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Se creía que era un Ángel, imbuido de bondad y luz, un ser celestial sin rastro de maldad, destinado a bendecir los corazones impuros y llevar la alegría a la gloria.
Oh, qué forma más sublime de describir al más hermoso de los ángeles de Dios. Pureza e inocencia emanaban de él, rodeado por un halo celestial.
Qué ingenuo había sido.
Quién habría imaginado que por una simple acción (o quizás dos), el lugar que consideraba su hogar le daría la espalda, desgarrando sus esperanzas. Le cortaron las alas, destrozaron sus sueños. Despojado de su título de ángel por seguir su corazón, por querer perseguir sus propios sueños.
Siempre obedecer, siempre ser perfecto. No había margen para errores; los errores te hacen imperfecto, no son dignos de un ángel.
Siempre obedecer.
Lucifer sabía que podían lograrse más cosas en el cielo con sus ideas. Sabía que no todo en su hogar era perfecto. Sabía que un hombre como Adán no merecía a una mujer como Lilith. Sabía que entregarle la manzana a Eva podría servir a sus deseos. Sabía que podría encontrar felicidad junto a esa hermosa mujer.
Sí, Lucifer sabía muchas cosas. Pero no sabía que el paraíso que consideraba su hogar le daría la espalda en la primera oportunidad.
Alas arrancadas, empuje al vacío, traicionado y herido.
Pobre Ángel, mira lo que tus decisiones te han provocado.
Al menos no estaba solo en su castigo eterno, su maravillosa mujer estaría a su lado.
Oh, pobre, pobre Ángel ingenuo.
×
Con el exterminio concluido y la victoria asegurada, Lucifer observaba con orgullo cómo su hija abrazaba a su novia, celebrando entre risas y victorias junto a sus amigos.
Después de todo el tiempo que habían estado separados, se comprometió a ayudar a su amada hija en todo lo relacionado con el hotel. Una vez la había perdido por su propia estupidez; no podía permitirse volver a fallarle.
Con el tiempo, notó cómo más y más pecadores se mostraban interesados en el hotel de su hija. La sonrisa de Charlie parecía iluminar el lugar cada vez que un pecador mencionaba su deseo de redimirse.
Era una decisión sabia por parte de ellos. Si se hubieran arrepentido, no habría vacilado en borrar la existencia de cada insignificante demonio.
Lucifer sabía que a su hija no le gustarían sus métodos de intimidación o persuasión con los demonios que alababan o insultaban al hotel.
Pero, ¿por qué ella tendría que saberlo?
Es cierto que antes era un Ángel, el más hermoso de Dios, pero ahora no era más que una mera insignificancia.
Realmente no entendía por qué su hija insistía en esta absurda idea de un hotel. Quizás había aceptado apoyarla, pero eso no significaba que creyera en los sueños de su hija. Siempre la apoyaría porque era su Char-char, pero dar luz verde a la absurda idea de redención, eso jamás.
Tenía que admitir que, en este aspecto (y probablemente solo en este), coincidía con el odioso demonio ciervo. Sabía perfectamente que para el pecador radiofónico, la idea de redención también le parecía absurda.
Hablando del Rey de Roma...
El soberano del infierno observó de reojo cómo una sombra se deslizaba por el suelo, subiendo rápidamente las escaleras... ¿tropezando? (¿acaso las sombras pueden tropezar?) y entrando por debajo de la puerta del ciervo.
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⍣⃝🌹Engaño [Appleradio]
De Todo🥀 Lucifer descubre el acuerdo entre el demonio de la radio y su ex esposa, Lilith. En venganza, decide arrebatarle a Lilith su posesión más preciada. Su plan consiste en mantener al ciervo a su lado, enamorarlo y luego destrozarlo emocionalmente ha...