Al día siguiente, los Mellizos, como siempre, estaban aburridos encerrados en la alacena debajo de las escaleras. No sabían que hacer así que tuvieron que improvisar: Harry jugó con unos caballos de madera, mientras que T/N leyó una revista de las noticias que habían pasado recientemente, le aburría pero se tenía que conformar, porque si les pediría algo a sus tíos se enojarían como nunca y le podrían un castigo horrible. Todo era silencio hasta que se escuchó como si estuvieran taladrando algo, a los Mellizos les entró la curiosidad y decidieron asomarse por la puerta. La abrieron y efectivamente era un taladro lo que sonaba.
Estaba tío Vernon poniendo un pedazo de madera en el buzón de la puerta, se notaba su enojo. Se escuchó que dijo:
—¡No volverán a meter más cartas en este buzón! —dijo tío Vernon enojado. Los Mellizos volvieron a cerrar la puerta y volver a lo suyo. Los Mellizos seguían jugando con caballos y leyendo revistas hasta que decidieron conversar:
—¿Tú sabes lo que es Hogwarts? —le preguntó T/N a Harry.
—Lo siento, no se que es, nunca había escuchado hablar sobre eso —respondió Harry
—Sabes, aún sigo intrigada por lo que dirá la carta —dijo T/N—. Tío Vernon raramente nos las quita, como si él y tía Petunia supieran perfectamente lo que hay en esas cartas.
Harry dejo de jugar con los caballos para responderle a su hermana.
—Sabes, es cierto, como que ellos ya tuvieron una carta así, y al parecer la carta... Tiene algo malo, porque aún siguen llegando y créeme, yo he querido abrirlas, pero siempre me las arrebatan —respondió.—Pero ahora, no podemos hacer nada, porque, si hacemos algo... Nos seguirán arrebatando las cartas —dijo T/N desanimada—. Si... —dijo Harry. Con el paso de el tiempo, las cartas seguían llegando, aparecían por doquier, aparecían hasta en los huevos o simplemente aparecían. Una vez, T/N que salió por comida, se encontró una carta en la olla ya vacía, ella rápidamente la intentó esconder pero tío Vernon se la quitó. Lo que les sorprendía a los Mellizos es que en la carta (con lo poco que veían) era que ponían la dirección de ellos, ya que en la carta decía:
Sr y Srta Potter:
La alacena debajo de la escalera
Privet Drive n. ° 4, Little WhingingDecía en el final de la carta, ellos por un lado se asustaban pero por el otro se preguntaban quién las mandaría o porque sabían en donde estaban ellos. Aveces se hacían la idea de que eran unas bromas de Dudley, siempre pensaban eso, pero rápidamente descartaba la idea, porque sus tíos dejarían que Dudley les hiciera las bromas que el quisiera.
Pasaban los días y un fin de semana; el sábado bado por la noche, los Mellizos habían terminado de hacer los castigos que sus tíos les habían ordenado. Y cuando entraron a la casa vieron a tío Vernon quemando las cartas y burlándose de ellos, al verlo, los Mellizos no tuvieron de otra que darse la vuelta e irse a la alacena debajo de las escaleras. Y ahí estaban ellos, ahora, debajo de las escaleras, aburridos, sin nada que hacer y como siempre para divertirse, uno jugaba con caballos de madera y la otra leía revistas que claramente no eran de su agrado pero lo hacía para distraerse.
Todos ya habían terminado de cenar, mientras que ellos estaban aburridos, no encontraban nada que hacer hasta que T/N decidió hablar:
—Sabes, Harry, después de que recibimos esa carta, no han dejado de aparecer, ¿qué dirán? —dijo T/N—. Sabes, es cierto, un día de estos hay que ser muy discretos y quitarle una a tío Vernon —sugirió Harry—. ¿O sabes que? Tú qué eres astuta, deberías de esconderte detrás de ellos y quitarles una.
—Seria buena idea... —dijo T/N, pícara, y Harry y T/N empezaron a reír a carcajadas—. Es la mejor. ¿Qué tal si mañana es ese día? Ya la tendríamos más pronto.
—¡Es mejor! Así ya podríamos saber lo que dice la carta y porque son para nosotros, ya también porque nuestros tios no quieran que las veamos —dijo Harry—. Si, es buena idea. Pero es mejor que ya nos vayamos a dormir —sugirió T/N—. Si, tienes razón, ¿tú acostada y yo sentado? Créeme es lo mejor, eh notado que has tenido dolores de espalda y no quiero que nuestros tíos te regañen —dijo Harry.Harry y T/N después de conversar, durmieron. Al dia siguente, se despertaron a las 11:00 hrs, lo sabían porque tenían un pequeño reloj, muy viejo, oxidado, descolorido, pero funcionaba, y como ellos lo tenían decidieron conservarlo en vez de tirarlo. Se despertaron y vieron a sus tíos y Dudley, en la sala esperando algo, ellos se imaginaron que a ellos, así que ellos rápidamente abrieron la puerta y fueron hacia ellos. Cuando llegaron los vieron asustados, apenas ellos iban a desearles buenos días a ellos cuando su tía Petunia dijo:
—¡Hasta que se despiertan! —dijo sarcástica—. Llevamos aquí ¡tres horas! Esperándolos a que llegaran con el desayuno. ¿Qué no ven que Dudley ya se muere de hambre? —dijo, y Dudley para seguirle la corriente, actuaba como si le estuvieran dando retorcijones para que ellos rápidamente hicieran el desayuno. Ellos ya sabían que Dudley hacia eso para chantajearlos, si por ellos fuera no hubieran hecho nada, pero como estaban sus tíos no tuvieron otra opción que hacerles el desayuno.—¿¡Lo vieron, lo vieron!? ¡HAGAN EL DESAYUNO RAPIDO! —les grito tío Vernon y ellos rápidamente le hicieron caso. Últimamente los tíos no habían comprado despensa ni nada por el estilo, así que los Mellizos no tuvieron otra opción que hacerles galletas con chispitas de chocolate. Al terminarlas, las sirvieron en dos platos, e iban dándoselas, como si fueran meseros ofreciendo comida. Después de que tío Vernon los regañara rápidamente soltó un suspiro de alivio y dijo:
—¡Me encanta este día! En mi opinión, ¡no hay como el domingo! ¿Porque, Dudley? —le preguntó a Dudley, pero el simplemente se encogió de hombros. Tío Vernon siempre hacia esa pregunta, por lo tanto, los Mellizos ya se sabían la respuesta, así que decidieron decirla—Por qué no hay correo el domingo —dijeron al unísono.
—¡Correcto, Harry y T/N! —dijo tío Vernon, tomando una galleta.—¡Hoy no recibiremos cartas! —dijo tío Vernon, seguro.
Los Mellizos aún seguían repartiendo las galletas, mientras tío Vernon seguía hablando solo de que no recibirían cartas en domingo. Ellos repartían las galletas hasta que vieron una pequeña "sombra" que parecía una lechuza pero no le tomaron importancia, hasta que una carta de Hogwarts se metió por la chimenea y automáticamente más cartas llenaron toda la sala, más bien, toda la casa. Los tíos y primo de los Mellizos se aterraron demasiado de lo ocurrido, sin embargo, los Mellizos lo disfrutaron… ¡No se habían divertido en años! Es momento de disfrutar algo aunque sea unos minutos.Ambos se subieron a la mesa y empezaron a agarrar las cartas que alcanzaban ya que nunca tuvieron oportunidad de hacerlo, cada quien agarró una y se bajaron de la mesa. Todo iba perfecto pero tío Vernon lo arruinó, porque les gritó que le dieran las cartas, los Mellizos como podían, corrieron hacia la alacena debajo de las escaleras para encerrarse y no dejar que tío Vernon les quite sus cartas, pero el intento fue en vano, porque tío Vernon los alcanzó y los abrazo para atrás; los levantó dejándolos inmóviles.
—¡Déjanos en paz! Son nuestras cartas —dijeron los Mellizos al unísono, intentando soltarse del amarre de su tío.
—¡ESTOY HARTO! NOS IREMOS DE AQUÍ… LEJOS DE AQUÍ… DONDE NO NOS ENCUENTREN —gritó tío Vernon, fastidiado—. ¡ESTO SE ACABÓ!Las cartas se calmaron un poco, y para este punto ya todas las maletas estaban hechas, como si se fueran a mudar de casa, cosas que si iban a hacer. Guardaron las maletas en la cajuela, tío Vernon les ordenó a todos que se metieran en el auto y todos asustados lo obedecieron, después de los Mellizos y la tía Petunia, se metió tío Vernon. Después de que se metió, rápidamente arrancó, en el manejo, se notaba que estaba enojado y celoso. Todos estaban en silencio, pues estaban asustados, hasta que T/N decidió hablar.
—¿A dónde vamos, tío Vernon? —dijo T/N, tartamuda, de lo asustada que estaba.
—¿¡QUÉ NO FUÍ CLARO! VAMOS A UN LUGAR LEJOS DE AQUÍ… DONDE NO NOS ENCUENTREN —gritó tío Vernon por todo el carro, si estuvieran a fuera de el carro, toda la calle se hubiera asustado.
—Pero, ¿no nos podrías dar al menos una pista a dónde vamos? —sugirió Harry—, ya sabes, para ver si vamos a estar cerca o lejos.
—¡DEJEN DE HACER PREGUNTAS! —gritó tío Vernon y todo el camino fue silencio.Todos, (excepto tío Verno), estaban en silencio y con caras de asustados por todo el camino, no solo porque tío Vernon manejaba como loco, si no porque tambien había empezado una lluvia muy masiva, pero luego sus caras cambiaron a unas de intriga al ver a tio Vernon estacionado en una esquina en la orilla del mar en una tarde lluviosa.

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La Melliza Potter y El Príncipe de Slytherin
RandomCuando iban llegando a Hogwarts, Draco Malfoy se encuentra frente a T/N Potter por primera vez. Sus miradas se cruzan y el tiempo parece detenerse. El joven rubio, frío y caprichoso, se había enamorado de "La Melliza Potter", la hermana de su peor e...