Simbolo de paz - Scaimar

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Pablo quedo inmóvil en los brazos de Lionel, pensó en su pasado teniendo novio pero también pensó en su futuro y en una realidad dónde Lionel sea su novio, donde puedan estar en paz y tal vez ser una familia o simplemente un amor pasajero pero que en su memoria duraría toda la vida, estaba listo y tampoco iba a perder al hombre más increíble que conoció simplemente por inseguridades.

— ¿Me estás diciendo esto en serio?

— ¿Si? Pero si no querés esta bien, no te sientas presionado

— Obvio que quiero ser tu novio, Lionel, quiero ser tu novio y que vos seas el mio, quiero que pasemos por momentos hermosos juntos y aunque tengo un poco de miedo, confío en vos y confio en que nada será como antes.

Deshacieron ese abrazo para besarse y concluir todo en silencio, en paz, solo ellos dos en la armonía de la casa de Pablo.

La noche siguio así, con besos, música y un postre riquísimo que terminaron de comer en la cama de Pablo.

— ¿Te puedo decir algo?

— ¿Estás bien Lío? — Hablo mientras apartaba el pote de helado de ellos

— Sí, es que yo nunca te conté lo de mi familia y siento que estoy listo — el pelinegro simplemente hizo silencio esperando a que su ahora novio empiece a hablar — Me fui de mi ciudad porque mi padrastro me hecho y mí mamá con mi hermana estaban sometidas a su poder, me sentí muy culpable por dejarlas con ese monstruo pero era como si yo... Como si yo no fuera parte de esa familia, como si estuviera hechando a un desconocido.

Las lágrimas empezaron a aparecer en las mejillas de Scaloni y Aimar le limpiaba las lágrimas mientras buscaba las palabras correctas para decirle.

— No fue tu culpa ¿Sabes? Sos una persona honesta y buena, muy buena, creo que eso es lo mas importante y lo que más brilla en tu personalidad, Lionel sos una persona hermosa que no merecía ni un segundo estar en esa situación y te agradezco tanto que hayas confíado en mí, pero por favor, no te culpes por cosas que no están en tu control.

— son mi mamá y es mi hermanita, son la única familia que tengo desde que papá falleció.

— ya se amor, ya se.

Estaban abriendo su corazón, ambos, y aunque Pablo no se lo esperaba estuvo con el toda la noche, Lionel con la cabeza entre sus piernas mientras él le acariciaba el cabello, la escena se repetía al revés y así iba a ser, mutuamente siempre.