Lost the game

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Giro su mirada hacía la ventana borrosa por la humedad, llevaba una hora lloviendo y parecía que no iba a parar, miro su reloj de bolsillo percatándose de la hora. Con rapidez recogió sus pocas pertenencias guardándolo todo en los bolsillos de su gabardina negra mientras caminaba hacía la salida de su casa, había sido citado por su fiel "amigo", Jack Conway, jefe de la policía y para nada simpático, pocas era las veces que lo llamaba, así que debía ser importante.

Caminaba por las calles camuflándose en la oscuridad de las sombras, al ir todo de negro mas que era de noche sería difícilmente visto. Diviso a lo lejos la silueta del mayor fumando como de costumbre se le solía ver, realmente impresionable que aún no tenga ningún problema pulmonar.

—Aquí me tienes. —Dijo el gallego una vez llego ahí viendo como el contrario se daba la vuelta de manera lenta viéndolo a través de las oscuras gafas.

—Bien. —El contrario se dio su tiempo en hablar, su voz sonaba quebrada y no parecía estar enfadado como solía ser, esta vez parecía triste o cansado. —Quiero que investigues a dos gilipollas, sospecho que uno de esos sea el puto payaso que se la pasa acechando las calles por la noche. Te pagaré bien 

—¿Sabes sus nombres?
—Horacio Pérez y Gustabo García, sospecho del segundo, no te dejes engañar por sus apariencias, son muy distintos a lo que aparentan. Horacio es como un niño pequeño, iluso e ingenuo, —Tomo una bocanada de aire. — Gustabo por el contrario tiene una personalidad traviesa, le gusta tener el control de la situación, definitivamente no es un inocente, su sonrisita lo delata.

—Ya sabes como soy, no me fijo de las apariencias, se lo que hago, chorbo.

—Me parece bien, quiero que investigues hasta lo mas 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐨, Trucazo. Tortura, mata, miente y manipula si es necesario.

—𝐇𝐚𝐫𝐞́ 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐠𝐚 𝐟𝐚𝐥𝐭𝐚, no lo dudes, hasta luego, Conway.

Dicho eso el gallego se largo del punto de encuentro, sabía a dónde ir para dar con esos dos, pues eran conocidos, pero no por tener una gran reputación...

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐆𝐮𝐬𝐭𝐚𝐛𝐨.

Ordenaba la tienda con rapidez, su hermano seguía durmiendo y no parecía querer despertar, pero hoy debían que trabajar, aunque llevasen un tiempo dónde no había mucha clientela. Suspiro desganado mientras se sentaba en una pequeña silla algo apartada. Se lo habían currado bastante para tener esa pequeña tienda y ahora parecía que iban en picado.

Levantó la vista al escuchar la campana por encima de la puerta que indicaba si alguien había salido u entrado. Se quedó unos segundos en shock al ver de quien se trataba, uno de los mas conocidos investigadores, alguien a quien realmente admirar para el y su hermano. Rápidamente y con una sonrisa en su rostro se levanto atendiendo al hombre de pelo negro.

—¡Buenas tardes! ¿Que se le ofrece?

El gallego miro al contrario con una pequeña falsa sonrisa con la intención de parecer amable.

—Buenas, buscaba a unos tales Gustabo García y Horacio Pérez.
—Pues aquí me tiene, Gustabo y... mi hermano esta durmiendo. —El rubio solto unas pequeñas risas mientras extendía  su mano en forma de saludo cordial al contrario quien no tardo en agarrarla.

Freddy se fijo bien en el rostro del chico, era hermoso, con unos rasgos femeninos que lo hacía lucir bello e incluso se atrevía a decir angelical, definitivamente este chico debería de tener a variedad de mujeres detrás suya, pero eso no quitaba a que venía, miro con detenimiento cada detalle de él. Por el momento parecía amable y respetuoso, al contrario de lo que le dijo Conway.

Freddytabo | 𝐄𝐥 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐠𝐫𝐨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora