Las canciones que somos [✔️]

33. Elayne Payne

33. 

Ema Charles

El nombre de Elayne Payne, lo había escuchado antes, pero no recodaba bien cuando ni dónde. Debió ser en la escuela, en los ruidosos pasillos quizás, talvez mis papás lo habían mencionado alguna vez, temo que lo he olvidado.

A pesar de eso, las dudas que invadieron mi habitación esa noche, talvez son las responsables de todo esto.

El ordenador se enciende con una luz suave, que invade la habitación, incluso resplandecen algunos lomos de mis libros, y los resultados a mi búsqueda no tardan en aparecer.

Opto por entrar en el primer enlace que lanza la web, para no alagar más el asunto, y termino en un artículo de AACF (All about current fame) titulado "¿Por qué queremos ser famosos? Una caída ante la fama", que había sido publicado hace 5 años. Creo que mi cuerpo tembló un poco cuando logre comenzar a leer.

...

(En la siguiente pagina).......................................................................................................................

No se conoce tanto como se quisiera, hay declaraciones, sospechosos incluso pruebas bastante fiables. Y, sin embargo, no hay una verdad absoluta de lo que paso o Elayne.

Todo comienza en el debut de la joven cantante, uno de los conciertos más reconocidos de todo el siglo, podría incluso arriesgarme a decir que el más memorable de aquella época.

Al parecer parecía tocar la cima y resbalarse en el último escalón. La señora Payne, murió la noche de ese concierto, ella lo perdió todo en cuento se le puse entre las manos. Casi como si todo estuviera planeado...

¿Tendría esto algo que ver con su productor? El señor Keyber Hesltinker, bueno, no había mucho que decir de este señor, nada destacable, más allá de que tenía una de las deudas más grandes de la industria musical, y que luego del concierto de Elayne se dio a la fuga, junto con todas las ganancias.

...

(...)

Escucho sobre la llamada de Theo, escucho sobre la percusión de los autos, y en algún punto no logro leer una palabra más del artículo. No soy tan valiente como para seguir, así que cierro de un golpe el ordenador, y busco en mi teléfono su música, las canciones que dejo antes de partir.