnos y estar cerca y puss (pussy ? idk 😭) porque... ya sabes”, sonrió con picardía.
“¡Dios mío!”, estallaste en carcajadas.“¡Nunca más me llames así!”
“¿Qué? ¡¿Por qué no?!”, preguntó ofendido.
“No lo sé Min, simplemente suena mal”.
“Te acostumbrarás, Snugglepuss. Entonces, ¿puedo acostarme en tu estómago?”
Te miró con ojos grandes y expectantes, queriendo reclamar la parte favorita de tu cuerpo.
“No lo siento.”
Te volteaste y volviste a mirar la televisión, concentrándote en el drama que estabas viendo. Minho frunció el ceño, sintiéndose rechazado y sin entender por qué.
“¿Por qué? Déjame acostarme en tu estómago, y/n. ¿Por favor?”
No eras alguien que le negara ninguna petición, después de todo, estabas perdidamente enamorada de él. Su carácter, siempre tan ambivalente, te hacía enamorarte de él al instante. Su lado oscuro y siniestro que mostró al mundo junto con su lado amable y afectuoso reservado para sus seres especiales te atrajo instantáneamente.
“Simplemente no tengo ganas, Min”.
Cada palabra que salía de tu linda boca lo confundía aún más. Él había apoyado su cabeza sobre ti varias veces, ¿qué había cambiado?
“¿Ya no te gusta, y/n?”
El dolor en su voz te dolió, pero no pudiste explicarle lo que estaba pasando. Minho había pasado la mitad del día en la cocina, preparando un banquete para los dos. Su cocina se parecía a su puta: deliciosa, sabrosa y exquisita. Ustedes dos llevaban cinco comiendo, totalmente inmersos en los sabrosos sabores y texturas.
