Una Trampa

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Cuando llegó el momento de que su siempre amable capitana la pusiera en práctica, Yongsun la siguió bajo cubierta.

A instancias de Byul, Yongsun había dejado su espada en sus aposentos. Al parecer, la falta de ella la convertía en un cebo más atractivo.

También la dejaba casi indefensa.

Dudaba de que alguien fuera tan tonto como para atacarla en cubierta, a plena luz del día, pero eso no impidió que Byul mantuviera un agarre protector en su brazo durante todo el camino.

No podía quejarse, porque aún no había recuperado el equilibrio y probablemente se habría caído varias veces sin la ayuda de la capitana.

Wheein se encontró con ella en el último escalón. La sujeto de los brazos y la miró de arriba abajo, fijando su mirada en el desgarrón de su camisa.

—¿Cómo te sientes, compañera? —dijo con genuina preocupación—. La capitana dice que te atacaron anoche.

Yongsun miró con el ceño fruncido a la mencionada capitana, mientras pasaba junto a ellas.

—¿Te dijo también que apenas me dio cinco minutos para recuperarme, antes de exigirme que me pusiera en peligro otra vez? —le preguntó a Wheein.

—Te di horas, no minutos. —murmuró Byul, como si realmente necesitara defenderse.

Wheein apretó los brazos de Yongsun para tranquilizarla.

—No te preocupes por nada, Yong. —dijo—. Estaré aquí, cuidando de ti todo el tiempo.

Yongsun sonrió, reconfortada por la promesa.

—Gracias, Wheein.

Byul observó su reacción con el ceño fruncido.

—¿Confías en ella?

Yongsun le dedicó una sonrisa amarga a la capitana pirata.

—Puede que sea la única persona de este barco en la que confío.

—Interesante. —murmuró Byul.

Yongsun miró a ambas. Una sensación de temor se le agolpó en el estómago.

¿Se lo estaba imaginando o Wheein acababa de fulminar a Byul con la mirada?

La mirada que las dos piratas parecían intercambiar era como si estuvieran manteniendo una conversación silenciosa entre ellas.

Y sintió que su ansiedad aumentaba por momentos.

—Wheein —dijo Byul con una sonrisa seductora—, tráele unas naranjas a Yong, ¿quieres?

Yongsun frunció el ceño.

—No tengo hambre.

Pero Wheein se limitó a murmurar:

—Sí, capitán. —y se alejó hacia la parte de atrás.

Byul esperó a que Wheein desapareciera tras una pila de barriles para acercarse a Yongsun.

Aunque su postura era lánguida y tranquila, Yongsun no pudo evitar darse cuenta de que Byul tenía la mano escondida.

Sólo conocía otra ocasión en la que había ocultado la mano.

En sus aposentos.

Aquella mañana temprano.

Así que, esta vez, cuando el cuchillo se abalanzó sobre ella, estaba preparada.

Protegiéndose el pecho con el antebrazo, se lanzó directamente hacia la mano que empuñaba el cuchillo. Con su mano derecha, presionó el pulgar de Byul, retorciendo la muñeca de la capitana pirata hacia dentro.

Piratas de Aletharia [MoonSun] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora