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Tu hombre estaba cortando verduras cuando entraste a la cocina, muerta de hambre.
Caminaste directamente hacia él, admirando su trasero fuerte y tenso.
“Channie”, murmuraste suavemente mientras tus manos recorrían sus brazos. Comenzando por sus nudillos, rozaste sus fuertes brazos hacia arriba, acariciando suavemente su piel. Dejó escapar una risita divertida, contento de tenerte finalmente de vuelta. “Mi bebé finalmente ha regresado.”
Presionaste tu frente contra la parte superior de su espalda por un segundo, descansando en la seguridad que te trajo. Inhalaste su aroma almizclado, inhalaste todo lo que era él. Te pusiste de puntillas y presionaste tus labios contra su oreja lo mejor que pudiste.
“Channie”, te quejaste suavemente mientras tus manos descubrían más de él. Deslizándose desde su amplio pecho hasta sus cincelados abdominales, tus manos tenían vida propia.
Sentirlo así se sentía bien: amabas su lado fuerte y masculino. El efecto que tuviste en él te enorgulleció y te excitó, prácticamente podías sentir cómo se ponía duro.
Chan inhaló rápidamente y dejó el cuchillo a un lado. “Babygirl”, susurró con calma mientras colocaba sus grandes manos sobre las tuyas. Todavía estaban descansando sobre su abdomen, pero no por mucho tiempo mientras él movía sus manos hacia abajo, descansando sobre su gran bulto.
“Channie”, susurraste de nuevo mientras comenzabas a amasar su virilidad. Chan estaba muy bien dotado, lo que te daba mucho con qué jugar. A pesar de que estaba completamente vestido, podías sentir su polla retorcerse y palpitar bajo tu toque. Su cabeza cayó hacia atrás, descansando en tu hombro. “Hmmm babygirl, ¿vas a hacer que me corra así?”
Su tono era juguetón pero urgente, necesitaba esta liberación. Respondiste trabajando con más fuerza, con ambas manos agarrando su eje con severidad, frotándolo como si fuera la lámpara del genio.
Sabías cuánto le gustaba escucharte, ser vocal durante el sexo era una de sus mayores excitaciones. Especialmente cuando rogabas como una mocosa.
“Correte para mí, Channie. Por favor. Muéstrame cuánto te gusta que haga eso”, le gemiste al oído. Chan giró la cabeza y te observó: pupilas dilatadas, boca abierta, fosas nasales dilatadas. Casi lo tienes.
“Por favor... papi.”
Su polla se sacudió una vez más y explotó, sentiste la cálida pegajosidad debajo de la tela.
Bingo.
Con una gran sonrisa, depositaste un beso en sus suaves y cálidos labios. “Gracias, Channie.”
Lo apartaste de ti y te volteaste, pero sentiste su agarre en tu brazo, jalándote hacia él.
“¿Adónde crees que vas?” Sus ojos eran serios, lo que te hizo dudar de las palabras.
“Yo, eh, te dejo terminar de cocinar.”
Sacudió la cabeza y te acercó, mirándote seductoramente.
“No, no lo creo. Hiciste un desastre, babygirl”, hizo una pausa y colocó su mano en la parte superior de tu cabeza, empujándote suavemente hacia abajo, “Y ahora vas a limpiarlo.”
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😳😳
Mi honesta opinión:
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Espero les haya gustadooo <3 si fue así háganmelo saber dejando su voto y comentario, nos leemos pronto, ¡bye! <3 —hwangrfrnd.
