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Los días se volvieron menos pesados a decir verdad. Su relación con los tres Touya más jóvenes mejoró (un poco), pero había una enorme diferencia que al inicio. Ahora, el problema viene cuando tuvo ese raro encuentro con Dabi hace unos cuatro días por la madruga. Desde entonces, él albino ha estado acosandolo, ¡En su propia casa!

Si iba a la cocina por algo de beber, el desvergonzado se aparecía ahí con solo un pans para dormir, y si los niños no estaban cerca, casi se paseaba desnudo por la madruga con una erección entre las piernas. Optó por dejar de ir a beber agua a la cocina y decidió llevar un garrafón a su habitación. También comenzó a colocar pestillo a su puerta, y si era posible, dormía con cualquiera de los niños, porque solo así mantenía alejado a Dabi.

Oh, y también por el Touya adolescente. Si Dabi no ha logrado hacer nada —contacto físico, palabras vulgares o acercamientos innecesarios—, fue simplemente porque el chico de 17 años estaba todo el día detrás de él, y cuando le preguntó la razón, fue breve y simple al decirle que era para que su yo adulto no pudiera hacerle daño otra vez.

Esa afirmación provocó una bonita sensación en su pecho, que fue interrumpida por las estúpidas palabras de Dabi.

“¿Eres su perro guardian o qué?”

Bueno, el ojiturquesa mayor no estaba muy contento de que su yo más joven se esfuerce en cuidar sus espaldas, pues eso impedía que se le acercará siquiera un metro. Shouto incluso se siente avergonzado de usar al más joven como un repelente de “pervertido”, pero al parecer, era la única manera de mantener lejos al otro sin que haga un drama o amenace con quemar la casa.

Por ende, ha convivido más con el Touya adolescente, mismo que le contó que en su línea del tiempo, él había despertado de un coma luego de 3 años, encontrándose así mismo encerrado en un hospital con más niños y un raro hombre con cara de flor que decía ser su familia. También le contó que para escapar tuvo que quemar el lugar, y luego, simplemente apareció en un sucio callejón con sus yo alrededor.

Shouto quiso indagar más, pero decidió no hacerlo cuando notó la tristeza y dificultad que tenía el ojiturquesa adolescente para hablar de ello, no quiso abrumarlo con preguntas, pensando que tal vez, pueda preguntarle todo eso al Touya adulto en algún momento más adelante.

Han pasado mínimo unos doce días desde el accidente de Touya, y la única información que tienen es que el quirk desaparecerá por si solo en dos meses, más o menos. Hasta entonces, debía procurar que los menores no sepan cosas que aún no deben, pues no hay nada que les asegure que no recordarán algo de lo que pasó en esa línea del tiempo.

Lo recuerden o no, Shouto se está esforzando por darle lindos momentos a su hermano. Recuerdos alejados de los entrenamientos, los héroes y los quirks. Todo se ha basado en juegos de mesa —que ni el mismo sabía que existían—, un poco de películas por la noche, frituras, dulces y competencias absurdas, como quien bebía más rápido un litro de agua, y lamentablemente, el Touya de 13 años era muy competitivo, así que siempre les ganaba. El Touya de cinco años elegía las películas a ver, y finalmente el de 17 años ganaba los juegos de mesa.

Hoy habían decidido jugar Monopoly, y los únicos jugadores que quedaban era el Touya de 17 años y el Touya más grande, —que por algún motivo decidió unirse el día de hoy—. Son los únicos jugadores que quedan, pues hubo una que otra cosilla que hizo que los demás perdieran.

Shouto por ejemplo, perdió por haber recibido dinero extra del banco sin tener que pagarlo de vuelta. No justifica sus acciones, pero no podía rechazar los billetes que el niño de 5 años le daba con tanto cariño, por lo que había comenzado a juntar una cantidad de dinero alta, pero pronto fue descubierto y fue el primero en quedar descalificado, perdiendo todo su dinero, propiedades y hoteles. Fue triste, pero debió pagar por sus errores.

Todoroki en apuros;  DabiTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora