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¿Por qué tomaba decisiones de las que luego me arrepentía?

Había decidido no ir a entrenar hoy, era lo que menos me apetecía, en cambio me vine al refugio para animales con mi hermano para despejar la mente.

Lo más probable es que me arrepintiera justo cuando estuviera recibiendo el regaño de mi padre por faltar al entrenamiento, pero por lo demás no, nunca podría arrepentirme de pasar tiempo con mi hermano y cierta bola de pelos dorados.

Jugaba con Waffle, adoraba ese cachorro. Sabía cómo hacerme sonreír cuando más lo necesitaba.

—Ven aquí, necesito que me ayudes a llevar los platos con la comida — dijo Carson a la distancia.

Me levanté del suelo y sacudí mi ropa, mientras iba caminando hacia donde estaba mi hermano y el cachorro me seguía.

—Extrañaba venir a hacerte compañía — comente con una pequeña sonrisa

—Pues no lo parece, no desde que tienes una muy buena amiga —contradijo mi hermano.

—¿Tú también? — cuestione soltando un suspiro de cansancio.

Últimamente Oliver y Carson no paraban de hacerme bromas al respecto, incluso Ayla se les unía... Traidora.

—Es que se nota que hay algo entre ustedes, además no te quitas el collar que te regalo — dijo como si eso fuera la cosa más obvia del mundo.

—¿Y eso que? Yo no te digo nada cuando estás risa y risa con Ayla — intente defenderme, si él iba jugar sucio yo también.

—Yo no estoy risa y risa con Ayla — negó Carson.

—Claro que si Carson, sonríes seguido cuando ella está en tu radar — afirme con una sonrisa.

En eso Waffle ladro y yo sonreí victorioso, hasta el cachorro me daba la razón. Y mi hermano no supo cómo responder a eso.

—Vamos a llevarle la comida a los animales, deben estar hambrientos — dijo evadiendo el tema, lo cual era raro, pero conociendo a Carson lo mejor sería no preguntar, o bueno no por el momento.

Le hago caso y tomo varios tazones con comida y los dejo en las jaulas, deseaba que todos esos animalitos consigan un hogar.

—Por cierto, ya creo que logré convencer a mamá de que es buena idea tener a Waffle en casa — comento al cerrar la última reja de la jaula de uno de los animales luego de dejar la última taza de comida.

—Mamá no es el problema... — murmure desviando la mirada.

—Papá tampoco solo que no se fía de nosotros luego de que Joey — me recordó mi hermano mientras cruzaba los brazos.

—Bueno... En mi defensa era un niño que no tenía conocimientos de cómo cuidar correctamente a un pez — argumente a mi favor mientras sonreía apenado, aún me lamentaba como había muerto Joey, era demasiado inocente para saber lo que estaba haciendo.

Ambos reímos al recordar nuestra niñez, sin duda extrañaba eso, lo que daría por volver a esos días donde Carson me ayudaba a curar los raspones de mis rodillas porque era muy torpe y me caía fácilmente. O cuando papá nos enseñó a jugar hockey, incluso cuando gracias a mi mamá descubrí mi gran amor por las galletas de chispas de chocolate.

Extrañaba como era mi familia antes, ahora todo eso se sentía demasiado distante, solté un suspiro con pesadez no podía volver al pasado pero no por eso dejaría de apreciar esos recuerdos.

—¿Y cuál fue tu maravillosa idea para convencer a mamá? — le pregunté divertido y curioso por saber la respuesta.

—Que esto nos unirá como familia — contesto soltando un suspiro y desviando la mirada.

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