—Oye, Iguro.
—¿Sí?
—Eres tan increíble. A veces brillas tanto... que siento que no puedo mirarte, que no soy digno. Pero, aun así, ¿puedo quedarme a tu lado?
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Y ahí se podía observar una mediana cabellera azabache, una silueta sentada al frente de un pedazo de piedra rodeado de flores bellas. De todos los colores posibles, formas y tamaños.
Al lado de aquel hombre heterocromatico se encontraban dos platos, llenos de Salmon. Era el platillo favorito de su querida pareja.
Era.
No traía puestas sus vendas, porque, además de que estaba en un lugar privado, cumplía con la promesa que le hizo a Giyuu.
...
—Prometeme que si algún día, yo muero o estoy en coma, cuando me visites no tendrás puesta tu venda.
—¿Puedo saber el por qué quieres algo así?
—Porque sí.
...
No le gustaba estar sin sus vendas, se sentía incómodo e incluso mal.
Pero ya era una costumbre.
Y una promesa.
—Te quedaste a mí lado, y aunque ya no estas conmigo, cosa que realmente extraño, sigo pensando que eras tú quien brillaba más.
Pauso, las lágrimas nunca tardaban en amenazar con salir cuando se trataba de su difunto... prometido.
—Yo era indigno de verte brillar, la manera en la que me mirabas era... tan bella. — Cubrio su rostro mientras comenzaba a llorar, no podía no sentirse terrible por lo que sucedió.
Por no haber podido estar junto a él.
Por no haberlo salvado de las garras de aquel monstruo que, por desgracia, no había sido un demonio.
Y es que, ¿quién pensaría que un humano le tendría tanto odio a otro ser solo por obtener lo que él quería?
Era algo tan estúpido y horrible.
Y aún así Iguro no se había dado cuenta.
Pero ya no importaba.
Sanemi ya le había dado fin a la vida de Giyuu.
—Últimamente hablo más con Tanjiro. — Volvió a hablar. — él dice y opina lo mismo que yo, que eres alguien tan increíble. Tu fuerza física y mental te hacían único. Me encanta que eres tú de quien me enamoré, y no alguien más.
Dejó el ramo de Rosas blancas a un lado, levantándose del lugar.
—Me tengo que ir, Nezuko me está esperando. Además mañana vendré a visitarte junto a ella y Tanjiro, dicen que te extrañan y que cuando no tengan tantas misiones vendrán más seguidos. — Sonrió, tomando las vendas de sus bolsillos. — Pelearon con las superiores seis. No crei que sobrevivieron, pero, sinceramente me alegra que lo hayan hecho. Siento que cada vez que veo a Tanjiro te puedo ver a ti.
Sus ojos dejaron de derramar lágrimas, estaban un poco rojos pero ya daba igual. Con una débil sonrisa se colocó las vendas, marchándose del lugar.
Habían pasado meses pero aún dolía.
Dolia de manera horrible.
ñamñam holi
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Drabbles ObaGiyuu.
FanfictionCortas historias de un solo capítulo, de 100 a 600 palabras "Giyuu ama a Obanai, Obanai ama a Giyuu" 𝘌𝘴𝘵𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘰́ 𝘢𝘭 🥇 𝘦𝘯: #giyuutomioka 𝟐𝟓/𝟎𝟒/𝟐𝟒