El tiempo que Hwang Hyunjin tenía trabajando —perdiendo el tiempo— en la empresa, Felix pudo darse cuenta y conocer algunos de sus hábitos.
Su rostro era muy expresivo. Cuando había algo o alguien que no le agradaba, su cara de disgusto era demasiado obvia; juzgaba con sus ojos lo que no podía con su boca. Además, relamía sus labios, como si así fuese capaz de tratarse todo lo que pensaba decir.
También parecía ser un romántico amante del arte, ya que algunas veces en que Felix entraba a su oficina después de una reunión, encontraba al castaño dibujando trazos al azar, que poco a poco iban tomando forma; o simplemente se enfocaba en plasmar flores.
Y, últimamente, le había dado por meterse en la vida privada de las personas o escuchar detrás de las puertas. Hwang Hyunjin era un libro abierto, demasiado transparente, pero también se convertía en un enigma.
Un enigma que era demasiado torpe la mayor parte del tiempo; una vitamina que, a veces, deseaba dejar de consumir, pero no podía porque sabía perfectamente que la necesitaba.
Los golpes en la puerta de su habitación lo sobresaltaron, haciendo que despertara de golpe y viera la hora en el reloj de mesa. ¿En qué momento había pasado tanto tiempo?
—¡Yongbok! —la voz de su hermana se escuchó al otro lado y el rubio apenas pudo levantarse de la cama para ir a abrirle la puerta.
—¿Qué pasa?
—¿Todavía estabas dormido?
—Pues sí...
—¡Son casi las tres de la tarde! —atajó su hermana, cruzándose de brazos—. La ceremonia está a nada de comenzar.
—Rachel, te casas en cuatro horas.
—¡Ajá, y ya falta una! ¿Por qué no vas por Hwang Hyunjin y Christopher? Me da la impresión de que también siguen dormidos.
—Que así se queden —dijo mientras soltaba un bostezo.
—Hay que darnos prisa, Lee Felix Yongbok —reprochó ella, dándole un suave golpe en uno de sus hombros—. Seoyeon ya está terminando de arreglarse y yo también debería estar haciéndolo.
Rachel se dio la media vuelta y Felix la siguió con la mirada hasta que se perdió al otro lado de su habitación. Soltando un suspiro, pensó si realmente era buena idea hacerle caso a su hermana.
Sin embargo, sus pasos lo guiaron hacia la habitación donde se encontraban Christopher y Hwang Hyunjin. No sabía la razón por la que su corazón parecía haber acelerado sus latidos cuando estuvo frente a la puerta, a punto de llamarla.
Dio unos suaves golpes, pero no obtuvo respuesta. Eso lo molestó al instante y decidió tomar la manija qué, para suerte suya, no estaba asegurada por lo que abrió la puerta y entró.
Un extraño nudo se formó en su estómago cuando vio la imagen de ambos chicos dormidos, pero en una posición poco agradable para él.
"La cama es bastante amplia. ¿Por qué no duermen uno en cada extremo?".
Christopher tenía una pierna encima del regazo del castaño y lo abrazaba como si se tratara de una almohada. Su rostro se encontraba escondido en el cuello de Hyunjin y ni uno de los dos parecía querer despertar.
Felix chistó. Tanta comodidad y tranquilidad debía ser interrumpida, y nadie mejor que él para hacerlo, así que caminó hasta el extremo de la cama en donde se encontraba Christopher.
Tomó el brazo que rodeaba a Hyunjin para jalarlo con fuerza y hacer que cayera al suelo. El impacto no solo logró despertar a su mejor amigo, sino también al castaño que, al ver ahí a Felix, se sentó de inmediato sobre al colchón y se restregó los ojos.
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En un latido de corazón • Hyunlix
FanfikceUn engaño, solo uno bastó para que Lee Félix cerrara su corazón y se convirtiera en una persona distinta a quién solía ser. Frío, con mal carácter y poca gracia era como lo conocían actualmente en su empresa. El hombre amable, con una resplandecient...