Freddytabo | 𝐄𝐥 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐠𝐫𝐨.

You'll burn

A medida que iban pasando los días dormir juntos ya se hacía algo normal para ambos, al menos para el rubio pues el azabache seguía desconfiando. Llegó el domingo, día dónde García era libre durante unas cuantas horas, libre de las garras de Trucazo, libre de hacer lo que quiera con quien quiera.

[...]

Se encontraba junto a sus hermanos teniendo una plática amena mientras el menor del trío comía escuchándoles.

—Isidoro deberías de empezar a trabajar.

Sugirió el rubio tomando el café antes preparado.

—Y tú deberías de trabajar menos.
—Justamente yo trabajo mucho porque tú no trabajas.

El silencio apareció inundando la habitación. Hacía días que Horacio notaba a Isidoro necio, sin ánimos de hacer algo siquiera, y era consiente del porque, lamentablemente Gustabo no. No era capaz de abrir sus ojos y ver que su hermano simplemente lo quería de vuelta, y que aún era un crío al que le arrebataron sus padres.

—Desde cuando te volviste tan mandón.
—¡Desde que tienes dieciocho años y no ayudas en nada! —Esas palabras de Isidoro fueron lo que derramo el vaso en Gustabo, levantándose de la silla a su vez golpeando la mesa de madera.

—Eres un puto imbécil.

Dicho eso salió corriendo hasta el piso de arriba huyendo de la mirada del rubio, este iba subir cuando un brazo lo detuvo.

—Gustabo.
—¿Has visto como se ha puesto?
—Él solo está preocupado por ti. —Confesó luego de un corto silencio.
—¡¿Por que, pero si estoy mejor que nunca?! Traigo mucho dinero con el cuál podemos hasta permitirnos lujos.

El moreno bajo la mirada apenado por la ignorancia del mayor.

—Gustabo [...] mírate bien — Llevó sus manos al rostro del ojiazul— tu cara esta mas cansada que muchos otros días, no solo eso, también pasas muy poco tiempo con nosotros.
—¡Pero eso solo será temporal, durante un mes!
—¿Y si te sale bien? ¿Cuanto durará? ¿Crees que verte una vez a la semana, durante unas horas, es suficiente para nosotros?

Nuevamente silencio.

—Y no es solo eso Gustabo. Trucazo es conocido por investigar muy bien [...] ¿Por qué te escogería a ti como aprendiz? No haz tenido un gran hallazgo o algo por el estilo [...] —Sabía perfectamente que sus palabras eran duras, pero también eran ciertas. —Quien dice que no te este investigando a ti [...] y por eso te quiere cerca el mayor tiempo posible.

El mayor mantuvo silencio desde que noto el rostro preocupado de su hermano, no supo que contestar, sus ojos estaban cegados y sus oídos sordos a comentarios "necios".

—Es imposible.
—Por favor, escúchame, deberías alejarte de él.
—No lo haré Horacio, cuando en toda nuestra vida habíamos visto tanto dinero junto. —Señaló con el dedo sobre la mesa dónde reposaban los múltiples billetes de grandes cifras. —Como si tengo que ser humillado por él.

—¿Te crees que nos importa el dinero? Siempre fuimos felices sin dinero, ahora que tenemos dinero no somos felices.
—Piensa lo que quieras.

El mayor agarro su chaqueta en un ágil movimiento apunto de salir de la tienda, pero nuevamente fue parado.

—Tu y yo, sabemos porqué podría estar vigilándote, y como sigas así, jugando con fuego, burlándote de la policía en su cara, te quemarás.

A pesar de las advertencias de su hermano se fue diciendo un simple "Nos vemos". Camino directo a comisaría mientras pensaba en las palabras del moreno, creándole una gran inseguridad a cada paso que se acercaba al lugar. Había quedado ahí con [...] ¿su amante? simplemente tenía que esperar a que saliese de su empleo.