C.7: Maldita fama

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Soundtrack: Stand by me de Ben E. King / Vienna de Billy Joel / Killswitch Lullaby de Flawed Mangoes 

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*+*+*+*+* Beatrice's POV *+*+*+*+*

A media discusión, no me importó nada en cuanto cerré la puerta del carro a golpe, lo que vi me dejó en shock.

Aquella morena de mechas ya no tenía la misma cabellera que antes, ahora esta era corta, a un estilo masculino que acentuaba sus facciones latinas favorablemente. Su mirada ojerosa, su piel algo apagada y su seriedad al verme, me hicieron cuestionar un microsegundo si ella era mi mejor amiga realmente.

Y por un momento en donde todo se congeló, me cuestioné tanto:

¿Me recordará?

¿Me odiará?

¿Qué pasa si no quiere verme?

¿Podrá hablar?

¿Sabrá que lo que le pasó es mi culpa?

De pronto, las voces en mi cabeza callaron en cuanto ella gesticuló  la emoción que esperaba. Torció sus brazos, sacó la lengua e hizo blancos sus ojos a modo de burla para luego carcajearse arrugando la nariz...

Y solo así... Supe que al fin, después de tantos meses en silencio, mi hermana del alma había despertado y tenía ese humor característico nuevamente.

La alegría se fusionó con mi emoción, por mis venas podía sentir como la sangre corría alegremente, el aire combinado con el olor a tierra mojada llenaron mis pulmones para gritar lo más eufórica que pude.

– ¡MARÍA!

Su risa se corrompió por una impresión cálida y esperanzadora, asintió  con sus ojos llorosos, dándome luz verde para emocionarme aún más.

Corrí por el estacionamiento lo más rápido que pude, ella se levantó con una dificultad casi imperceptible por lo rápido que actuó, el uniformado detrás de ella le regañó, pero ella se interesó más en abrir sus brazos para recibirme. No me negué, deteniéndome a medio metro para no abalanzarme a ella, nos fundimos en un abrazo que ambas disfrutamos con nuestros corazones a mil por hora.

– Bea...– Susurró, me separé de ella, nos vimos un instante y seguimos con nuestro abrazo. Fuimos un mar de lágrimas después de eso.

– Te extrañé tanto –. Sollocé.

Ahora mi alma se sentía completa, ya que en mis brazos tenía a María Velazco, aquella escenógrafa incomparable, amiga de mi vida, complemento de mis bromas, aliento de momentos sin palabras, autora de mis más descabelladas historias y sobre todo, acompañante de la montaña rusa que era mi vida. 

Sentirla conmigo, después de tanto y a la vez tan poco por vivir, era una bendición que no planeaba estropear hasta dentro de mucho.

– No andaba muerta, andaba de parranda –. Bromeó y ambas nos separamos para reír. Solo ella podía tener ese tipo de comentarios para el momento exacto.

– Siéntate, no te quedes así –. Le indiqué y ella obedeció con quejidos de dolor en medio de ello. Me agaché y puse mis manos en las suyas. – No sabes lo feliz que estoy de que aún estés viva...

– No sabes lo...– Quedó a medias, volteó a ver al enfermero y se acercó a mí para susurrar. – No sabes lo entumida que me siento.

– ¡María! – Exclamé llorando para abrazarla con todo y la silla de ruedas. - No puedo creer que estés aquí mismo.

My Lovely Bea (Quackity) [MBQ2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora