Magia de Dragón

199 27 3
                                    

—¡Capitán!

Byul se giró tan rápido que casi derriba el barril de manzanas.

—¿Hmm?

—¿Podrías sacar tu mano de las manzanas y poner un poco de presión en tu herida? —dijo Yongsun—. Estás sangrando en el suelo.

Byul miró al suelo, parpadeando ante el pequeño charco de sangre.

—Bueno, es culpa tuya. —dijo a la defensiva—. Sigo olvidándolo porque ya no lo siento.

Yongsun puso los ojos en blanco, mientras colgaba una olla de agua sobre el fuego.

Byul tenía que ser la única persona en el mundo que se quejaba de no sentir dolor.

Un crujido detrás de ella le hizo saber a Yongsun que Byul había preferido las malditas manzanas a su herida sangrante.

—Lo juro por la diosa... —refunfuñó.

—¿A qué viene eso? —dijo Byul con la boca llena de manzana.

Sobresaltada por la repentina cercanía de su voz, Yongsun estuvo a punto de dejar caer el tarro de miel al suelo. Se dio la vuelta, mirando a su capitana obsesionada con la fruta.

—¿No te he dicho ya diecisiete veces que te sientes?

—No lo sé. —dijo Byul, dando otro mordisco a aquella manzana roja y brillante—. No he llevado la cuenta.

Yongsun le dedicó un suspiro exasperado.

—La próxima vez que se me ocurra quitarte el dolor —se quejó—, recuérdame que eres una imbécil sin él.

Byul se rió del insulto.

—Ya te he dicho que no deberías haberlo hecho.

Yongsun sacudió la cabeza con incredulidad.

—Capitán, ¿podría, por favor, sentarse para que pueda hacer mi trabajo?

Intentó volver a su trabajo, sacando una cucharada de miel, pero se puso rígida cuando sintió el cálido aliento de Byul contra su oreja.

—Me encanta cuando suplicas. —susurró.

A Yongsun casi se le cae el tarro.

Otra vez.

Se volvió, con los ojos muy abiertos.

—¡Capitán!

Byul dio otro mordisco a su manzana.

—¿Qué? —dijo con una sonrisa inocente.

Yongsun entrecerró los ojos.

—Debería haberte apuñalado mucho más hondo.

Byul resopló.

—Si me vas a curar, de todos modos, qué más da, ¿no?

En ese momento, Yongsun estaba a punto de tirarle todo el tarro de miel.

—Capitana Moon Byul, si no se sienta ahora mismo —gruñó—, le diré a toda la tripulación que ha perdido un combate a espada.

Byul dejó de masticar.

Complacida por su reacción, Yongsun esbozó una sonrisa despiadada.

—¿Y bien?

Las fosas nasales de Byul se encendieron ligeramente y soltó un suspiro de derrota.

—Bien.

Yongsun observó victoriosa cómo Byul caminaba hacia la mesa. Se subió a la superficie rugosa de madera y mordió la manzana, masticando con indignación.

Piratas de Aletharia [MoonSun] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora