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Charlie se removía en la cama por quinta vez esa noche. Simplemente no podía dormir. Su mente estaba inundada de pensamientos que no hacían más que agravar su estado de ánimo. Asumió que un vaso de agua o, quizás, una taza de café podrían ayudarla a calmarse.
Con cuidado de no despertar a su novia, se deslizó fuera de la cama. Sus movimientos eran lentos y calculados, procurando no hacer ningún ruido. La habitación estaba sumida en una suave penumbra, iluminada apenas por la tenue luz de rojiza del cielo infernal que se filtraba a través de las cortinas. El rostro de Vaggie se veía sereno, su respiración profunda y rítmica era un recordatorio de la paz que Charlie tanto anhelaba.
Charlie caminó descalza por el frío suelo de madera, sintiendo cada crujido bajo sus pies. Al salir de la habitación, cerró la puerta con un suave clic y se dirigió hacia las escaleras. Sus pasos eran silenciosos, como si cada sonido pudiera romper la frágil quietud de la noche. Mientras descendía, la oscuridad del pasillo la envolvía, pero la familiaridad del hotel le daba cierta tranquilidad.
Llegó a la cocina y encendió una luz tenue. El brillo suave iluminó el espacio de manera acogedora. Abrió un armario y sacó un vaso, llenándolo con agua del grifo. Bebió lentamente, disfrutando del frescor del líquido en su garganta. Sin embargo, sentía que no era suficiente. Necesitaba algo más fuerte para calmar sus nervios.
Buscando en otro armario, sacó una cafetera y comenzó a prepararse una taza de café. El aroma del café recién hecho llenó la cocina, brindándole un consuelo momentáneo. Mientras esperaba que la cafetera terminara su trabajo, se apoyó en el mostrador, mirando la oscuridad a través de la ventana. Las sombras de la noche parecían susurrarle secretos oscuros, pero ella intentaba encontrar una pizca de claridad en medio de su tormento interior.
El suave burbujeo de la cafetera era un sonido tranquilizador en la quietud de la noche. Charlie sacó una taza y vertió el café caliente, el vapor ascendiendo en espirales mientras ella lo observaba. Cada sorbo del café era un pequeño alivio, una forma de enraizarse en el presente mientras su mente luchaba con el caos del pasado y el futuro.
Sentada a la mesa de la cocina, Charlie dejó que sus pensamientos fluyeran libremente. Recordó las risas y los momentos felices en el hotel, pero también las recientes pérdidas y los desafíos que habían enfrentado. La figura de su madre, ahora perdido de nuevo, se entrelazaba con sus recuerdos, haciéndola sentir una mezcla de tristeza y rabia.
El silencio del hotel era casi abrumador, interrumpido solo por el ocasional suspiro de Charlie y el suave goteo de la cafetera.
El silencio del hotel era casi abrumador, interrumpido solo por el ocasional suspiro de Charlie y el suave goteo de la cafetera.
La rubia observó la cocina hasta que sus ojos se detuvieron en algo que hizo que su corazón doliera. Una taza roja descansaba en la mesa, y al acercarse, pudo ver la frase "Oh Deer!" escrita en ella con letras elegantes. Se levantó lentamente, como si cada movimiento fuera pesado y doloroso, y se acercó a la mesa. Tomó la taza entre sus manos, sintiendo su peso y su fría superficie.
La observó fijamente, su mente inundada de recuerdos del portador de aquella taza. La sonrisa característica de Alastor, su risa contagiosa, y la calidez que, a pesar de todo, siempre había sentido en su presencia. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, nublando su visión mientras apretaba la taza contra su pecho.
Oh no, no otra vez. Ugh, ¿por qué tenía que estar aquí, llorando en la cocina, abrazando la taza de su madre como una niña pequeña? En nada ayudaría en este momento, se reprendió a sí misma. Sentía como si el dolor la consumiera desde dentro, una tristeza tan profunda que la hacía temblar.
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⍣⃝🌹Engaño [Appleradio]
De Todo🥀 Lucifer descubre el acuerdo entre el demonio de la radio y su ex esposa, Lilith. En venganza, decide arrebatarle a Lilith su posesión más preciada. Su plan consiste en mantener al ciervo a su lado, enamorarlo y luego destrozarlo emocionalmente ha...