3. Disculpa...

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Félix:
Ya ha pasado un tiempo desde que la dejé encerrada allí adentro, pero el remordimiento sigue consumiéndome. Fui un completo idiota al tratarla tan mal. Ella no tiene la culpa de nada. Me dejé llevar por el dolor que sentí cuando mataron a mis amigos en la taberna y la culpé injustamente. Ella solo estaba asustada, y sé que no soy así. Qué demonios está pasando conmigo.

No pude soportar más el remordimiento y decidí acercarme a la habitación sin hacer mucho ruido. Estaba a punto de tocar la puerta cuando escuché sollozos desde adentro. Yaret estaba llorando. -Genial, justo cuando pensé que no podía sentirme peor- Suspiré.

- ¿Hola...?- llamé suavemente mientras tocaba la puerta. No obtuve respuesta ni vi que abriera, así que decidí entrar por mi cuenta. La encontré en el suelo de la habitación, aún llorando. Tenía los ojos hinchados y rojos por el llanto. Al verme entrar, me miró con miedo y retrocedió.

-Tranquila, no te haré daño-, dije, agachándome para estar más cerca de ella. -Escucha, perdón por haberme portado tan mal contigo. Pero aquellos que perdieron la vida en la taberna eran mis amigos, casi hermanos, me desquité contigo. Perdón, no sé qué me pasó, te culpe por algo injusto- confesé desde lo más profundo de mi corazón. Un niño perdido no suele disculparse, pero acepto que me equivoqué y fui un patán de lo peor con ella.

Ella me miró con incredulidad y miedo en sus ojos. -¿Estás... hablando en serio?- preguntó con voz temblorosa.

Asentí con sinceridad. -Sí, hablo en serio. Creo que no empezamos de la mejor manera- Aclaré mi garganta -Hola, soy Félix- me presenté, queriendo comenzar de nuevo, esta vez de la manera correcta y mostrándole mi verdadero yo, el Félix amable.

Ella sonrió levemente y se levantó del suelo. -Hola, un gusto. Yo soy Yaret, Yaret Nolan- dijo, extendiendo su mano. Sonreí al ver que también estaba dispuesta a dejar atrás lo ocurrido y comenzar de nuevo. Acepté su mano y la estreché

-Un gusto, su majestad - dije haciendo una reverencia ante ella para hacerla reír, su risa era contagiosa y me hizo sentir cómodo.

-Ya me caes bien- dijo mientras reía. -Oye Félix, no tendrás ropa para cambiarme. Mi ropa está rota y muy sucia, parezco vagabundo- mencionó, señalando el estado desastroso de su vestido y vaya que estaba horrible.

-Creo que sí tengo algo para ti. Espérame aquí, vendré rápido. No tardaré- le aseguré antes de salir hacia la cabaña de Pan. Cuando la mamá de Yaret estuvo aquí, dejó varias prendas que eran de ella, y Peter las tiene guardadas en el baúl de su cabaña. Estaba seguro de que encontraría algo para Yaret.

Quería encontrar algo con lo que se sintiera cómoda, al menos hasta que Pan regresara y pudiera conseguirle algo mejor. Seguí buscando hasta que finalmente encontré un vestido blanco. Era sencillo, no tan corto pero también muy largo.

Tomé el vestido y me dirigí nuevamente a la cabaña donde se encontraba Yaret. Entré y la encontré sentada en la cama, esperándome.

-Encontré esto para ti- dije mientras le pasaba el vestido. -Es un vestido blanco, sencillo pero lindo. Creo que te quedará bien y espero que te sientas cómoda con él. Si prefieres otra cosa, puedo seguir buscando- Le sonreí.

-No te preocupes, está bien. Este es muy lindo, gracias Félix- Estaba a punto de salir para darle espacio, pero me detuve al escucharla.

Yaret:
íbamos caminando hacia la laguna que Félix me había mencionado para poder bañarme. Estaba felíz de poder bañarme al fin, Pero... había algo que me inquietaba y necesitaba que Félix me respondiera.

Enigma Entre Los Lazos Prohibidos..(Peter Pan O Jack Frost)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora