Página 10

20 2 0
                                    


Aedificia

— ¿Decidieron donde quieren vivir ahora? — Pregunté al bajarnos y finalmente tener algo de paz de Tzuyu asegurada.

—No pueden por nada del mundo regresar a sus ciudades o pueblos— Advirtió Jihyo. —Mientras menos conozca Tzuyu de ustedes, mejor, nosotros podemos protegerlas muy fácilmente, pero a sus familias no— La miré, siendo realista sobre la situación.

—No nos digan de donde son— Antes de que Sana hablara dije yo, me la veía venir. —Si nos lo dicen, Tzuyu puede que lo lea de la mente de alguno, no sabemos hasta donde llegue eso de ella— Expliqué.

—Digannos de donde no son, un punto en común, a poder ser una ciudad grande, así será más difícil para ella— Las tres de miraron.

— ¿Sapporo? — Nos miraron, diciendo aquello, siendo la isla más lejana, pero no tan poblada. Volvieron a verse al notar nuestra no emoción al respecto.

— ¿Tokyo? — Volvieron a preguntar, asintiendo nosotros. —El lado bueno es que hay buenas universidades allí, el dinero y contactos siempre pueden generar un espacio— Empecé a caminar, siguiéndome Jihyo. —Se ganaron becas en Corea, pero por mi culpa no pueden aprovecharlas— Me volteé viéndolas. —Ahora se los recompensaré en Tokyo—  Volví a darme la vuelta, caminando hacia el terminal de autobuses, buscando el del aeropuerto.

—No pareces tan emocionada por vivir en Tokyo— Golpeé a Jihyo con el codo una vez se puso a mi lado.

—Sigue siendo Japón— Rechistó. —Pero no el imperial— Corregí. —Simplemente no hables con nadie de más de cincuenta— Intenté quitarle peso para ella.

—Te estaré agradecida toda la vida por ayudar a Corea tanto en las batallas como creando las bombas, pero no me pidas ser feliz en Japón— Se puso más seria de lo que habría imaginado.

—Se más positiva, quizá te enamoras de alguien de por aquí— Insinúe, sabiendo muy claramente que desde que Sana la vio, no había dejado de verla cada que podía.

—A mi solo me gusta tu sangre— Volvió a rechistar, rechazando la idea.

Afilé un poco uno de mis colmillo, luego pasando un dedo por este, sacando algo de sangre por allí, coagulandola y haciendo una forma de cuchillo. —También puede tener esta forma— Bromee con ella poniéndolo en su cuello, aunque no tenía filo para empezar.

—Si puedes hacer eso significa que puedes hacer también la forma de un chupete— Pese a que tenia un cuchillo en su cuello, no tenía miedo en lo absoluto.

Volví a modificar su forma, efectivamente haciendo lo que había dicho, dándosela y empezando a chuparla.

Suspiré ante aquello. —Recuerda que tengo que regenerar esa sangre, yo si la necesito entera— Advertí, pero le quitó importancia.

—Ustedes se irán en avión, Jihyo puede viajar con ustedes, yo tengo que hacer unos documentos creíbles para pasar como ciudadano japonés— Les indiqué a las chicas, estando frente el autobus del aeropuerto.

—Los coreanos sirven, solo necesitas hacer otro pasaporte— Me explicó Jihyo, recordando que ya ambas naciones no tenían problemas.

—Entonces vamos todos juntos— Empecé a buscar una papelería para hacer mi magia.

Vinotinto - Momo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora