El duelo a medianoche PT 3

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Estaba casi inmóvil, con los seis ojos fijos en ellos, y Harry supo que la única razón por la que no los había matado ya era porque la súbita aparición lo había cogido por sorpresa. Pero se recuperaba rápidamente: sus profundos gruñidos eran inconfundibles.

Harry palpó en busca de la manija. Entre Filch y la muerte, preferiría a Filch.

Retrocedieron y Harry cerró la puerta tras ellos. Corrieron, casi volaron por el pasillo. Filch debía de haber ido a buscarlos a otro lado, porque no lo vieron. Pero no les importaba: lo único que querían era alejarse del monstruo. No dejaron de correr hasta que alcanzaron el retrato de la Señora Gorda en el séptimo piso.

—¿Dónde se habían metido? —les preguntó, mirando sus rostros sudorosos y rojos y sus batas desabrochadas colgando de sus hombros.

—No importa... «Hocico de cerdo, hocico de cerdo» —jadeó Harry, y el retrato se movió para dejarlos pasar. Se atropellaron para entrar en la sala común y se desplomaron en los sillones.

Pasó un rato antes de que alguien hablara. Neville, en realidad, parecía que nunca más podría decir una palabra.

—¿Qué pretenden teniendo una cosa así encerrada en un colegio? —dijo finalmente Ron—. Si algún perro necesita ejercicio de ése.

Hermione había recuperado el aliento y el mal carácter.

—¿Es que no tienen ojos en la cara? —dijo enfadada—. ¿No vieron lo que había debajo de él?

—¿El suelo? —sugirió Harry—. No miré sus patas, estaba demasiado ocupado observando sus cabezas.

—No, el suelo no. Estaba encima de una trampilla. Es evidente que está custodiando algo.

Se puso de pie, mirándolos indignada.

—Espero que estén satisfechos. Podríamos estar muertos... o peor, expulsados. Ahora, si no les importa, me voy a la cama.

Ron la contempló boquiabierto.

—No, no nos importa —dijo—. Nosotros no la hemos arrastrado, ¿no?

Pero Hermione le había dado a Harry algo más sobre lo que pensar mientras se metía en la cama. El perro custodiaba algo... ¿Qué había dicho Hagrid? Gringotts era el lugar más seguro del mundo para cualquier cosa que uno quisiera ocultar... excepto tal vez Hogwarts.

Parecía que Harry había descubierto dónde estaba el paquetito arrugado de la cámara setecientos trece.

La Melliza Potter y El Príncipe de Slytherin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora