Todoroki en apuros; DabiTodo

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El arresto domiciliario no fue algo de lo que Dabi fuera fan, que Endeavor sea su tutor lo hacia aún peor. Él en serio elegia ir a Tártaros en vez de permanecer en esa casa junto a toda su familia disfuncional.

O fue eso lo que creyó que sucedería, jamás pensó que su hermano pequeño Shouto se haría cargo de él en los próximos días, cuidando de su persona y tres versiones pequeñas a él que realmente le daban igual.

Es verdad que la idea no le agrada en lo más mínimo (al principio) después de todo sigue odiando a la obra perfecta de Enji y si tuviera la oportunidad, lo mataría. No lo hará, al menos no por ahora. Admite que quiere ver a Shouto lidiar con esos mocosos sin llevarse más traumas de los que ya tiene, es él después de todo.

—Déjame ayudarte a desempacar —insiste Shouto. Camina detrás de él como un buen cachorro siguiendo a su amo, no había mucha diferencia, piensa Dabi.

—¿Por qué mejor no vas ha ayudar a esos mocosos? —espeta él con cansancio. Entra a la que sería su habitación temporal y mira lo aburrida que se mira— Estoy seguro que alguien de cinco años necesita más ayuda que alguien de veintiocho años.

—Quiero ayudarte, además, saldré con los niños a comprarles algo de ropa más tarde. ¿No está bien que quiera pasar tiempo de calidad contigo en todas tus versiones? —Shouto se acerca a él he intenta arrebatarle la caja en sus manos, lo cual no funciona ya que Touya se lo arrebata de vuelta.

—No toques mis cosas, jamás —ordena Touya con un tono amenazante y una mirada que mando escalofríos a todo el cuerpo de Shouto—. Si quieres que las cosas se mantengan en calma no te metas en mis asuntos —dice, y se levanta para estar a la altura de Shouto, apenas unos pocos centímetros de diferencia entre ambos—. Vete antes que acabes con mi paciencia, mocoso.

Shouto lo observa, puede verlo desviar la mirada por un segundo antes de volver a verlo directamente, suspirando.

—Lo último que quiero es molestarte, Touya-nii —musita, y frota su cabeza con una mano—. Prepararé udon para el almuerzo, te llamaré para que vayas a comer —se da la vuelta y comienza a caminar hacia la puerta, escuchando la respuesta de Touya.

—Asegúrate de no volver a llamarme así mocoso —gruñe, mirando la espalda de Shouto—. Y también asegúrate de traerme el almuerzo a la habitación, ni siquiera pienses que me sentaré en una misma mesa que tú. Si no lo hice antes no lo haré ahora.

Shouto solo asiente, le pide una disculpa y sale de su habitación cerrando la puerta, dejándolo en su privacidad.

Touya suspira, y se tira en la cama. El suave colchón se hunde con su peso, es la primera vez que no siente los alambres traspasar la tela para lastimarlo, tampoco rechina ni se siente duro, es demasiado cómodo para su gusto, había olvidado esa sensación.

Respira profundo y se relaja sobre las sábanas, el olor a lavanda no es agradable para él, pero tampoco se queja, sabe que después tendrá un aroma diferente, algo menos suave y más de su agrado.

—¿Por qué pensaría eso? Ni siquiera pasaré mucho tiempo aquí —se irá apenas tenga oportunidad, sabe bien que deberán hacerse cargo de sus versiones pequeñas así que eso era un punto a su favor, puede huir sin ningún riesgo.

Aunque pensándolo bien, no es tan fácil como pensaría, tiene un jodido rastreador en el tobillo y esposas para cancelar peculiaridades, es inútil, nada más que un maldito preso. Ésto no era nada diferente que tártaros.

¿Qué se supone que haga? En ese jodido departamento apenas tiene nada. ¿Cuánto lleva viviendo aquí el mocoso? ¿Y por qué mierda no habría una pantalla siquiera? ¿O alguna cantina para beber? Se supone que tiene mucho dinero y el departamento es jodidamente enorme y caro, demasiado vacío para algo tan exagerado. Seguramente fue Enji, como siempre consintiendo a su obra maestra.