La puerta de la suite se abrió revelando a Federico Rinaldi de pie al otro lado.
Llevaba un saco negro y unos pantalones del mismo color. La tela de la camisa se pegaba a sus duros músculos como una segunda piel. Llevaba el pelo desordenado, como si acabara de despertarse de un sueño, pero muy sexy.
La sombra de las cinco de la tarde en su cara le hacía parecer aún más sexy.
Pero Laura estaba demasiado asustada para prestar atención a sus abultados músculos o a sus
seductores rasgos faciales.- Señor Sandoval- saludó Federico a Rodrigo con un tono muy profesional.
Con una sonrisa cómplice, Federico le tendió la mano a Rodrigo para que la estrechara. Él correspondió al saludo inmediatamente.
Rodrigo se comportaba como un perro que salta de alegría al recibir la atención de su amo.
Federico podría haber engañado a Rodrigo con su sonrisa falsa, pero no a Laura. Ella había visto claramente a través de su fachada. La frialdad detrás de esa sonrisa.
La ojiazul tragó saliva cuando la atención del millonario se desvió hacia ella con una expresión desconocida.
La chica se sintió cohibida cuando esos ojos negros recorrieron su cuerpo de arriba abajo, como acariciándole cada curva de su cuerpo.
La nuez de Adán del millonario subió y bajó mientras tragaba visiblemente ante el espectáculo que tenía delante. Una emoción indescriptible se cocinaba a fuego lento en sus ojos.
Ella se quedó sin aliento cuando esa ardiente mirada se detuvo en su rostro. El nerviosismo coloreó sus orejas de rojo.
Laura trató de sostenerle la mirada, pero la intensidad con la que la observaba era demasiado para ella. Desvió su mirada hacia el suelo y se sonrojó.
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Vendida al millonario
RomanceLaura Sandoval y Federico Rinaldi vienen de mundos muy distintos, ella es una chica buena y él un millonario, tiburón de los negocios, acostumbrado a tener lo que quiere, sobretodo cuando se trata de mujeres. Ella tiene un hermano ambicioso, dispues...