★ 𝅄 𝆬 BUTCH 4 BUTCH【 𝗛𝘂𝘀𝗸𝗲𝗿𝗥𝗮𝗱𝗶𝗼 】 𝆬 𝅄 ★

Capítulo doce: Mary on a cross

Subiendo las escaleras de un edificio de apariencia abandonada estaban un cansado Alastor y un aliviado Husk. El muchacho ya de tanto caminar no tenía ganas de moverse más pero tenía que hacerlo, se veía obligado a hacerlo.

El sol ya había bajado y junto a ello el calor, siendo ahora un ambiente mucho más fresco y agradable.

—¿Cuánto falta para llegar? —preguntó, ya sin ganas de moverse en lo absoluto.

—Unos cuantos escalones más y estaremos en el techo.

—¿El techo? ¿Acaso vas a aventarme del techo? —replicó burlón aunque nervioso.

El de cabellos negros rió, negando con la cabeza aunque el otro no pudiera verlo.

—Por supuesto que no. Oh, bueno, si no me tientas lo suficiente —bromeó.

Alastor se puso rígido y en alerta, deteniendo el paso abruptamente ya que casi pierde el equilibrio. Pero afortunadamente no se cayó, ya que fue sostenido por su querido amigo que lo sostuvo de la cintura para que evitara caer. El problema es que... Demasiado cerca. Ambos lo notaron casi al instante. Husk quitó sus manos rápidamente del cuerpo ajeno y retrocedió un paso, mirando con nervios a su amigo, que se quedó callado tras aquel distanciamiento.

—¿No quieres seguir caminando? —indagó el mayor.

El más joven simplemente asintió, colocando lentamente y sin que el otro se diera cuenta, su mano sobre su pecho, sintiendo su pobre corazón bombear sangre sin control. Su mano temblaba horriblemente y sentía todo cien veces peor por la venda que traía atada alrededor de los ojos. Pero si que se quedó hecho piedra cuando sintió como su amigo lo tomaba en brazos fácilmente. Nervioso y alarmado por el cambio tan repentino Alastor se aferró a Husk, o bueno, a su camisa.

—¿Q-qué estás-

—Dijiste que no querías seguir caminando, así que ya está, solucionado el problema. ¿Alguna otra cosa?

El castaño abrió la boca con la intención de reclamar pero ninguna palabra tuvo el coraje de salir de su garganta, volviendo a cerrarla. El pálido de sus mejillas desapareció casi por completo en un tenue sonrojo avergonzado y giró la cabeza a otro lado.

—Eso pensé.

Y el mayor continuó subiendo las escaleras.

Por otro lado, Husk estaba sorprendido por su valentía al hacer tal acción como el cargar al otro cual damisela en apuros. Bueno, no es una damisela ni está en apuros pero él si que está apurado. También estaba algo anonadado por lo liviano que le resultaba Alastor. ¿Estará comiendo bien?

—Hey... ¿Te alimentas bien?

Alastor giró ligeramente la cabeza y alzó una ceja.

—Claro que lo hago, Husker. ¿A qué viene la pregunta?

Oh, entonces eso significaba que él era así de liviano naturalmente.

No pudo evitar sonreír con burla.

—No, nada.

• 🦌😾 •

Finalmente habían llegado.

El último piso del edificio. Husk abrió la puerta de una suave patada y, dejando a Alastor de pie en el suelo con cuidado, se decidió a quitarle la venda.

—Y... Listo. Ya puedes ver la sorpresa —dijo el bartender, entregándole sus lentes al joven locutor.

Alastor se colocó sus lentes luego de sacudir sus ropas y, ajustando su vista a su alrededor, empezó a caminar por aquel amplio lugar a pasos lentos hasta que...