Capítulo 25

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Mi corazón latió frenéticamente, tanto que creí que había dejado de respirar.

¿Qué demonios había dicho?

Me había repetido tantas veces que esto era suficiente. Estaba loco por hacer cosas tan presuntuosas. Era evidente que había perdido la cabeza. De otra forma, cómo me había atrevido a hacer una confesión tan ridícula.

-Bueno, eh...

Apenas abrí la boca, pero mis palabras no salieron.

¿Qué debía hacer?

Tenía curiosidad por su expresión, pero el miedo me detuvo. No tuve el coraje. Vegas quizás estaba enojado conmigo y de seguro me gritaría, era claro que mi confesión había apagado su libido. Estaba confundido.

Oh, Dios.

Sin embargo, cuando sus labios se superpusieron a los míos, me quedé en blanco, no sabía lo que sucedía. Su fogosa lengua se balanceó en toda mi boca.

¿Qué era lo que significaba esto?

Estaba confundido, el beso se prolongó y no pude preguntar. Vegas apoyó su cuerpo sobre el mío antes de que siquiera pudiera llegar a pensar en algo. Me sentía avergonzado así que traté de levantarme.

-... Ugh.

No hubo ningún tipo de sonido después, sin embargo, un gemido sofocado salió de mi boca, aunque a Vegas no le importó, continuó besándome una y otra vez, sosteniendo mi cabeza con su mano, entrelazando su lengua con la mía y soportando mi espalda con su otro brazo, imposibilitando mi movimiento.

Mi interior se sacudió violentamente mientras mi desbordante saliva fluía de mi boca a la suya, sin afectarle.

Fue un beso demasiado intenso. El aliento me faltó, aun así, Vegas no se detuvo. Su pene entró y salió bruscamente mientras sostenía mi cintura para evitar que no me moviera en lo absoluto. Vegas abrió todavía más mis piernas y yo solté un largo gemido; parecía no detenerse. Cada vez que lo metía, mis lágrimas fluían a través de mi rostro. Mi entrepierna se empapo de nuestros fluidos.

-¡...!

Luego de un rato, Vegas continuó sosteniendo mi cabeza mientras mantenía presionados nuestros labios, de pronto, la sensación de un fluido caliente llenando mi estómago me invadió, estaba eyaculando. Me estremecí. Sentí que la cantidad vertida era mayor a la habitual porque continuaba fluyendo y empapando mi interior, infiltrándose en lo más profundo de mí.

Fue entonces, cuando un aroma apareció en la punta de mi nariz. Era la fragancia de sus feromonas. Rápidamente me di cuenta de que el olor del semen que fluía dentro de mi cuerpo era ligeramente diferente.

Cerré los ojos y probé, pensando en que el aroma de sus besos también sería desigual.

¿Cuál era su identidad? ¿De dónde provenía? ¿Por qué de repente se sentía tan diferente?

Vegas soltó mi cabeza tan pronto como termino de hacerlo, no obstante, su brazo aún seguía en mi cintura. Apenas y levanté la vista, jadeé. Vegas me miró y sonrió suavemente mientras mi mirada estaba en blanco.

Su brazo que sostenía mi espalda bajo para tocar mi trasero, lo masajeo lentamente, parecía disfrutar de la textura, lo cual no era muy agradable para mí, ya que cada vez que Vegas lo acariciaba, mi orificio se abría y su semen mezclado con mi fluido corporal se bajaba poco a poco. Estaba tan avergonzado, mi interior estaba empapado de su semen.

-... Ah.

Me encontraba tan impresionado por su intensa eyaculación. Sin darme cuenta, Vegas comenzó a frotar mi entrada con sus dedos. La sensación de su caricia sobre mi agujero me dejó sin aliento. Mi campo de visión se hizo borroso así que traté de inhalar por la boca mientras Vegas continuaba frotando.

K.M.L.VPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora