Las cartas

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Después de el zoológico habían llegado a la casa, todo el camino estuvieron en silencio todos, y el único ruido que se escuchaba eran los gemidos de frío de Dudley y a la tía Petunia calmándolo. Mientras que tío Vernon manejando furioso y los mellizos Potter asustados por lo que les esperaba en la casa. Estacionaron el auto y bajaron de el, y al igual que en el carro; Dudley venía quejándose del frío, la tía Petunia calmándolo, tío Vernon furioso y los mellizos Potter asustados porque ahora iban a vivir su peor pesadilla.

Entraron a la casa, Dudley y tía Petunia entraron primero y al igual que en el carro y hace unos segundos, uno estaba muriéndose de frío y la otra calmándolo. Igual tío Vernon y los mellizos, uno furioso y los otros asustados por lo que les esperaba. Tío Vernon cerro la puerta de entrada y agarro a Harry por los cabellos mientras que a T/N la tenía agarrada de la muñeca fuertemente. Tío Vernon tenía a Harry agarrado por los cabellos y le dijo:
—¿¡Qué pasó!? —dijo tío Vernon furioso, casi a punto de gritar—. ¡Te jugáramos que no lo sabemos! La serpiente salió sola de la jaula, ¡Fue magia! —decia Harry mientras intentaba zafarse de el amarre de tío Vernon al igual que T/N. Tío Vernon los soltó y los volvió a meter adentro de la alacena debajo de las escaleras, los metió y les dijo:
—Comprendan que no existe la magia —dijo y cerro la mirilla de la puerta y encerrándolos adentro.

Toda la tarde (como lo había prometido tío Vernon), los mellizos se quedaron sin comer, pero como T/N era muy astuta, se escabulló a la cocina y agarro un poco de comida y se la llevó a Harry. Después de comer los mellizos conversaron un poco hasta que empezaron a hablar de lo que había pasado allá y de sus castigos:
—Al menos no limpiaste excremento —dijo T/N—. Y tú al menos no pintaste la casa —dijo Harry—. Pero aquí lo importante es: ¿Qué pasó allá? Te juro que yo solamente mire a Dudley e inmediatamente el vidrio desapareció no me moví, no hice nada, eso fue magia —dijo T/N rápidamente—. La verdad yo también creo eso, pero al parecer tío Vernon, no cree en la magia, como nosotros —dijo Harry. Toda la tarde los mellizos se la pasaron comiendo y conversando sobre lo que había pasado en el zoológico.

Al siguiente día, T/N se despertó primero que Harry, T/N mientras estaba comiendo de la comida que les había sobrado el día anterior, ella comía cuando derrepente escuchó como detrás de las escaleras escuchaban la voz de tía Petunia y tío Vernon haciendo comentarios de halagos: <<De seguro lucirá muy guapo>> <<Seré su ejemplo a seguir>> T/N los escuchó y sinceramente los miro angustiada y con pena ajena. La Melliza decidió salir a agarrar algunas sobras de la comida de ayer. Entonces,  ella salió discretamente; ella era astuta sus tíos ni siquiera la notaban porque ella era muy astuta y sigilosa como si fuera un gato negro que se colá en las noches a las casas de los vecinos.

Ella salió y sigilosamente fue hacia donde estaba la comida, pero se detuvo cuando vió a Dudley con el ridículo uniforme que parecía de un colegio. El uniforme de la escuela consistía en un frac granate, pantalones bombachos naranjas , un canotier de paja y un bastón nudoso con el que los estudiantes solían golpearse cuando los profesores tenían los ojos en otra parte. Se suponía que todos estos golpes con palos serían de gran ayuda para preparar a los estudiantes para el futuro. Así era el uniforme que vestía Dudley, muy ridículo y bombacho. La Melliza agarró la comida y la guardo en la sudadera que traía puesta y en su pantalón.

Cuando agarró la comida y se la guardo; se metió a la alacena debajo del las escaleras, antes de cerrar la puerta no pudo evitar hacerles una mueca.
La Melliza decidió despertar a Harry y entregarle la comida y eso hizo.
—Buen día, Harry —lo despertó la Melliza—, toma, te traje comida —dijo—. Buen día, T/N —respondió Harry—. Sabes, será mejor que te comas la comida rápido porque afuera está pasando algo —dijo T/N apunto de soltar una carcajada—. ¿Qué pasa? ¿Porque te ríes? —dijo Harry evitando reírse—. ¡Dudley trae el uniforme de Smelthings Academy, y luce ridículo! —dijo T/N y Harry y ella se rieron a carcajadas, obviamente no tan fuerte pero si lo suficientemente audible para que se escuchará en la alacena debajo de las escaleras—. Oh, lo lamento mucho, olvide que estabas comiendo —se preocupó T/N.

—Oh, no te preocupes, de todos modos, ya me había pasado la comida —dijo Harry entre risas. Los Mellizos comieron la comida que T/N había agarrado. Cuando terminaron de comerla, T/N abrió la puerta y ambos se asomaron por la puerta, vieron a través de ella y vieron como la tía Petunia le tomaba las fotos de Dudley para el colegio, ambos mellizos salieron de la alacena y se acercaron para ver mejor. Se acercaron y vieron a Dudley posando para la foto. La tía Petunia mientras le tomaba la foto a su hijo empezó a halagarlo:
—¡Vernon, es increíble! No puedo creer que en una semana estará en Smelthings Academy —dijo tía Petunia casi llorando de la emoción.

—¡Mi alma mater! El mejor momento de mi vida —dijo tío Vernon orgulloso—. ¿Yo tendré que usar eso? —dijo Harry asqueado al ver el uniforme—. ¿Y yo tendré que usar el vestido rojo gigante que me hace parecer abuelita? —dijo T/N. La tía Petunia, tío Vernon, y Dudley los miraron como si fueran unos bichos raros—. ¿Ustedes? ¿Yendo a Smelthings Academy? —dijo tía Petunia y ellos asintieron. Sus tíos y su primo comenzaron a soltar carcajadas mientras que ellos se quedaron callados y confundidos—. Claro que no, ustedes irán al escuela del lado donde pertenecen —dijo tía Petunia.

La tía Petunia caminó hacia el lavabo para terminar de teñir los uniformes de ellos uniformes. —Lo usarán cuando termine de teñirlo —dijo sacando los próximos uniformes de los Mellizos—. Pero, ese uniforme era de Dudley, ¡me quedará como piel de elefante! —se quejó Harry—. ¡Y ese vestido rojo gigante holgado, me hace parecer abuelita! —se quejó T/N—. Así les quedará bien —los contradijo la tía Petunia—, vayan por el correo ¡ahora! —dijo. No era la primera vez que a  Harry y T/N los mandaban a hacer los mandados ellos eran como los sirvientes de sus tíos, pero como eran unos "simples" niños de diez años no podían decir nada.

Los Mellizos Potter salieron a recoger el correo y al verlo no se sorprendieron de el: era una carta de la tía Marge que estaba de vacaciones, y correos de la oficina en la que trabajaba tío Vernon, (cosas que les llegaban todos los días). Eran demasiados correos y cartas que entre ellos se las repartieron, T/N agarró todas las cartas y Harry todos los correos. Cuando T/N agarró las cartas se dió cuenta que había dos cartas para ellos (cosas que nunca les llegaba, al menos no a ellos). T/N rápidamente le dijo a Harry:
—Harry, mira —dijo mostrándole la cartas—. Hay que leerlas —dijo Harry. Ellos comenzaron a leer las cartas:

Colegio Hogwarts De Magia y Hechicería

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore

Queridos señor y señorita Potter:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Subdirectora

—¿Hogwarts? —dijo T/N confundida—. ¿Qué es eso? Nunca eh oído de eso ¿y tú? —le preguntó T/N a Harry—. Pero bueno, le tenemos que llevar el correo a la tía Petunia —dijo T/N—. Si es mejor —dijo Harry. Los Mellizos Potter se preguntaban que era esas cartas que les había llegado pero no tenían otra opción más que solo recogerla y llevarla a los tíos. Los Mellizos con el correo en las manos entraron a la casa y se lo entregaron a sus tíos. Entraron a la casa y el correo y las cartas se los entregaron a sus tíos y ellos se quedaron con las cartas especialmente para ellos. Dudley empezó a husmear lo que tenían en las manos porque el notaba que ambos estaban muy atentos contemplado las cartas.

Vió que ambos tenían las cartas y comenzó a gritar:
—¡HARRY Y T/N TIENEN UNAS CARTAS, PAPÁ! —les gritó a sus padres y le arrebató las cartas a los mellizos—. ¡OYE DEVUELVE LAS CARTAS, DUDLEY! —dijeron los mellizos pero Dudley hizo caso omiso—. ¿De ustedes? Jaja, no sean ridículos —dijo tío Vernon. Sus tíos los miraban confundidos y asustados mientras que ellos simplemente los miraban confundidos.

La Melliza Potter y El Príncipe de Slytherin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora