Desde que nací sabia quien se supone que era, nací en la familia Sakamoto, una de las ultimas familias nobles que lograron mantener cierto nivel de poder el Japón gracias a sus conexiones y riqueza, yo Myu Sakamoto, soy la única heredera de la familia.
Desde que tengo conciencia de mi misma, sabia que era distinta a las demás, mi velocidad de aprendizaje, mis habilidades en etiqueta, música, baile, canto y muchas otras áreas de estudio fueron inmensamente superiores a la de cualquier hija de las familias prestigiosas de Japón y del mundo, al punto que me gane el apodo de "la princesa de la elegancia helada".
Mis tutores se jactaban de tener el derecho de "enseñarme", lo cual les daba gran prestigio y fama, tener el talento de enseñar a tremendo "genio".
Nunca me importo el quedarme sola, nunca encontré alegría en la amistad ni en las alegrías normales que hacían felices a tantas niñas de mi edad, lo veía como una perdida de tiempo, prefería perfeccionar mis habilidades para no perder mi ritmo de aprendizaje.
Cuando entre en la escuela, mantenía mi distancia con las demás chicas, solo me concentraba en mi objetivo.
[Ser la mejor]
Lo único que siempre me importaba era mejorar, avanzar, superar a los demás, mis padres estaban preocupados por lo cual traían ocasionalmente a la hija de uno de sus socios comerciales, la hija de la familia Nakamura.
Sofia Nakamura era la única niña de la cual no me podía deshacer, esto por la insistencia de mis padres de aceptarla como amiga, querían que me habrá a otra persona, algo que no he hecho ni con ellos.
Todo lo que podía hacer era soportarla mientras interrumpía mis practica que hacia en mi tiempo libre, ella decía que tenia que relajarme y disfrutar mi infancia, algo que veía como una molestia, pero con el paso de los años logre entender.
Las veces que me forzaba a mirar anime con ella se volvían mas agradables, los bailes infantiles que realizaba me empezaban a parecer mas divertidos y en esencia comencé a disfrutar de su presencia.
Cuando entre a la secundaria superior a los 15 años, ya me había decidido a vivir de una forma mas relajada, espese a disfrutar de mi vida escolar junto a Sofia, mi "única" amiga, tenia miles de personas que me idolatraban, me respetaban, me envidiaban, me deseaban, pero no me interesaba esas personas que solo me miraban desde lejos, ellos miraban a la heredera Sakamoto, no a Myu Sakamoto.
Sin embargo, este año llegaron a a escuela 3 nuevos estudiantes, no me interesaba nada que ver con ellos pero Sofia se hiso amiga de una de ellas Ciel Tempest, un nombre extraño y el cual me parecía familiar, Sofia la invitaba a las salidas de compras y a nuestras actividades de amigas cada ves con mas frecuencia, lo cual, si bien me enojaba al principio, llegue a tomarle cariño a la chica.
Ella no le daba importancia al estatus social, y resulto que teníamos gustos en común, además sus modales y habilidades eran de un nivel casi superior al mío, por fin, había encontrado a una rival.
Durante una de nuestra salidas para comprar, Sofia había convencido a Ciel de traer a los otros estudiantes transferidos, Milim Nava era como una niña, molesta, pero fácil de soportar si sabes como distraerla, la otra era probablemente chica mas hermosa que jamás hubiera visto, cabello azul, ojos dorados, finos rasgos faciales, odiaba admitirlo, pero me superaba en belleza.
Imaginen mi sorpresa cuando descubrí que fui superada por un HOMBRE, aparentemente Ciel no le dejaba cambiar su estilo de cabello para siquiera intentar parecer mas masculino.
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Rimuru Tempest el regreso a nuestro mundo
Ficción históricaRimuru regresa a su mundo o bueno lo que párese ser su mundo por qué en ves de su mundo llegó a nuestro mundo donde se enteraría de que en realidad solo es un personaje a anime por lo cual decide investigar todo lo que puede y de paso trata de tener...