Capítulo nueve: One way or another

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╰┈➤ De l'enfer...

De alguna manera u otra siempre te encontré en mi camino. Refinada, glamurosa, encantadora. No supe en qué momento fue en el que caí en tus fauces, lograste manipularme a tu antojo. Eres una mujer tan despiadada pero tan gentil. Eres simplemente perfecta. Recuerdo el día en el que nos conocimos como algo que atesorar hasta el fin de los tiempos.

Era el día en el que inauguraste tu boutique, muchos tipejos de clase alta estaban allí, periodistas, camarógrafos. Todos para presenciar tu llegada. Cuando te vi salir de aquel local vistiendo tu precioso vestido de color vino juro que casi me desmayo. Maldición, eras una mujer realmente hermosa. Tu elocuencia y tu sentido del humor me hicieron sonreír más de una vez. Y aunque traté de acercarme a ti siempre estabas rodeada de molestos hombres que querían cortejarte o ibas en compañía de ese muchachito que suponía yo era tu sirviente porque digo, una mujer con tu porte parece salida de la misma realeza. De tantos intentos en los que traté de estar junto a ti terminé por tropezar con uno de los maniquíes de tu tienda, haciendo una escena que al día siguiente salió en los titulares de los periódicos. Era joven, tan tonto y desesperado. Pero mi angustia se calmó en cuanto, en medio de las risas de todas esas personas escuché la tuya. Tan elegante y llena de gracia. Quedé embobado casi al instante por tu majestuosidad. Luego de la fiesta en retiré a mi hogar, con el único pensamiento de que tú tenías que ser mi mujer. Quieras o no.

Empecé a investigarte con el tiempo, tu nombre, cada cosa que te gustaba o te disgustaba, el día de tu cumpleaños, de dónde venías, ¡Incluso si eras zurda o diestra! Y lo descubrí perfectamente bien. Todo al pie de la letra. Rosie Franklin. Te encanta el té, las galletas, flores blancas como margaritas o rosas, eras una completa conocedora de la moda en esos tiempos. Extrañamente, mi presencia te parecía irritante. Lo descubrí uno d elos muchos días en los que traté de llevarte algún regalo y tú solo rodaste los ojos y lo recibiste de mala gana. Tu fecha de nacimiento la desconozco pero a juzgar por tu apariencia, iba de entre mil novecientos o mil novecientos cinco. Y curiosamente, eras una mujer de descendencia inglesa. ¡Ya decía yo que de algún lado había salido toda esa elegancia! Aunque algo que desconozco también es quién es ese muchachito que te acompaña a casi todos lados. No puede ser tu hijo, tú no te has casado con algún caballero ni mucho menos serías como una de esas mujeres cualquiera. ¿Era tu sirviente? Tampoco lo sabía. Lo tratabas con cariño y siempre que te preguntaba por él tú no me decías nada y cambiabas de tema.

Me es molesto que me ocultes cosas, cariño. Muy pronto seré tu marido y tú aún tan reacia a mi presencia y mis regalos. Pero descuida, corregiré eso en cuanto logre conquistar tu caprichoso corazón. Porque de alguna u otra manera, te conseguiré.


• 🦌😾 •


¡Ahg! ¿¡Quién demonios se cree ese sujeto para entrometerse en donde no debe!? ¡Justamente ella estaba por aceptar y vino a él a arruinarlo todo! Tengo que pensar... Ese idiota s eme hace conocido. Sé que lo he visto en algún lugar. No, no... ¡Es él! Oh, carajo. Es él, el niño que te acompañaba a cualquiera lado. Vaya, los años si que han pasado muy rápido, querida. Pero tú te sigues viendo igual de majestuosa e inalcanzable como siempre.

De cualquier manera. Siento que lo he visto o escuchado de algún lado. Su voz se me hace familiar y claramente lo he visto en otros lugares en donde tú no has estado presente.

Tendré que investigarlo a él también. Tal vez, y consiga su cooperación. Después de todo... Cualquiera tiene un precio, y yo descubriré el suyo.


• 🦌😾 •


Hoy en la tarde estaba caminando por el Congo Square. Tenía unos asuntos pendientes que atender con un colega y vaya sorpresa me lleve cuando escuché esa irritante voz de nuevo. Me giré a ver a los alrededores y lo vi. Era el muchacho alrededor de un grupo de gente que le aplaudía. Tenía una buena voz para el canto, lo admito, pero lo que más me llamó la atención fue ver a ese hombre allí, tocando la trompeta. Lo conocía. Era el insufrible bartender de uno de los muchos bares de la ciudad en donde yo era inversionista. Lucían tan cercanos, sobretodo por la manera en la que él lo miraba, casi como yo lo hacía contigo, mi dulce Rosie.

Sonreí con malicia, pues supe bien quién sería mi nueva fuente de diversión.

Reí para mis adentros, continuando con mi camino y con un nuevo plan en mente.

Esto sería realmente divertido.


• 🦌😾 •


Otro día iba de camino a charlar con uno de mis socios en uno de esos barrios pobres y un tipo pasó corriendo y chocó hombros conmigo. Yo me giré con molestia hacia él pero luego esa molestia desapareció cuando me percaté de que se trataba de aquel tedioso bartender.

Sentí curiosidad de saber porque iba tan rápido pero, no quise acercarme. El sujeto iba corriendo como si de eso dependiera su vida y creo que tratar de entablar una conversación con él en ese estado sería contraproducente.

Ya será para la próxima vez.


• 🦌😾 •


Han pasado varios meses desde que vi desde lejos al chico fideo y al otro como se llame. Hoy logré ubicar el lugar en donde seguramente encontraría a mi querida fuente de información. Solo espero que la situación no se torne muy complicada o tendré que tomar medidas drásticas. Más de las que tenía planeadas.

Miraba por la ventana de mi limusina, admirando la belleza de mi gloriosa Nueva Orleans. Un lugar que no era merecedor de la cantidad de escoria que tiene la desgracia de habitar aquí. Sonreí ampliamente, muy pronto todo esto cambiaría.

De repente, la limusina se detuvo y el chófer me avisó que ya habíamos llegado. Miré los alrededores. Estábamos en un barrio de mala muerte, estacionados frente a un bar que lucía igual o peor que el lugar. Torcí una mueca de disgusto y abrí la puerta del vehículo, saliendo en dirección al local de amplios ventanales que por dentro se podía apreciar perfectamente que no estaba casi lleno. Mujersuelas paradas en la esquina con tan poca ropa, borrachos dormidos en la acera, drogadictos comprando para su vicio. ¡Parecía el mismo infierno!

Me persigné, horrorizado, y traté de recordarme que esto lo hago por ti, mi amada Rosie.

Porque de alguna u otra manera tú y yo estaremos juntos, ¡Y nada ni nadie podrá evitarlo!

Ni siquiera ese inútil entrometido que tienes por protegido.
























































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Debbie Harry luego de haber cantado/escrito una canción a base de las letras de la carta de un fan/acosador que tenía: 😽 (JAJAJAJWJS-)

Ya-ya, pero en serio, respecto a este cap como habrán notado es narrado desde la perspectiva del señor Grimes. ¿Por qué? Porque en ese tiempo tenía planeado el hacerle tremendo arco de villano pero meh, ya no se pudo-

Bueno-bueno, ¡Nos leemos luego!~

★ 𝅄 𝆬  BUTCH 4 BUTCH【 𝗛𝘂𝘀𝗸𝗲𝗿𝗥𝗮𝗱𝗶𝗼 】  𝆬 𝅄 ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora