12. Esta cosa llamada amor..

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Esta cosa llamada amor me confunde.
No sé si soy demasiado cruel para merecerlo.
O el amor es demasiado común para alguien
raro como yo..
~ Tim Burton~

Yaret sintió un escalofrío recorrer su espalda. La tristeza que emanaba del Lisha era palpable, como una herida abierta en el corazón.

- Elara... - murmuró, más para sí misma que para el Lisha. El nombre resonaba en sus oídos, evocaba una tristeza familiar, un dolor que sentía en lo más profundo de su ser.

- Sí, Elara. Mi elegida. - El Lisha se sentó sobre la roca, su cuerpo brillando con una luz tenue. - Pero la oscuridad la arrebató.

Yaret sintió una punzada de dolor. La historia del duende resonaba en su mente, el miedo que había llegado a Neverland, la magia que se había desvanecido.

- ¿Y ahora qué? - preguntó Yaret, sin poder evitar el miedo que la recorría.

- Ahora te necesito a ti. - El Lisha la miró con intensidad, sus ojos azules brillando con una extraña luz. - Y daré mi vida si es necesario.

Yaret sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-No quiero que des nunca tu vida por mi.- No podía imaginar que el Lisha, con su belleza y fragilidad, se pusiera en peligro por mi.

-Dije que no dejaré que nada te pase y nada te pasara.- El Lisha respondió enseguida, con una firmeza que no dejaba lugar a dudas.

-Pero, ¿por qué? ¿Por qué me protegen tanto?- preguntó Yaret, con curiosidad.

-Ahora tengo que irme,- dijo el Lisha - Peter Pan está cerca.

Al instante, sentí una punzada al escuchar "Peter pan". Yo no quería estar en Neverland. -Llevame a casa, Lisha, por favor.

Pero el Lisha solo ladeó la cabeza en señal de negación. - Estás en casa, Yaret. Confía en Pan.

Con eso, el Lisha se desvaneció en la oscuridad, dejandome sola en el claro. En ese mismo instante, Pan salió de entre los árboles, con una cara demasiado seria que no auguraba nada bueno.

- Yaret, ¿dónde estabas? Te estuve buscando por todas partes. Estaba tan preocupado.- Pan fingió una preocupación que no sentía. Sus ojos brillaban con una luz fría y calculadora.

Pero se limitó a hablar.

-Oye,- dijo Pan, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. -Tienes un aspecto terrible, Yaret. ¿Estás bien?

Yaret se encogió un poco. -Estoy bien,- dijo ella, con la voz temblorosa. No era cierto; en aquel momento se encontraba procesando muchas cosas.

-Entonces vámonos al campamento,- indicó Peter. -Buscaremos a los demás.

Por consiguiente, Yaret apresuró sus pasos para poder ir al ritmo de Pan, caminaba demasiado rápido, durante más de una hora se la pasaron caminando sin decir una sola palabra. Comenzaba a sentirse cansada y con dolor en sus pies.

- ¿Qué pasa Yaret? - preguntó Pan saliendo de entre la maleza, extrañado de que Yaret no lo seguía. - ¡Camina!

- Estoy muy cansada y me duele mi pie - tartamudeó, para luego sentarse en un tronco seco.

- ¿Qué pie? - preguntó Pan inclinándose a su altura.

- Este - indicó señalando su pie derecho. - Y tengo frío.

Pan le echó una mirada a su pie y se dio cuenta de que estaba algo rojizo e hinchado. - Está bien, tomemos un descanso. Pan se sentó a su lado, observando su pie con una expresión que Yaret no logró descifrar. La hinchazón no era tan grave, pero el rostro de Pan no reflejaba alivio.

Enigma Entre Los Lazos Prohibidos..(Peter Pan O Jack Frost)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora