🥀 Despertar, Tiempo de Arcángel y Ciervo, Adán, Silencio 🥀

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🥀 Despertar, Tiempo de Arcángel y Ciervo, Adán, Silencio, Lágrimas y Frustración. 🥀

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Se sentía hundirse cada vez más en una oscuridad aplastante. La sensación de ahogo se intensificaba con cada segundo, como si el aire le fuera arrebatado por una fuerza invisible. Sus extremidades, entumecidas y sin control, parecían haber dejado de pertenecerle. No podía mover ni un dedo.

Cadenas pesadas y frías envolvían su cuerpo, apretándose con cada intento fallido de liberarse. Estas cadenas, de un metal oscuro y antiguo, se entrelazaban alrededor de sus brazos, piernas y torso, tirando implacablemente hacia abajo. Sentía cómo la presión aumentaba, los eslabones se clavaban en su piel y el dolor se convertía en una constante.

La oscuridad a su alrededor era absoluta, un vacío insondable que lo hacía sentir insignificante y perdido. Cada tirón de las cadenas lo acercaba más al abismo sin fin, un lugar donde la esperanza se disolvía y solo quedaba la desesperación. Su mente luchaba por mantenerse lúcida, pero la sensación de ser arrastrado hacia un destino aterrador era abrumadora.

No podía gritar, el miedo le robaba la voz, y en esa soledad opresiva, la realidad de su situación lo golpeaba con fuerza: estaba atrapado, hundiéndose en una oscuridad de la que no parecía haber escape.

Solo escuchaba murmullos enredándose entre las sombras, voces sibilantes que susurraban promesas falsas, ofreciéndole un consuelo que nunca llegaba. Eran susurros llenos de mentiras y engaños, palabras que se desvanecían en el vacío antes de poder ser comprendidas completamente.

Cada murmullo era una daga en su mente, prometiendo alivio pero entregando solo dolor. Los susurros se mezclaban con su propia desesperación, creando un coro de angustia que resonaba en su ser. Sentía como si miles de agujas invisibles se clavaran en su piel, una tortura interminable que se intensificaba con cada momento.

El dolor era constante, una marea implacable que lo envolvía todo. Su cuerpo entero ardía, cada nervio encendido en una agonía incesante. Intentaba encontrar un escape, una salida de ese tormento, pero cada intento solo lo arrastraba más profundamente en el abismo.

Y luego, de repente, el dolor cesó. No quedó nada. Un vacío absoluto reemplazó el tormento, un silencio sepulcral que era casi peor que la tortura. Estaba sumido en la nada, una oscuridad total sin fin ni principio. No había alivio, solo una ausencia de todo, un abismo sin retorno donde el tiempo y el espacio perdían significado.

En ese vacío, su mente flotaba, sin anclaje, sin esperanza. Las sombras que antes susurraban ahora se desvanecían, dejando solo la fría realidad de su soledad. No había promesas, ni dolor, ni siquiera la dulzura de la desesperación. Solo la nada, infinita y desoladora.

Anhelaba desesperadamente cualquier atisbo de consuelo, incluso si solo fuera momentáneo. No quería más dolor, no quería más vacío, no quería más oscuridad. No más. No más. No más.

La desesperación lo consumía, un fuego implacable que ardía en su pecho, sofocando cualquier pensamiento de esperanza. Las sombras seguían susurrando, pero sus palabras eran huecas, sin promesas reales. Necesitaba algo tangible, algo que pudiera aliviar aunque fuera un poco la agonía interminable.

Las cadenas que lo sujetaban parecían apretarse más con cada segundo, tirándolo inexorablemente hacia el abismo. Su cuerpo estaba rígido, cada músculo tenso en un esfuerzo inútil por liberarse. El vacío era una presencia constante, una negrura que amenazaba con devorar su mente entera.

⍣⃝🌹Engaño [Appleradio] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora